También conocida como Día Mundial de la Música, la Fiesta de la Música tiene sus orígenes en Francia, donde se celebró por primera vez en 1982, aunque la declaración oficial llegó al año siguiente, fijando definitivamente la asociación entre la música y el solsticio de verano (o de invierno, para nuestros amigos del hemisferio sur). Desde entonces, el número de países que se unen en esta celebración crece anualmente, siendo actualmente muy superior al centenar.
Fête de la Musique, Faite de la musique! (Fiesta de la Música, ¡Haced música!) es el lema que, aprovechando el juego de palabras que resulta de la idéntica pronunciación de las dos frases, expresa de manera inequívoca el espíritu de este acontecimiento. En muchísimas ciudades del mundo, además de fomentarse la actuación espontánea de músicos en calles y plazas, se habilitan espacios públicos para la realización de conciertos para que la música sea la protagonista absoluta del día más largo del año.
Un ejemplo de esta apertura a la música de lugares que normalmente no son utilizados para ese fin es el concierto dedicado a las mujeres en la música, que se celebrará mañana a las 9 de la noche en Roma, en el espectacular escenario de la Basílica de Majencio. La orquesta de la Accademia della Libellula, bajo la dirección de mi hermana Cinzia Pennesi, interpretará obras de varias compositoras, tanto del pasado como contemporáneas, como Ana Bolena, Francesca Caccini, Maria Margherita Grimani, Ivana Stefanovic, Matilde Capuis y la misma Cinzia Pennesi.
Espero que mañana la música suene en todos los rincones del mundo.
Felicidades y… faite de la musique!
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