Aprender a cantar no es tarea fácil. Cuando empezamos, normalmente no tenemos ni idea de lo que nos vamos a encontrar ni lo que vamos a hacer ni de cómo lo vamos a hacer.
En cuanto nos adentramos en ello, empezamos a ver que hay muchísimas cosas, la mayoría no las entendemos, nuestro profesor de canto nos pide hacer cosas y, aunque nos explique el por qué, es difícil de entender e incluso de creer que eso nos llevará a ser mejores cantantes, pero es importante mantenernos concentrados en la tarea y avanzar paso a paso.
El problema es, como siempre decimos, que queremos obtener ya "el producto acabado", es decir, una voz que sirva para actuar y además a un nivel muy bueno, pero por alguna razón, las expectativas en relación al canto suelen ser altas. A veces nos perdemos en la cantidad de cosas que supuestamente deberíamos tener en cuenta y a veces nos perdemos tanto en los detalles de algo que el árbol no nos deja ver el bosque, concentrando los esfuerzos en el sitio equivocado.
Cuando alguien empieza a tocar un instrumento, se le ofrece muchísimo margen de error, porque está aprendiendo. Es normal que se equivoque y nadie le castiga por ello. Si está empezando con una banda con otros aprendices incluso es gracioso y siempre salen risas de esas situaciones.
A los 15 años empecé a tocar la batería, y ese fue exactamente mi caso. También fue más fácil que aprender a cantar por el simple hecho de que aprender a tocar la batería es un proceso mucho más estudiado que el canto, a nivel general. Es decir, hay muchos más profesores de batería que profesores de canto que puedan enseñarte bien.
La regla del 80-20, también también conocida como
El Principio de Pareto, explica que el 80% de un problema se arregla solucionando el 20% de este. En mis primeras semanas mi profesor se centró en trabajar un poquito de independencia entre manos y piernas, pero sobretodo se centró en hacerme consciente del sentido del ritmo. Recuerdo que las clases eran de una hora, y como mínimo nos pasábamos 20 minutos siguiendo al metrónomo, sólo tocando la caja. Es decir, sólo entraban en juego las manos, dejando de lado los pies. Eso centraba el 100% de mi atención en el tempo y en conseguir que mi cuerpo respondiese a tiempo. Después me hacía cambiar a corcheas, semi-corcheas, tresillos, etc. lo cual recuerdo que me costó muchísimo, porque ahí ya tenía que empezar a acostumbrar a mi cerebro a todos aquellos patrones nuevos para mi.
Con el tiempo pudimos empezar a trabajar más la independencia de las extremidades, centrándonos sobretodo en las débiles ( mano y pié izquierdos ). Después empezó a enseñarme cómo hacer breaks; dónde ejecutarlos y haciéndome ver que no tenía más que extrapolar lo aprendido al resto de elementos de la batería. Más tarde llegaron las dinámicas, es decir, el volumen que debía sacar con cada golpe, para conseguir "groove", etc.
Si te das cuenta, todo esto es bastante extrapolable al canto, pero como he dicho, es más difícil porque con un instrumento externo se asume que lo harás mal al principio, hasta que aprendes; con la voz no suele ser así.
Con la voz lo más ignorado por los que aún no saben cantar es la liberación de tensiones. Estas personas suelen "darlo todo" para conseguir dar esa nota, ya que lo que quieren es poder cantar las canciones que les gustan. En sus clases de canto, cuando reciben ejercicios para anular las tensiones, suelen ser demasiado impacientes y ven que ese no es el sonido que quieren para su voz. Aquí es cuando se debe aplicar la regla del 80-20, ya que si estás intentando trabajar tu interpretación, tu rango o lo que sea ( el 20% del problema ) no vas a poder cantar ya que tu problema son las tensiones ( el 80% del problema ). Para mi es absolutamente comprensible, ya que mi personalidad me hace ser así. Si tu eres como yo, por favor, céntrate en lo importante del problema primero, porque es lo que mayor resultado te va a dar, acelerando así el proceso.
Por otro lado, las personas que se defienden en el canto y ya cantan sus canciones e incluso están medianamente contentos con sus voces y asisten a clases de canto, curiosamente se suelen enfocar en que cantar sea más fácil para ellos. Mi teoría es que como ya afinan y sus voces suenan bien en una canción, quieren mejorar su resistencia y comodidad, lo cual veo perfecto, porque eso es enfocarse en el problema principal. Por supuesto también hay otros que se enfocan primero en aumentar su rango vocal normalmente forzando la voz, lo cual suele ser la opción equivocada, ya que las tensiones son las que no le van a permitir conseguirlo.
Aprender a cantar lleva tiempo y, sin duda, esfuerzo, pero de nada sirve enfocar todo nuestro esfuerzo en el sitio equivocado, ya que esa energía se pierde sin aportarnos nada. Para ello necesitas
un buen profesor de canto que te guíe durante el proceso, y también
debes confiar en él. En este mismo blog puedes encontrar también muchos
consejos que te ayudarán a entender mejor tu voz.
Finalmente, recuerda que nosotros ofrecemos
clases de canto utilizando el método Speech Level Singing, la cual nos da herramientas para centrarnos 100% en el problema que más nos está estorbando para mejorar. Si quieres reservar una clase de canto con nosotros, puedes
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