Hoy es el aniversario del nacimiento de Amilcare Ponchielli (1834-1886), compositor importante tanto por su obra como por su aportación al progreso de la música, consistente no sólo en su labor creativa sino también en la didáctica: fue el maestro de algunos de los más importantes operistas italianos del período a caballo entre los siglos XIX y XX, entre los que destacan Giacomo Puccini y Pietro Mascagni.
El catálogo de Ponchielli incluye ballets, cantatas, música coral y sobre todo numerosas óperas, el género que le procuró su gran éxito, en la Italia de su época sólo inferior al de Giuseppe Verdi. Sin embargo, para la mayoría de la gente, el nombre de Ponchielli está ligado a una sola ópera, La Gioconda, que compuso sobre un libreto de Arrigo Boito, el libretista de las óperas más exitosas de Verdi; más aún: a un número de esa ópera: La Danza de las Horas, con un tema principal muy pegadizo que seguramente ha contribuido de manera notable a su popularidad.
Otro gran impulso a la fama de ese fragmento fue su inclusión en la película de animación Fantasía (1940) producida por Walt Disney. Sin hacerle mucho caso a las ideas del libretista -que imaginaba doce bailarinas danzando en círculo (simulando las horas en el reloj) y dos bailarines en el centro (las manecillas)- en ese filme tenemos como protagonista de ese episodio a avestruces, hipopótamos, elefantes y cocodrilos. Los reptiles son los únicos que no calzan zapatillas de ballet, aunque en cambio llevan unas elegantes capas. Por su parte, los paquidermos flotan en el aire con gran ligereza, exhibiendo, en el caso de los hipopótamos, unos delicados tutús.
En la mitología griega hay un personaje que suele representarse con un instrumento musical que de él recibe uno de los nombres con el cual es conocido. Se trata de Pan, un semidios de apariencia tan poco atractiva (mitad hombre y mitad macho cabrío) que una de las versiones sobre su nacimiento cuenta que su misma madre huyó presa del pánico (palabra que deriva del mismo Pan y de su aterrador aspecto) nada más traerlo al mundo.
Por eso no extraña que también Syrinx, joven y bella ninfa, quisiera escapar de sus atenciones cuando él se enamoró desesperadamente de ella. Llegada a la orilla de un río, antes de caer entre los brazos de Pan, que la perseguía, Syrinx suplicó a otras ninfas, las Náyades, que la convirtieran en un cañaveral.
Pan, tras oír el sonido que producía el viento rozando las cañas, construyó su flauta cortando algunas de ellas y llamó a ese instrumento con el nombre de su amada. Así que la flauta de Pan también se conoce como siringa.
Claude Debussy, compositor francés que nació hace exactamente 148 años, escribió por lo menos dos obras que, directa o indirectamente, recuerdan ese mito y ese instrumento, aunque en ellas emplea una flauta travesera para evocar el sonido de la siringa: Preludio a la siesta de un fauno (1894) y Syrinx (1913) (haz clic en los nombres de las obras para descargar las partituras).
Syrinx nació como música incidental para una obra teatral en la cual tenía que ser “la última canción de Pan antes de morir”. El drama nunca llegó a completarse, mientras que Syrinx es hoy en día una de las obras más importantes para flauta sola. La siguiente versión, interpretada por la flautista Paula Robison, fue grabada en 1986.
La figura de Pan dio lugar, en la mitología romana, al dios de la naturaleza, Fauno, y junto con él a los faunos, genios de los bosques.
También el origen del Preludio a la siesta de un fauno está ligado a la literatura, al inspirarse en un poema de Mallarmé. La obra fue concebida inicialmente como acompañamiento al poema para su lectura pública y estaban previstas tres secciones. De hecho, en un principio su título hubiera tenido que ser Prélude, Interlude et Paraphrase finale sur l’Après-midi d’un faune. Finalmente Debussy sólo compuso la primera de las tres secciones; aún así la obra, considerada como una de las más importantes del compositor, es un poema sinfónico acabado que de ninguna manera da la impresión de que le falte algo. La sencilla historia sobre la que está construido es la descripción de una típica tarde de un fauno, dedicada a tocar su flauta, coquetear con las ninfas y, finalmente, abandonarse a un dulce sueño.
En 1912, años después de la composición y estreno del Preludio, los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev pusieron en escena un ballet sobre esta obra, con la coreografía de Vaslav Nijinsky que causó un gran escándalo por su alto contenido erótico (todavía faltaba mucho para los movimientos de cadera de Elvis o de Michael Jackson, sólo por poner un par de ejemplos).
En el vídeo siguiente, Charles Jude, director del Ballet de la Ópera de Burdeos, baila esa misma coreografía junto con Marie Claude Pietragalla.
La Orquesta Filarmónica de Nueva York es la orquesta más antigua entre todas las que están activas en la actualidad en el territorio estadounidense. También es una de las más comprometidas con la educación musical: en 1924 estrenó una serie de conciertos familiares, con la intención de dar a conocer la música a los más pequeños, que sigue ofreciendo todavía: los Conciertos para jóvenes (Young People’s Concerts). En otra entrada, hace casi un año, ya hablamos de esta estupenda iniciativa, recordando a Leonard Bernstein, el director de orquesta que popularizó estos conciertos didácticos, grabando nada menos que 53 episodios que fueron retransmitidos por muchas televisiones de todo el mundo.
Uno de estos episodios fue realizado en 1960 con ocasión del centenario del nacimiento de Gustav Mahler. Su título es ¿Quién es Gustav Mahler? debido a que hace cincuenta años este compositor no era todavía muy conocido por el gran público sino sólo por los expertos, que le recordaban sobre todo como excelente director de orquesta.
Aunque hoy en día Mahler ha conquistado un puesto entre los compositores más importantes de la historia de la música, no está de más escuchar de nuevo la respuesta de Bernstein a esa pregunta para celebrar los 150 años de su llegada al mundo, acontecimiento que ocurrió exactamente un 7 de julio.
Bernstein selecciona algunas páginas de la obra mahleriana para evidenciar las aparentes contradicciones del compositor, subrayando que: sus sinfonías manifiestan su gran talento operístico, pero en realidad no compuso ni una sola ópera; su música contiene la herencia vienesa pero está proyectada hacia el futuro, anticipándolo en muchos aspectos; de la misma manera, su música une la tradición occidental y la oriental (eslava, judía, zíngara, china, etc); algunas de las imágenes que ofrece su música son como sueños infantiles pero Mahler nos los presenta con la racionalidad de un adulto; también sus sentimientos son “infantiles”, por su extremismo, pero a la vez son adultos y muy conscientes.
Las celebraciones mahlerianas no terminarán con el año en curso, sino que se prolongarán durante todo el 2011, con la conmemoración del centenario de la muerte de este compositor y director de orquesta austríaco, así que tendremos ocasión para profundizar en su figura y su música. Mientras, disfrutemos de este Concierto para jóvenes, alrededor de tres cuartos de hora de música introducida y comentada por Bernstein, en inglés con subtítulos en español. Está dividido en cinco partes que se sucederán una tras otra sin más necesidad que la de tener unos segundos de paciencia, sin duda bastante menos de la que tuvo que emplear Marian Domínguez para subir éste y muchos más vídeos interesantes a su canal de YouTube.
ACTUALIZACIÓN (14/10/2012, 22º aniversario de la muerte de Leonard Bernstein): los propietarios de los derechos de explotación económica de estos vídeos han forzado el cierre de la cuenta de YouTube de nuestra compañera.
Es realmente lamentable esta actitud, pues la codicia de estas personas nos está privando del acceso a unos documentos de gran valor histórico y didáctico de los que no sólo ya se ha recuperado con creces la inversión inicial, sino que además les han aportado grandes ganancias gracias al cobro de los derechos de más de 50 años de emisiones televisivas ofrecidas en todo el mundo.
Actualmente estos vídeos no están disponibles para su compra o alquiler, ni en DVD ni tampoco en VHS, y es prácticamente imposible verlos en televisión. Por eso la única manera de que nuestros alumnos y alumnas (entre otros) puedan disfrutarlos es mediante los servicios online tipo YouTube, y estoy bastante convencido de que tal visionado no sólo no comporta ningúna pérdida económica, sino tampoco ningún lucro cesante a la empresa que tiene el poder de comercializar estas grabaciones, una firma llamada The Leonard Bernstein Office, Inc. que, tal como se puede ver en las últimas imágenes de cada vídeo, reservó los derechos en 1990, el mismo año de la muerte de Leonard Bernstein.
Desconozco cuánto tiempo falta para que esas obras pasen a ser de dominio público. Mientras, tendremos que asistir a esta absurda práctica que se puede resumir así: es mío y no te dejo verlo porque no me da la gana.
Afortunadamente no se pueden poner puertas al campo ni se puede frenar la difusión de la cultura, aunque sí se puede hacer un poco más difícil su acceso: actualmente el vídeo está disponible, aunque sin los subtítulos en español, con licencia estándar de YouTube. Lo insertamos a continuación y quedamos atentos para reemplazarlo con una versión útil también para quienes no dominen el inglés en el momento en que la encontremos nuevamente disponible.
En verano culmina en Andalucía la temporada de las ferias, comenzada en abril en Sevilla. Con ocasión de estas fiestas populares, cuyo escenario va desplazándose por prácticamente todas las ciudades y pueblos andaluces, las plazas y las calles se llenan de música y de baile.
Recuerdo que cuando llegué a España, hace ya casi veinte años, en las ferias sólo había un tipo de baile durante horas y horas, muy raramente interrumpido por otros ritmos. Las sevillanas estaban de moda con una fuerza tan grande que no sólo eran las protagonistas incuestionables de la Feria de Sevilla, sino que habían desplazado totalmente los bailes típicos de las otras provincias y localidades de Andalucía, que, pasadas dos décadas, todavía no han conseguido hacerse un espacio dentro de sus lugares de origen.
Entre las consecuencias más importantes de ese período de gran popularidad quiero destacar dos, una positiva y otra negativa: la positiva, además de muy personal, fue que me apunté a clases de sevillanas; la negativa fue la proliferación de un montón de sevillanas del montón (valga la redundancia) compuestas e interpretadas en serie y sin la más mínima originalidad por personajes cuyos nombres es preferible omitir. Todo eso ha causado cierto desprestigio de las sevillanas dentro del mundo flamenco, hasta el punto de que muchos aficionados y ciertos flamencólogos les niegan el derecho a ser consideradas un palo flamenco, relegándolas a la única condición de baile regional. Una simple búsqueda por la Red demostrará que la polémica todavía no está resuelta y las dos tesis conviven en la actualidad.
Personalmente estoy convencido de que las sevillanas sí tienen que estar en el árbol genealógico del flamenco. Más que palabras, voy aportar un sólo argumento de mucho peso: la voz de Camarón de la Isla, uno de los más grandes cantaores de la historia, fallecido hace exactamente 18 años, acompañado al toque por Tomatito, cantando Mi barrio/Dame la mano/Toma que toma/Pa qué me llamas prima, sevillanas compuestas por Isidro Muñoz y José Miguel Évora, hermanos de Manolo Sanlúcar.
En esta interpretación, extraída de la película Sevillanas de Carlos Saura, podemos disfrutar de la variedad de matices expresivos del cantaor, que va del pianissimo más sugerente al grito más desgarrado, y del virtuosismo del guitarrista, que complementa de manera perfecta el cante, ajustando la armonía y el ritmo hasta al más pequeño de esos matices.
Desde luego, una excelente interpretación puede dar vida a una obra vacía, pero no es este el caso: baste fijarse en su riqueza armónica, que culmina en la última copla con un brusco cambio de registro, conseguido a través de una modulación inesperada, y una nueva melodía.
Music Animation Machine es un canal de YouTube que contiene una creciente colección de vídeos en los que la música está representada gráficamente por medio de líneas o figuras geométricas, un sistema muy interesante que permite al oyente que no esté demasiado familiarizado con las partituras la visualización de la obra musical que esté escuchando.
En efecto, lo que aparece en pantalla tiene cierta similitud con el sistema de notación tradicional, sobre todo en lo que se refiere a la transcripción de la altura de los sonidos, definida de manera relativa por la posición vertical de las diferentes líneas. No hay clave ni líneas de referencia, por lo que a simple vista no sabemos qué notas son, ni hay compases o figuras de valor, por lo que tampoco podemos determinar la duración con la precisión necesaria para la ejecución. Pero tampoco importa: este sistema no pretende ser una partitura no convencional para ser interpretada por uno o más músicos, sino un apoyo visual para el oyente, algo parecido a la manera en que el movimiento de los labios y los gestos, tanto del rostro como del resto del cuerpo, facilitan el entendimiento del habla.
Como decíamos, el eje vertical indica la altura de las notas. El eje horizontal, por su parte, es el tiempo, y, en consecuencia, la duración de cada nota está indicada por la longitud de la línea correspondiente.
Los diferentes colores de las notas representan diferentes instrumentos o voces. También pueden destacar material temático, como ocurre en el siguiente vídeo, una obra basada en una fuga de la que ya hablamos en otra entrada: la Fuga del gato de Domenico Scarlatti. El autor de Cat’s Fugue (2007), Greg Anderson, se inspira en esa obra del músico italiano utilizando el sujeto, presuntamente compuesto por Pulcinella, el gato de Scarlatti, con la técnica del paseo por el teclado. El resultado es una curiosa y divertida convivencia de rigor contrapuntístico, libertad improvisativa jazzística y giros melódicos típicos del blues. El vídeo, que contiene la interpretación del mismo autor a dúo con Elizabeth Joy Roe, nos permite observar las distintas apariciones del sujeto, que empiezan siempre por una secuencia ascendente de bolas rojas.
Tras ver el vídeo, recomiendo una visita a los sitios de los dos pianistas y a su canal de YouTube.
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