Jesús Lavilla es una importantísima referencia en el campo del acompañamiento musical del género moderno y popular, siempre desde las teclas de su piano y flanqueado en todo momento por su originalísima musicalidad.
¿Cuáles son tus estilos musicales predilectos?
Tengo la fortuna de emocionarme con casi cualquier estilo, sigo estando enamorado de la música en general, pero es cierto que puedo tener quizá predilección por la música clásica, el jazz, el smooth-jazz, el funk… El bebop es la forma dentro del jazz que más me atrae. Ese fraseo característico en las melodías y en los solos me cautiva de la misma manera que lo hace el sonido de la sección de cuerdas en la música clásica y especialmente en la contemporánea.
¿Cómo llegaste al mundo del acompañamiento de cantantes?
Bueno… siempre me gustó un poco más formar parte del background que estar “delante”, me gusta más el acompañamiento, rearmonizar, colocando de este modo la melodía original en otro contexto me apasiona. Es algo que me atrajo de manera hipnótica desde muy pequeño, descubrir cómo a una misma melodía podían caberle diferentes acordes. Esto, y no tener demasiados prejuicios a la hora de tocar según qué estilos comerciales, me llevó a especializarme, si acaso, en esta asignatura, y por ende, a acabar acompañando a muchos cantantes paisanos de diferentes estilos.
Tu versatilidad te ha llevado a acompañar a artistas de la talla de David Bustamante, Martirio o Alex O'Dogherty (pop, flamenco-jazz y música teatral respectivamente). ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Pues de momento continuaré trabajando para David y para Maribel (Martirio) en 2018, aunque este año se suma también al elenco Pastora Soler que, aunque es una gira que haré como “segundo de a bordo” sustituyendo a un compañero, se prevé que haga gran parte de ella. También formo parte de la banda de un amigo que quiero mucho, compañero en la gira de Bustamante, Xavi Reija, un baterista con un talentazo brutal, estoy encantado de trabajar con él.
Por otra parte, acabo de terminar el primer disco en solitario de mi amigo Jesús Bienvenido, uno de los autores del carnaval de Cádiz que más me gusta, un músico maravilloso con una voz preciosa y una manera de componer tocando la genialidad. Muy recomendable por cierto… Voy a comenzar en breve el disco de Juan José Alba, otro de los valores en alza de mi tierra, con el que estoy especialmente ilusionado.
Y entre pitos y flautas (nunca mejor dicho) trato de preparar mi primer disco como pianista. Me cuesta mucho porque soy muy autocrítico, termino tirando a la papelera la mayoría de ideas que se me ocurren, pero tranquilos, me lo estoy tratando, ya tengo mi medicación y todo… (jijijiji).
¿Qué cantantes de los que has acompañado de estilo popular (sabemos que eres un maestro en el arte de acompañar coplas) han dejado más huella sonora en tu mente?
No me considero un maestro de nada, lo único es que soy de los pocos que me he atrevido a innovar en ese terreno, el de la música tradicional española, y eso puede llegar a ser atractivo desde fuera, pero no es más que lo que es: “arrojo”. Y esta curiosidad por la copla, y a colación de lo que preguntabas, me la transmitió Martirio, que por supuesto ha sido la cantante que más me ha marcado, sin lugar a dudas.
¿Por qué?
Ahm… es largo de contar, pero trataré de resumirlo. Mi llegada a su banda fue un salto exponencial en mi carrera como pianista, a mis 27 años me veía yendo de la mano de Chano Domínguez (imaginad qué presión) que con todos los pianistas que conoce, confió en mí para ocupar su asiento en el trío de acompañamiento de “Martirio”. Yo me veía con la responsabilidad de dar la talla, viéndome de repente tocando con la élite del jazz del país, hablo de los maestros Guillermo McGuil y Javier Colina. Aprendí muchísimo, y no sólo a nivel músical, Maribel es una mujer inteligentísima que te obliga a esforzarte para estar a su altura… con lo cual también crecí a nivel intelectual. Siempre estaré en deuda con ellos, y con Javier Ruibal, que apostaron por mí a manos llenas.
¿Y de estilo moderno?
Bueno, es que Martirio abarca un abanico tan amplio estilísticamente hablando, que puede entrar perfectamente dentro del terreno de cantantes modernos que me han marcado. Javier Ruibal ha sido otro de mis cantautores favoritos, Jesús (Bienvenido) ya os he dicho que me encanta, David (Bustamante), aunque en otro terreno muy diferente, tiene una voz preciosa, me gusta cómo lo hace él también porque (al margen de lo que demande el mercado) cuando canta “en serio”, demuestra tener un estilazo y un vozarrón.
En una anterior entrevista desvelaba que trata de tener en cuenta la manera de armonizar para no hacer “descarrilar” al cantante, así que no se “desmelenaba” tanto. ¿Puede ilustrarnos más sobre esta afirmación?
Sí, claro…todos sabemos que “puede” llegar a ser más susceptible de despistarse en la afinación un cantante que otro instrumentista si te pasas de la raya rearmonizando. Por ello es que trato de contenerme en cuanto a la cantidad y a la compatibilidad, relación melodía - armonía.
Martirio es un gran músico a la que es muy difícil despistar, y eso que le hacemos verdaderas perrerías acompañándola con el trío a nivel rítmico y armónico, pero no todos los cantantes tienen el oído igual de entrenado. Vale… también hay otros factores (no sólo la vulnerabilidad del oído) que te empujan un poco a limitarte tocando, por ejemplo el estilo en el que te muevas. Con la música de David, por ejemplo, no puedes ser igual de creativo ya que es una música más hermética, aunque yo siempre trato de llevármelo todo a mi terreno en la medida de las posibilidades.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Tendría unos 5 años, estaba en casa de uno de mis hermanos y había por allí un pianito de esos de juguete de algún sobrino mío. Recuerdo que tenía las teclas de colores y una octava si acaso… fue toparme con él, poner la mano encima, y pensar: “este es mi lenguaje”. Al poco, me sentaba en el sofá con un Casio PT1 (los de mi generación saben de qué hablo jijijiji) que me regaló mi madre al ver la ilusión que me hacía tocar, y copiaba la música que salía del televisor. Por suerte, entendió que no era muy normal que hiciera eso con esa edad, y me apuntó a clases particulares de solfeo. Se lo debo todo, siempre me apoyó en esto de la música.
Ah, que igual he retrocedido demasiado ¿no? Te referías a mi primera experiencia con la música a nivel más profesional, ah vale vale… jijijiji. Pues nada… como a los 8 años comencé a tocar el órgano en el coro de la iglesia de mi barrio y a la vez también fui haciendo incursiones acompañando a cantantes locales (San Fernando) de copla o flamenco (era lo que se despachaba por la zona). A los 12 entré a formar parte de mi primera banda, era la primera vez que tomaba contacto con un baterista, bajista y guitarrista. Esto me ayudó a abrir los sentidos, oyendo, dialogando. Además tocábamos un repertorio comprometido para esa edad, abarcaba una gran cantidad de estilos y podríamos decir que fue el comienzo oficial del aprendizaje del oficio más a conciencia.
Poco tiempo más tarde empecé a ser reclamado por orquestas de baile (venían los compañeros a pedirle permiso a mi madre para sacarme de casa: “señora, que nos llevamos al niño, no se preocupe que lo traemos de vuelta sano y salvo” jijiijiji Imaginad… ¡ERA UN NIÑO! Y me llevaban a tocar a las ferias de los pueblos para llegar a casa a las 8 ó 9 de la mañana, debió ser duro para ella dejarme ir, pero cedía porque se veía que ese era mi camino. Esta experiencia duró 10 años, y me proporcionó un bagaje al que le debo gran parte de mi “éxito” (si se puede llamar así) en la actualidad.
Durante esa misma etapa de manera paralela, descubrí el jazz y me volví loco. A los 16 puse un pie por primera vez en un estudio de grabación (lo que me sirvió para darme cuenta de que eso era otra profesión diferente, muy difícil, la del músico de sesión) y seguidamente llegué al acompañamiento de artistas profesionales. Gracias a todas estas vivencias comencé a crecer musicalmente de manera exponencial, ha sido una carrera explosiva, preciosa y meteórica gracias a la ayuda de compañeros que me enseñaron los entresijos de este tan bello oficio nuestro como es el de “la música”. Y así, un poco en resumen… fueron mis comienzos, jijijiji.
¿Qué consejo daría a las nuevas generaciones de músicos?
¡Esto sí que es responsabilidad! jijijiji Mira, yo noto que hay como muchas ganas de volar, pero para volar, antes hay que saber andar. Noto que hay unas lagunas importantes de información en compañeros que tocan muy bien, pero después hacen agua en cosas “aparentemente” más básicas.
Un músico no puede no saber las reglas del juego a la hora de improvisar en un standard de jazz, por ejemplo. Un músico no puede tocar vertiginosamente en “Giant Steps”, pero tener que acompañar un bolero clásico como pudiera ser, qué te digo yo… por ejemplo, “Reloj”, que los acordes se ven venir, y no saber ni por donde meterle mano.
Hay que estudiar muchísimo chicos, porque después vienen, por ejemplo, los músicos cubanos, y tocan de la misma manera standards que música tradicional. Siempre insisto mucho: controlar la mayor cantidad de estilos, y por supuesto en el conocimiento total y absoluto de la armadura, el control de los 12 tonos, tocar con fluidez en cualquiera de ellos es CRUCIAL. (En esas ando yo también, no os creáis…) En resumen, PREPARACIÓN, porque es con ella y aún así, está todo complicado, imaginad si os mostráis vulnerables. Así que ¡A ESTUDIAR!
¿Quiere añadir algo más sobre su relación con la música?
Sí…¡VENGA! ¡A ESTUDIAR!
¿Dónde pueden saber más nuestros lectores sobre ti?
En: www.jesuslavilla.es y en mi canal de YouTube, en Instagram, Facebook, Twitter…
Hoy visita nuestra página una referencia de la música desde Santiago de Cuba. Cantante, pianista y compositora. Consta de un repertorio cuidadosamente escogido, que aborda diversos géneros de la música cubana e internacional.
Su propuesta musical se caracteriza por tener una sonoridad fresca y novedosa que apuesta por el buen gusto y la equilibrada fusión de ritmos cubanos y foráneos. Dentro de su repertorio se incluyen temas inéditos de su autoría y de jóvenes autores santiagueros.
Su figura grácil provoca que en oportunidades la presenten “como una niñita que canta como los ángeles”. Una verdad a medias; pues a sus veintiocho años Giselle Lage ya no es aquella “niñita” que a principios de los noventa del pasado siglo, mostraba su afición al canto en las Cantorías Infantiles de la Sala de Concierto Dolores, en su Santiago de Cuba natal.
Por el contrario, a pesar de su juventud y en apenas un lustro como cantante profesional del Catálogo de la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Miguel Matamoros, es presencia constante en los principales festivales de música que tienen lugar en la más caribeña de las ciudades cubanas, a saber: Festival Boleros en Santiago, Festival de la Trova, Encuentro Amigos del Jazz y, más recientemente, la edición santiaguera del Festival Internacional Jazz Plaza.
Decíamos que verdad a media, porque ciertamente Giselle es dueña de una voz que logra encantar al público, por más diverso que éste sea. “Una voz que enamora”, la definió en alguna oportunidad el periodista José Roberto Loo Vázquez, en entrevista para el periódico provincial, Sierra Maestra. Y es que, repuesto el oyente de la sorpresa inicial, la aparente paradoja de una voz que parece imposible provenir de una imagen casi adolescente da lugar al embeleso, al disfrute pleno de una manera muy personal de interpretar géneros tan diversos como: el filin, bolero, bossa nova, jazz, canción, balada, trova y género fusión.
Graduada de la Escuela Vocacional de Arte (EVA) José María Heredia y del Conservatorio de Música Esteban Salas, en la especialidad de piano básico, Giselle continuó su formación con estudios de Armonía y Orquestación (con el profesor Mario Pujals), así como de canto lírico (con las sopranos Cristina Delisle y María Isabel del Prado).
Precisamente, durante sus estudios en el Conservatorio de Música, retomó su interés por la canción; de modo que tras un período laboral de tres años como pianista acompañante del Conjunto Lírico de Santiago de Cuba, se sometió a un jurado de evaluación del Instituto Cubano de la Música, que la avaló como cantante solista, pasando a formar parte del Catálogo de la Empresa Provincial Comercializadora de la Música y Espectáculos Miguel Matamoros.
Desde entonces, su carrera como intérprete no ha dejado de evolucionar, como resultado de una intensa preparación personal, seriedad en el trabajo, búsqueda constante de nuevas experiencias musicales y el intercambio (en eventos y colaboraciones) con importante músicos del país, como: René Avich(tresero y compositor), Gabino Jardines (destacado guitarrista acompañante), José Aquiles (trovador), Rolando Luna (pianista), Eva Griñan (cantante solista), Zulema Iglesias (cantante solista), Alberto Lescay (trompetista, jazzista)y Yasek Manzano (trompetista, jazzista), Reinier Mariño (guiarrista flamenco) por solo mencionar algunos.
Esa constante búsqueda de nuevas experiencias, ha llevado a Giselle a breves pero positivas incursiones en otros géneros de la música, como el rock (en un homenaje a John Lennon, en compañía del grupo santiaguero Parasomnia) y la música electrónica. En este último caso, resalta el trabajo realizado como autora (en conjunto con Félix Muñiz y Sara Gil Piriz) e intérprete de la canción tema, en la banda sonora del cortometraje animado “Mundo Sumergido”, del Director AlienMa Alfonso, del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC); el cualfue seleccionado para participar en el Festival Annecy, de Francia, y reconocido con el Premio del Jurado en el Festival Internacional de Arizona en los Estados Unidos. El video clip que acompañó a este tema, fue nominado en la modalidad de Banda Sonora, en el festival Lucas 2015 (Festival del video clip cubano).
Fruto también de esa exploración dentro de sus posibilidades musicales, resulta la creación de un grupo acompañante, en el año 2015. Con un formato básico de voz, piano, bajo y percusión, y bajo el denominativo Giselle Lage y su grupo, comienza a presentarse de manera habitual en el Iris Jazz Club, en Santiago de Cuba. Este nuevo formato musical permite a Giselle adentrarse en los diversos géneros de su repertorio, con una sonoridad en las que destaca la fusión con el jazz y la creación de arreglos muy personales y bien logrados, que redimensionan sus interpretaciones.
Confesa admiradora de la música cubana y brasileña, Giselle Lage se ha ganado el reconocimiento de colegas, instituciones culturales y público en general, como evidencian su reciente elección para defender una de las obras finalistas del V Concurso de Música Popular Electo Rosell, Chepín, In Memoriam, organizado por el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en Santiago de Cuba.
Desde 2013, es anfitriona de una peña cultural que, bajo el nombre de Crónicas de mi ciudad, se acerca a la historia y la cultura de su ciudad natal desde el quehacer de investigadores, historiadores, pintores, músicos, escritores y artistas de otras manifestaciones. En este espacio, con un público habitual, Giselle ha desarrollado una faceta más intimista, en la que interpreta su repertorio al piano.
Entre sus proyectos inmediatos, se encuentra la realización de un video clip a la balada “Una mujer”, de la autoría de Jorge Luis Borrego, tema licenciado en marzo de 2017 por la disquera norteamericana AJ Music y promovida por la misma en una veintena de países del continente; logrando alcanzar el número 3 de la lista de temas más escuchados de la disquera en el mes de junio de 2017, en su emisora radial en internet.
Asimismo, y como parte de su superación constante, Giselle trabaja en nuevos temas y arreglos musicales para su grupo, el cual mantendrá el formato original, pero con la novedad de asumir ella misma la doble función de intérprete y pianista.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Desde muy chico mis padres eran de cantar en mi casa mientras hacían sus cosas y esas melodías ya me invadían el cerebro.
Después, alrededor de mis 8 años agarre la guitarra clásica de mi primo mayor junto con un libro de canciones de los beatles que el tenia e intente empezar a aprender "the fool on the hill" no solo por ser una hermosa canción, sino también porque empezaba con un acorde fácil... el de "mi menor" (em)
¿En qué momento decidiste que querías ser cantante?
Hacia fines de mi colegio secundario ya detectaba que no me convencía la vida rutinaria de oficina...u otras profesiones no conectadas con la parte creativa, con el interior del alma, del ser autentico.
y todo esto si lo percibía y vivenciaba al hacer música.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Acá en argentina, mis experiencias con juan pollo raffo, pino marrones, flavio cianciarullo, miguel gomez carrillo, gerardo gardelin, fernando martinez, mono fontana... y varios más con los que en distintas circunstancias aprendí muchas cosas que me formaron.
¿cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
stevie ray vaughan, miles davis, mike stern, john coltrane, charlie parker, led zeppelin, queen, the police, beatles, rolling stones, jimy hendrix, prince, stevie wonder, michael jackson, charly garcia, luis alberto spinetta, louis amstrong, duke ellington, silvio rodriguez, drexler
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Canción rock-pop pero con un aproach mas libre con influencias del blues y el jazz.
¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes?
1) la tecnología nos ha permitido ampliar los horizontes y lograr que nuestra música llegue a lugares del mundo que antes eran inalcanzables.
2) no obstante, esta misma herramienta ha generado una facilidad tecnológica que hace que casi cualquier se humano pueda crear un disco y salir a competir. Esto dificulta al oyente para poder diferenciar a l momento de que elegir para escuchar haciendo que queden entremezclados, todos en una misma bolsa, los artistas de cierto nivel y los improvisados (que hacen de esto un hobbie pero no una forma de vida/profesión.)
Esto a su vez ha traído una desvalorización de los shows en general (salvo los ya consagrados), produciendo un cierto cansancio en el potencial publico al momento de ir a ver bandas/solistas desconfiando muchas veces de "con que se van a encontrar".
¿Qué crees que debería cambiar?
No tengo en claro el como solucionarlo, pero sí estaría bueno garantizarle a dicho potencial público, un nivel mínimo de profesionalismo en los shows que se le ofrecen.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Que estudien y trabajen su voz, y que traten de ser ellos mismos.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Desde muy chico mis padres eran de cantar en mi casa mientras hacían sus cosas y esas melodías ya me invadían el cerebro.
Después, alrededor de mis 8 años agarre la guitarra clásica de mi primo mayor junto con un libro de canciones de los beatles que el tenia e intente empezar a aprender "the fool on the hill" no solo por ser una hermosa canción, sino también porque empezaba con un acorde fácil... el de "mi menor" (em)
¿En qué momento decidiste que querías ser cantante?
Hacia fines de mi colegio secundario ya detectaba que no me convencía la vida rutinaria de oficina...u otras profesiones no conectadas con la parte creativa, con el interior del alma, del ser autentico.
y todo esto si lo percibía y vivenciaba al hacer música.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Acá en argentina, mis experiencias con juan pollo raffo, pino marrones, flavio cianciarullo, miguel gomez carrillo, gerardo gardelin, fernando martinez, mono fontana... y varios más con los que en distintas circunstancias aprendí muchas cosas que me formaron.
¿cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
stevie ray vaughan, miles davis, mike stern, john coltrane, charlie parker, led zeppelin, queen, the police, beatles, rolling stones, jimy hendrix, prince, stevie wonder, michael jackson, charly garcia, luis alberto spinetta, louis amstrong, duke ellington, silvio rodriguez, drexler
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Canción rock-pop pero con un aproach mas libre con influencias del blues y el jazz.
¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes?
1) la tecnología nos ha permitido ampliar los horizontes y lograr que nuestra música llegue a lugares del mundo que antes eran inalcanzables.
2) no obstante, esta misma herramienta ha generado una facilidad tecnológica que hace que casi cualquier se humano pueda crear un disco y salir a competir. Esto dificulta al oyente para poder diferenciar a l momento de que elegir para escuchar haciendo que queden entremezclados, todos en una misma bolsa, los artistas de cierto nivel y los improvisados (que hacen de esto un hobbie pero no una forma de vida/profesión.)
Esto a su vez ha traído una desvalorización de los shows en general (salvo los ya consagrados), produciendo un cierto cansancio en el potencial publico al momento de ir a ver bandas/solistas desconfiando muchas veces de "con que se van a encontrar".
¿Qué crees que debería cambiar?
No tengo en claro el como solucionarlo, pero sí estaría bueno garantizarle a dicho potencial público, un nivel mínimo de profesionalismo en los shows que se le ofrecen.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Que estudien y trabajen su voz, y que traten de ser ellos mismos.
No cabe duda que la formación que recibe un intérprete de clásico es una de las más completas que cualquier músico puede recibir, pero aun así no es suficiente para enfrentar cualquier tipo de música. Las músicas populares tienen características específicas que hay que interiorizar para llegar a desempeñar una interpretación convincente. Por muy virtuoso que uno sea, nunca llegará a dominar cualquier estilo sin antes haber investigado y trabajado duramente las características propias de ese estilo. Pensemos por ejemplo en el gran Yehudi Menuhin acompañando con toda humildad a un Stéphane Grappelli que, probablemente no posea ni la mitad de su técnica o conocimientos musicales, pero tiene el don natural del “swing”, y eso amigos, me gustaría pensar lo contrario pero, “se tiene o no se tiene”.
El gran violinista de jazz y pedagogo Christian Howes, algunos de cuyos artículos publicamos a menudo por aquí, apunta estos 7 consejos a la hora de enfrentarse al violín moderno:
1. Toca siempre dentro del groove.
Nunca pierdas el groove por ir a buscar una nota.
El groove es el ritmo específico del estilo. No sólo el ritmo en un sentido metronómico, el escrito en la partitura, sino el ritmo con la intención y las características del estilo que estemos tocando. Es una palabra muy utilizada en funky, soul, etc., pero tiene otras palabras aplicadas en otros estilos que se le asemejan, como el “swing” en el jazz, el “flow” del hip hop, el “compás” flamenco, el “shuffle” en bluegrass, etc. Cada estilo tiene sus características, una mayor o menor elasticidad respecto al patrón apuntado en la partitura que le da su personalidad. Cuando entramos en ese ritmo, cuando todos los componentes del grupo comparten ese sentido del ritmo se dice que “el tema camina”. En música clásica no se suele estar tan constreñido a un patrón rítmico fijo, salvo en formas musicales como el bolero, el pasacalle, etc., pero en el violín moderno es esencial.
Así que, suceda lo que suceda, debes subirte a ese ritmo y no salirte jamás. No puedes perderlo por titubear buscando notas. Si hay que elegir entre fallar una afinación o fallar el ritmo, busca siempre seguir en el ritmo, así además no perjudicarás al resto de compañeros músicos. Sólo cuando te toque algún solo podrás quizás tomarte libertades.
2. Toca menos. Quédate por detrás.
El groove ya tiene suficiente energía.
Y es que no hay que estar constantemente creando frases o buscando improvisaciones, sólo cuando te toque hacer algún solo o seas solista. Si ayudas al ritmo del tema con una buena base armonizada y estarás haciendo mucho. Quédate por debajo la mayor parte del tiempo o se formará un caos de músicos intentando destacar alardeando de tocar muchas notas muy rápidamente. No se trata de demostrar lo que sabes, de demostrar que puedes tocar de forma increíble, sino de hacer una música que emocione.
3. Espera y escucha el espíritu de la música.
No te pongas a tocar a lo loco sin haber entrado en el tema.
Interioriza su espíritu, para que lo que hagas sea realmente una música creada en armonía entre varios, coherente e intensa.
4. Busca inspiración con cada nota.
Que cada nota tenga un sentido dentro del tema general.
Que lo lleve a algún sitio, que no sólo sea acumular locos arpegios o escalas sin ton ni son (los músicos tienen un nombre para ese tipo de instrumentista: “patilludo”). Si estás perdido, quédate en una sola nota hasta que sientas adonde debes ir.
5. Sé humilde, sé amable.
Y eso vale para todo en la vida.
No te pongas a quejarte, a compararte con los demás, a criticar, a competir con tus compañeros para llamar la atención: al contrario, intenta realzar lo que ellos tocan, ayudándoles.
6. Grábate a ti mismo y escucha con atención.
La grabación nunca miente.
Es duro, porque descubrirás todo lo que haces mal, pero es necesario escucharnos desde fuera. No te desalientes al escucharte, porque es normal que nos juzguemos más duramente que si escucháramos a otro, pero toma nota de todo lo que puedes y debes mejorar y trabaja en ello.
7. Canta lo que escuchas y después tócalo al violín.
Aunque no sepas cantar.
Porque deberíamos llegar a poder tocar cualquier cosa que se nos pase por la cabeza, sin tener en cuenta la facilidad para los dedos o el brazo de lo que hemos concebido, o de las hábitos por las mismas escalas y arpegios tantas veces practicados.
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