1968: una de las claves mentales para cantar mejor

Dick Fosbury fue un tío muy listo.

Fue atleta de salto de altura y ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos del 68.

Seguramente pienses que en esta especialidad siempre se ha saltado de espaldas, pero no es así (yo lo pensaba hasta que supe de este tío).

Pero mejor te lo muestro. Quiero asegurarme de que te queda claro el mensaje que quiero transmitirte.

Así es como se hace hoy en día el salto de altura:

La verdad es que aquí el amigo no sale muy favorecido. Podría ser haber salido de alguna escena de The Ring o de El Exorcista, pero pillas la idea. Y así es como se saltaba hace muchos años:

Este cambio ocurrió porque a Dick Fosbury se le ocurrió saltar de espaldas después de probar formas y formas.

Todo esto a los 16 años… un crack.

Al principio, en la universidad, se reían de él. Cito: el salto de espaldas ya lo practicaba en el instituto y todos se reían de mí, considerándome un chiflado y algunos como un snob por salirme de las normas conocidas.

La historia siempre se repite cuando alguien se sale de la norma, sin importar si lo que está cambiando es para mejor.

Es un ejemplo que me encanta para demostrar que no porque algo sea lo más extendido sea necesariamente lo mejor.

Lo mismo nos pasa a nosotros desde hace más de 10 años, que hemos demostrado una y otra vez que NO trabajar con ejercicios de respiración y centrarte en otros aspectos más importantes hace que tu voz mejore muchísimo más rápido.

Que mejore más rápido, o ya simplemente que mejore, porque te puedes pasar años con ejercicios de respiración y no mejorar nada.

Recibimos correos y comentarios llenos de odio que son muy divertidos por decir estas cosas.

Todo este cuento te lo puedes aplicar a tu voz.

El concepto es sencillo: ¿no estás como quieres? Empieza a cambiar cosas.

Suena sencillo, pero como personas todos tendemos a repetir una y otra vez lo que conocemos. Funcionamos así…

Pero tienes que hacer un esfuerzo consciente en plantear una hipótesis y empezar a experimentar en esa dirección.

Por ejemplo, si sientes que para cantar notas agudas acabas rompiendo a falsete y no te gusta, aún y así, experimenta con el falsete.

Quién sabe… quizás eso te lleve a algo interesante.

La popularidad actual de mi estilo es un premio maravilloso a cuánto tuve que aguantar al principio con un estilo que no gustaba a nadie.

Dick Fosbury

Si quieres ahorrar años de experimentación, de prueba y error, siempre puedes optar porque alguien te guíe.

La guía más cercana está justo aquí debajo. Pon tu dirección de correo electrónico y recibe más consejos como este, uno al día.

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MUSICAL GREASE. Curso 2022-23

Este curso 2022-23 hemos preparado el musical Grease con dos grupos de protagonistas femeninas. Ha sido un trabajo muy difícil. Hemos tenido que superar muchas dificultades, los ensayos no han sido fáciles y hemos tenido que doblar mucho trabajo y dedicar muchos recreos para poder unirlo todo. Pero con la motivación y el compromiso de estos chicos hemos conseguido un resultado espectacular.  

En este vídeo podéis ver a Tyra, Olivia, Sara, Sofía y a Eva de pinks y de Sandy. 



Y en este tenéis a Elena, Celia, Cristina, Rocío y Virginia como grupo protagonista femenino. 



Nuestros birds han sido Samu, Miguel, Andrés, Álvaro y Alejandro. 

Si queréis ver un vídeo resumen del trabajo del año podéis visualizar el siguiente vídeo. 








Nuevo Método para cuerdas basado en música tradicional latinoamericana

Vivimos en una realidad en la que los referentes culturales y artísticos provienen en su inmensa mayoría del mundo anglosajón. Ya sea a través del omnipresente cine y televisión estadounidense, de la música pop y rock, de las series, incluso de las artes visuales, gran parte de nuestros referentes son creaciones suyas. La facilidad de su industria para crear productos que todo el mundo quiere comprar es fascinante. Y en el ámbito del que trata esta nuestra/vuestra web, la música de violín, sucede lo mismo.

Porque no sorprende que, si buceamos entre el gran catálogo actual de publicaciones pedagógicas no relacionadas con la música clásica para nuestro instrumento, comprobamos que una gran cantidad tratan estilos anglosajones: música celta, música country, música folk, bluegrass, blues, rock, podemos encontrar muchos libros con temas de cualquiera de esos estilos. Pero si intentamos encontrar otros estilos tradicionales de otros países con tradiciones tan ricas o más que la anglosajona, el panorama es bastante desolador: la fantástica música india, la rica tradición árabe y persa, los estilos asiáticos y, por supuesto, los innumerables ritmos y melodías hispanas y latinoamericanas.

Porque ¿qué hace un violinista cuando quiere aprender a tocar flamenco con su instrumento, o una cumbia, una raga, un maqam persa? Hasta ahora estas tradiciones se han transmitido de forma oral, de maestro a alumno, o simplemente escuchándolo mucho en nuestro entorno, pero con muy poco material pedagógico moderno.

Por eso es siempre una gran noticia la aparición de un nuevo material que cubre uno de esos espacios tan poco tratados, como es en este caso: la música tradicional latinoamericana.

«…todas las obras que aprendía a tocar eran de compositores europeos y mi aspiración era que me enseñaran con música venezolana, por su profusión de ritmos y métricas; una variedad impresionante para hacer técnicamente todo lo necesario para un violinista”

Este es un pensamiento que Mark Contreras Gómez tuvo cuando, con trece años, se encontraba estudiando violín con su maestro en San Cristobal, Venezuela. Una idea que comunicó a su profesor y que guardó consigo a lo largo de una creciente carrera musical en Venezuela primero, y en España después, donde desarrolló una intensa labor musical y pedagógica.

Y es aquí donde finalmente se animó a intentar materializar su sueño. Hizo una lista de treinta ritmos latinoamericanos: salsa, mambo, cueca, bambuco, gaita, cumbia, tonada, joropo y un largo etcétera, a partir de los cuales desarrolló temas propios nuevos que ilustraban los diferentes estilos.

“Una vez que tuve los treinta ritmos con su pequeña reseña de por qué se llamaba así, empecé a crear canciones nuevas, pero que suenaran al ritmo. De allí salieron tangos, sambas, choros, ska, música norteña, tonadas, cumbia, mariachi, bambucos, bossa nova y una infinidad de música típica de cada país de América Latina”.

En un verano había conseguido crear los treinta temas con sus respectivos acompañamientos e inició la labor de buscar una editorial interesada en publicar una obra tan singular. Decidió centrarse en Estados Unidos donde hay un mayor público potencial.

“Envié alrededor de 25 correos diarios durante un mes, y solo obtuve respuestas negativas. Respondían las editoriales más grandes, me decían que el proyecto era interesante pero que no tenían previsto nueva música. Llegó un momento en que se me acabó la lista y no continué buscando”.

Pero el trabajo honesto e inteligente nunca cae en saco roto, y meses después, mientras el proyecto aguardaba aparcado en un cajón, una editorial le contactó para llevarlo adelante. Pero estaban interesados en algo de mayor envergadura, que incluyera además versiones para viola y cello, con lo que tuvo que rehacer y transportar el material a los nuevos instrumentos, tarea que le llevó otros tres meses.

“haber logrado la publicación de esta obra me produce una alegría enorme, porque es algo que no existía, no hay una metodología que empiece desde cero para estos instrumentos de cuerda con música latinoamericana. Y ahí es donde está lo innovador, pues para los latinoamericanos es aprender a tocar el violín con música que sienten como propia y en Estados Unidos es aprender con música que les suena muy interesante y les gusta”.

Así que finalmente ya tenemos disponible un método de aprendizaje del violín desde el inicio basado en la rica cultura musical tradicional latinoamericana. Un pequeño hito que espero que tenga mucho éxito y que sea ejemplo y acicate para nuevas iniciativas, nuevas aventuras que exploren otras músicas, otros estilos, otros lugares que esperan a ser descubiertos y valorados.

Algunos ejemplos de audios del Método de Mark Contreras:

Tom & Vini (Bossa nova)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Violín)

Got salsa (Salsa)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Viola)

Barú (Cumbia)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Cello)

Lo confieso: soy soprano

Sí, soy un tío, y soy soprano.

¿O quizás no lo soy? No lo sé… estoy confundido.

No, creo que lo tengo claro. NO soy soprano.

Pero entonces, ¿por qué puedo cantar notas agudas propias de una soprano?

¿Por qué puedo cantar notas que muchas mujeres no pueden? ¿Soy un bicho raro? ¿Un superdotado vocal?

Bicho raro un poco, pero superdotado vocal NI DE COÑA.

En los años que llevo entrenando voces, sólo he conocido a dos chicos que lo tienen tan difícil como yo, así que de don natural tengo más bien poco.

Ahora mismo me vienen a la cabeza dos alumnos míos, Luis y Gonzalo. Llevo con ellos 2 años y medio y un año, respectivamente.

Los dos cabrones ya están haciendo esas notas de soprano que tanto trabajo me costaron a mí, y todo apunta a que lo van a hacer mejor que yo en poco tiempo.

Esther también tiene a Rodrigo, que el maldito bastardo ha llegado a cantar un Re de la sexta octava. Si no sabes de notas, digamos que es una nota que sólo escuchan los murciélagos 😂

No, hablando en serio, un Re 6 está sólo a un tono y medio de la nota más aguda de La Flauta Mágica de Mozart.

Acuérdate de esta panda de frikis cuando pienses “yo no puedo”.

Y sobre todo, no te encasilles en un tipo de voz. Y que tampoco te encasille nadie.

Recuerdo a un cantante con el que trabajé hace un montón de años, unos 7 u 8. El tío era un tenor a todas luces, pero como a muchos tenores, le era imposible alcanzar notas un poco agudas.

Como no podía llegar, él mismo decía que era un bajo.

Un bajo es alguien con la voz de Darth Vader, o incluso más grave. Él no tenía esa voz, ni por asomo.

Lo malo del asunto era que, como él “era” un bajo, se empeñaba en cantar notas graves, y le quedaban fatal. Igual de mal que si las intentara cantar yo (también soy tenor… ¿o era soprano? 🤣).

Si eres una tía y piensas que estás libre de peligro, te equivocas, amiga mía.

Tengo a Magüi y a Merche que cantan notas graves propias de un tenor. ¿En qué las convierte? En Magüi y en Merche, nada más.

¿A dónde narices quiero llegar con lo que te estoy contando?

Te lo diré así: si hoy te dicen que eres una soprano y mañana te dicen que eres una alto, ¿qué cambiaría?

Físicamente, nada de nada. Tu voz sigue siendo exactamente la misma.

Mentalmente es otra historia. Quizás le cogerías más miedo a las notas agudas, y estarías condenada a cantar en un rango de notas que haría que tu voz suene apagada. Es decir, mal.

Así que si eres una tía, ya estás perdiendo el miedo a las notas graves. Me da igual el tipo de voz que tengas. Me juego el culo a que puedes cantar mucho más grave de lo que crees.

¿Eres un tío? Aplícate el mismo cuento con las notas agudas. Puedes cantar mucho más agudo de lo que crees.

¿No me crees? Hazte un favor y mira este vídeo. Es una puñetera locura.

¿Tu género es otro? Da igual, porque no afecta a tu tipo de voz.

De hecho, olvida todo lo que te acabo de decir. Pierde el miedo a cualquier nota, sea aguda o grave, y olvídate de los “yo no puedo”.
Para un vocal coach sí que es importante entender todos los tipos de voces que hay, y enfocar el entrenamiento desde ahí.

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