La muerte y la doncella

Franz Schubert

Franz Schubert by Wilhelm August Rieder (PD)

La Historia de la Música, al igual que la Historia de las demás expresiones artísticas, necesita clasificar autores y obras en épocas y movimientos para de esta manera identificar más fácilmente los elementos estilísticos que los unen o los diferencian. Hay períodos muy fáciles de delimitar, como por ejemplo el Barroco, gracias a su omnipresente bajo continuo y a sus grandes contrastes dinámicos y tímbricos. Al contrario, hay otras épocas consecutivas que se funden en su punto de unión de manera tal que presentan simultáneamente los ideales de ambas poéticas, totalmente contrastantes y sin embargo en perfecta armonía.

Esto es muy evidente en el caso del paso del Clasicismo al Romanticismo, trance para el cual es muy difícil fijar una fecha, aunque aproximada: algunos autores (cada vez menos) la sitúan en el cambio del siglo XVIII al XIX, otros coincidiendo con la muerte de Beethoven (1827) y otros aún alrededor de 1820. Esta última opción, la más aceptada actualmente, es la única que tiene en cuenta, además de los muchos rasgos románticos que posee la producción musical del último Beethoven, la inexistencia de claros elementos de diferenciación entre el lenguaje musical del Clasicismo y el  del Romanticismo, algo que sí existía en otros momentos, por ejemplo en el Barroco, con el bajo continuo.

En este contexto resulta bastante inadecuado clasificar (si nos empeñamos en hacerlo por mera costumbre) a Beethoven entre los compositores clásicos sin más, así como también lo sería definir simplemente como romántico a Franz Schubert, que, aunque mucho más joven que su colega, murió tan sólo un año después de aquel, hoy hace exactamente 184 años.

A pesar de haber vivido sólo 31 años, Schubert nos dejó un catálogo de obras bastante amplio que incluye las principales formas instrumentales de la tradición clásica: 1o sinfonías, 21 sonatas para piano y 16 cuartetos de cuerda además de varios tríos, quintetos y otras formaciones camerísticas.

También se dedicó a la ópera, componiendo varias, sobre todo Singspielen, aunque lo que realmente destaca de su música vocal son los más de 600 Lieder, canciones para solista acompañado por un piano sobre poemas de grandes escritores románticos como Wolfgang Goethe, Wilhelm Müller o Matthias Claudius. Este último es el autor de los versos de La muerte y la doncella, a la que Schubert puso música en 1817. El texto consiste en dos estrofas: en la primera la doncella suplica a la muerte que la deje vivir pues todavía es muy joven y en la segunda la muerte le contesta intentando tranquilizarla, presentándose como una amiga entre cuyos brazos tendrá un sueño dulce y suave.

Varios años después, en 1824, tras un grave brote de la enfermedad que le llevaría a su prematura muerte, Schubert utilizó esta melodía como tema para las variaciones que constituyen el segundo movimiento de su Cuarteto de cuerda nº 14 en re menor, composición que también toma el nombre del poema. La obra está cargada de dramatismo desde el primer acorde, atacado con energía por los cuatro instrumentos. Cuatro robustos acordes fortissimo enlazados por tresillos dejan paso repentinamente a un pianissimo, dos expresiones extremas que seguirán alternándose en todo el movimiento de la misma manera en que el desgarro y la melancolía también se van turnando.

Las cinco variaciones que componen el segundo movimiento están construidas de manera que los cuatro instrumentos se alternan en la parte del solista, acompañados por los otros tres que, además de la función armónica, se encargan de mantener un ritmo trepidante.

El trío del tercer movimiento, un scherzo construido sobre el esquema del minueto clásico, es el único momento tranquilo del cuarteto, un instante de paz entre los fortissimi sincopados del resto del movimiento y el frenético cuarto tiempo, un tiempo de tarantella, danza italiana que según la tradición imitaba las convulsiones provocadas por la picadura de la tarántula, algo que varios autores describen como una especie de danza de la muerte.

Entre las muchas transcripciones que se han hecho de este cuarteto hay que destacar la que planificó Gustav Mahler para orquesta de cuerda, de la que sólo llegó a realizar el segundo movimiento y que fue completada por el editor. Personalmente prefiero la versión original aunque como curiosidad, y también porque ofrece la posibilidad de seguir la obra leyendo la partitura, os la propongo en el vídeo siguiente.

El instrumento vocal y agrupaciones

Comenzamos un nuevo tema, esta vez vamos a estudiar la cualidad del sonido relacionada con el timbre, es decir, lo referente a la voz y los instrumentos.

Y lo hacemos con este mapa conceptual sobre el instrumento más perfecto, “La Voz”.

La voz humana

Pincha sobre la imagen para abrir el mapa conceptual sobre la clasificación de las  voces.

Clasificación de las voces.

Y para terminar el tema otro mapa sobre las agrupaciones vocales.

Agrupaciones vocales.

Aquí tenéis un libro sobre la voz humana con actividades creado por Mª Jesús Camino Rentería.

Ejercicio sobre la voz

Y ahora un ejercicio auditivo sobre las agrupaciones vocales.

 

Para finalizar el tema tenéis que realizar este trabajo de lectura e investigación de forma individual y entregarlo el día de la evaluación.


Archivado en: 1.La voz Tagged: agrupaciones vocales, aparato respiratorio, aparto fonador, bajo, barítono, contralto, coro, cuarteto, cuerdas vocales, dúo, escolanía, la voz, mezzosoprano, resonadores, respiración, soprano, tenor, trío

La música está servida. ¡Buen provecho!

Georg Philipp TelemannHoy día todos podemos comer deleitándonos, junto con nuestros huéspedes, con un fondo musical o, si estamos solos, podemos acompañar el rato en la mesa con una escucha atenta de algunas obras musicales. Obviamente eso ha sido posible por la invención y popularización de los aparatos de grabación y reproducción musical. Antes de que eso ocurriese, la música sólo alegraba las mesas de las clases altas, que podían permitirse disponer de músicos a su servicio para tocar cuando quisieran. En realidad también el pueblo llano podía disfrutar de momentos similares, pero sólo muy de vez en cuando, con ocasión de fiestas populares.

En ambos escenarios, tanto en las cortes y en los palacios como en las plazas y en las eras, la música era muy demandada para animar las reuniones gastronómicas y, en consecuencia, se creó un género específico, la música de mesa o, en alemás, Tafelmusik.

En este género destaca una obra de Georg Philipp Telemann, músico del que hoy celebramos el aniversario de su muerte, ocurrida en 1767, cuyo título es justamente Tafelmusik. Más que de una única obra, se trata de una colección de obras como sonatas a dúo, trío y cuarteto, suites de danzas y conciertos para instrumentos solistas. Justamente esta última es la forma de la obra contenida en el vídeo siguiente, el Concierto en Fa para tres violines, cuerdas y bajo continuo, interpretado por los y las estudiantes de los cursos de perfeccionamiento en instrumentos de cuerda del Osaka College of Music. La grabación es de hace un mes y medio.

La entrada La música está servida. ¡Buen provecho! ha sido publicada primero en educacionmusical.es.

Samuel Barber: música “bella e semplice”

Samuel BarberEn este año 2010 coinciden las celebraciones del centenario del nacimiento de numerosos compositores: tras Pergolesi (300 años) y Chopin (200 años), llega hoy el turno del estadounidense Samuel Barber (100 años), con el cual no se acaba todavía la lista de “nacidos en el 10″.

Aunque Barber tal vez no sea tan famoso como los otros dos compositores citados, sí es muy conocida una de sus obras, o mejor dicho, las dos transcripciones que realizó de parte de una obra que compuso en su juventud. Lo que originariamente era el segundo movimiento de un cuarteto de cuerda dio lugar a una obra orquestal cuyo escueto título es Adagio for Strings (Adagio para cuerdas) y más tarde también a un Agnus Dei para coro a 8 voces mixtas.

Fue Arturo Toscanini, impresionado por esta pieza que definió como “semplice e bella”, quien animó al compositor norteamericano a realizar la primera de esas dos transcripciones y la estrenó al frente de la NBC Symphony Orquesta en 1938.

Debido a su gran expresividad, esta obra ha sido incluida en la banda sonora de varias películas, entre las cuales destacan El hombre elefante y Platoon, en las que consigue exaltar los sentimientos de tristeza y de dolor frecuentemente presentes tanto en los dos guiones como en las duras imágenes que se suceden en la pantalla. Por la misma razón, el Adagio para cuerda ha acompañado numerosos acontecimientos tristes, como por ejemplo los funerales de personalidades como Albert Einstein, John F. Kennedy y Grace Kelly, el anuncio radiofónico de la muerte de Roosevelt  y varias conmemoraciones de las víctimas del atentado terrorista contra las torres gemelas del World Trade Center. El siguiente vídeo se refiere a uno de esos homenajes, ofrecido 4 días después de la tragedia por la Orquesta Sinfónica de la BBC, dirigida por Leonard Slatkin.

Os propongo también la audición de la versión vocal, escrita sobre el texto litúrgico Cordero de Dios, imaginando que también a vosotros, al igual que me ocurre a mi, os resultará imposible decidir cuál de las dos versiones es más bella. La interpretación es del coro Ex Cathedra dirigido por Jeffrey Skidmore.

La entrada Samuel Barber: música “bella e semplice” ha sido publicada primero en educacionmusical.es.