Mi primer Liederbuch

Es el título de la publicación que hoy os quiero comentar de Rivera Editores. Es de Carlos Gimeno, que fue profesor mío en tres momentos de mi carrera musical, en Lenguaje Musical (el anterior Solfeo), en Acompañamiento (el anterior Repentización, Transposición y Acompañamiento) y en Improvisación en mis estudios superiores. 

No voy a ocultaros la admiración que siento hacia su persona como pedagogo y como músico. Guardo un gratísimo recuerdo de sus clases, que eran ejemplares porque nos enseñaban a profundizar en el conocimiento musical a partir de nuestras vivencias y de lo que ya sabíamos. Eran edificantes, apasionantes, muy amenas, y todos los adjetivos positivos que se le pueden decir a un profesor. Explicaba, pero sobre todo mostraba, hacía, ejemplificaba con su gran talento musical al piano. Aún recuerdo que en una clase nos dijo que "el conservatorio no había conseguido matar nuestra creatividad" :) 


Mi primer Liederbuch, como dice en su prólogo "es una recopilación de lieder de diferentes autores que pretende ser una introducción al mundo del lied (...) todos los lieders están en Do Mayor en en La menor; el propósito de esta elección no es otro que el de estudiar a fondo dichas tonalidades como base y modelo para el posterior estudio de las demás".

Me encantan sus comentarios musicales, argumentales de los textos y las reseñas sobre los autores así como sus propias traducciones del alemán y de otros idiomas. Es imprescindible para aquellos que se quieren iniciar en el mundo de la canción de concierto porque ha realizado una precisa selección que permite que cualquier persona pueda cantarlos, es decir, la tesitura de las canciones es adecuada a todo tipo de voces, incluidos niños y adolescentes. Por ello este libro debería estar en las bibliotecas de todos los profesores de canto, de lenguaje musical y repertoristas.

Y tú de quien eres…

Es frecuente encontrar en el mundo de la música clásica biografías y currículums que obvian la labor del conjunto de los profesores que han ayudado al cantante a llegar a ser lo que es y prestan demasiada atención, excesiva, a los profesores de canto.

Dudo mucho que haya sido sólo labor del profesor de canto enseñar: lenguaje musical, armonía, historia de la música, estética, idiomas, piano, escena, repertorio, y un largo etcétera, siendo todas estas materias competencias necesarias para la formación integral de un cantante, sin las cuales quedaría totalmente limitado.

Antaño era responsabilidad de un único profesor la formación integral del músico y tenía sentido citar a un único profesor, era una época artesanal, podríamos decir, de la enseñanza musical. Hoy en día es un vasto conjunto de profesionales los que están implicados en la formación musical y todos ellos merecen un sitio igual, pues la aportación de cada uno es igual de imprescindible. 

Recuerdo con especial cariño a los profesores que me animaron a seguir en los momentos difíciles, como Carlos Gimeno, Agustín Manuel Martínez, Pilar Fuentes, Mariela Gómez Pardo, Francesca Roig, Alan Branch, Alba Rosa Forasté, Tomás Gilabert, Miguel Gironés, Mª Carmen Sansaloni, Gabriel y Santiago Casero, Luciana Serra, Manel Ruiz... Todos ellos creyeron en mí y me aportaron muchísimo en mis estudios. A todos ellos debo gratitud por siempre y admiración por su labor bien hecha.

Me parece justo que hagamos de vez en cuando un examen de conciencia y, aunque sea en privado, les reconozcamos a esos profesores su aportación en nuestro crecimiento.