¿Cómo sé si estoy forzando la voz? Tus sensaciones no son fiables al 100%

cómo sé si estoy forzando la vozUna de las razones por las que es difícil aprender a cantar es saber si estás forzando la voz.

Hay algunos casos en los que es muy evidente, pero en muchos otros no lo es tanto.

Y mucho menos cuando tienes que analizar tu propia voz mientras cantas o practicas.

Vamos a arrojar un poco de luz sobre este tema para que puedas disfrutar más de tu voz.

Para saber si estás forzando la voz necesitas saber qué ocurre cuando lo haces

Cuando entiendes qué es lo que está pasando físicamente cuando estás forzando la voz es más fácil dejar de hacerlo.

Ya sabes lo que dicen: El primer paso es reconocerlo.

Al fin y al cabo, ¿cómo puedes dejar de forzar tu voz si ni si quiera eres consciente de que lo haces?

En realidad no tiene mucho misterio y todo se reduce a una cosa.

El equilibrio vocal lo dicta la relación entre la presión de aire y la presión muscular que ejercen tus cuerdas vocales.

Sin ese equilibrio vocal, es muy probable que acabes forzando la voz.

Has de analizar en cual de las siguientes situaciones te encuentras:

Ejerces demasiada presión de aire para poca presión muscular

Cuando esto ocurre, tu voz suena muy airosa.

Tus músculos no están resistiendo esa presión de aire.

En otras palabras, tienes una fuga de aire en tus cuerdas vocales.

Si tienes este problema es posible que te hayas encontrado con profesores que te dicen que tu problema está en la respiración, y que si entrenas tu diafragma podrás dosificar el aire, por lo que tu voz sonará menos airosa.

Parece lógico, pero la realidad es que, a no ser que seas incapaz de hablar susurrando, tu problema no se arreglará con ejercicios de respiración.

Sería como querer arreglar la fuga de agua de una tubería jugando con la llave de paso en vez de reparar la tubería directamente.

La fuga está en tus cuerdas vocales, no en tu diafragma.

Cuando ejerces demasiada presión muscular para poca presión de aire

Cuando esto ocurre, tu voz suena ahogada o estridente.

Tus músculos están aplicando demasiada resistencia a la presión de aire que les está llegando.

Esa presión de aire no podrá mover las cuerdas vocales a la velocidad requerida para hacer ciertas notas, por lo que instintivamente añadirás más presión muscular y a la vez más presión de aire para conseguirlo, lo que te hará gritar en vez de cantar.

Volviendo al ejemplo de la tubería, es como si hubiese un tapón dentro de ésta.

Por mucho que regules la presión de agua, el tapón va a impedir que salga de forma fluida.

Si el tapón tapa la mayor parte del interior de la tubería, el agua saldrá disparada. Si tapa la tubería por completo, no saldrá agua y la tubería acabará reventando.

Que no sientas excesiva presión de aire o muscular no quiere decir que no exista

Las sensaciones que tenemos en nuestro cuerpo están altamente condicionadas a lo que estamos acostumbrados a sentir.

Pongamos por caso que siempre has tenido una voz muy floja, airosa y débil ( ¿quieres saber por qué y cómo arreglarlo? ).

Para ti es normal que tu voz sea así.

¡Faltaría más! Has vivido toda tu vida con ella.

De hecho estoy seguro que si ahora mismo me pusiese contigo a trabajar en ello, al juntar más tus cuerdas vocales tendrías la sensación de estar gritando.

Si tu caso fuese el de excesiva presión muscular, pasaría exactamente lo mismo, pero al revés.

Yo mismo lo he vivido.

Cada vez que conseguía cantar de forma menos forzada estaba convencido de que ya había encontrado el equilibrio, ya que era un mundo nuevo de facilidad ( ¡y felicidad! ) para mi.

Pero sólo hacía falta seguir practicando durante unos meses y descubrir lo equivocado que estaba al descubrir otro nuevo nivel de libertad.

Lo que me lleva a decirte: guíate por otras cosas, no sólo por tus sensaciones

Tus sensaciones, al menos al principio, cuando estás descubriendo este nuevo mundo, te pueden engañar. Te pueden hacer creer que ya no estás forzando porque lo sientes mucho más libre que antes, pero eso no significa que ya esté todo ganado.

Ahora sabes que no te puedes fiar en exclusiva de las señales perceptivas que te manda tu cuerpo.

Son demasiado subjetivas.

Es normal, sólo conoces las de tu cuerpo. No puedes sentir lo que otra persona siente dentro de su cuerpo.

Pero hay otro tipo de señales que son mucho más objetivas.

Las he ordenado en tres categorías para que se entienda mejor, aunque hay algunas señales que podrían pertenecer a dos.

Señales auditivas

Has podido escuchar la voz de cientos o miles de personas a lo largo de tu vida, por lo que tienes muchas más referencias con las que compararte.

Eso sí, ten en cuenta que no es lo mismo escucharte mientras cantas o hablas que escuchar tu voz grabada.

Para saber si estás forzando, necesitas analizar tu voz grabada.

La razón es muy sencilla.

A nosotros mismos nos oímos de forma muy diferente a cómo se nos oye fuera, y eso puede distorsionar nuestras comparaciones con otras personas.

De todas maneras, este tipo de comparación no es la más adecuada si no tienes la experiencia y los conocimientos necesarios, por dos razones:

  1. No puedes saber si la otra persona está forzando o no.
  2. Puede que para conseguir imitar el sonido de esa otra persona, fuerces tu voz.
    Descubre aquí por qué es una mala idea aprender a cantar imitando.

Señales visuales

Este tipo de señal es bastante fiable, pues puedes recibirla mientras cantas para saber si estás forzando o no.

Ponte frente a un espejo y observa tu cuerpo y sobretodo tu cara mientras cantas.

Hay un par de señales muy claras que te dirán si estás forzando:

  1. Tu cara se empieza a poner de color rojo.
  2. Se te marcan las venas del cuello.

Señales cinestésicas

Sí, tus propias sensaciones. Puede que no sean fiables al 100% pero te pueden ayudar.

Observa qué pasa mientras cantas. Es mala señal:

  • Si no eres capaz de cantar una nota a menos volumen.
  • Si mientras cantas una nota sientes que no vas a ser capaz de cantar la siguiente.

Observa qué pasa cuando terminas de cantar.

  • Si has estado un rato cantando o practicando y notas molestias en tu garganta ( picor, escozor, sequedad ).
  • Si directamente te quedas sin voz el mismo día o al día siguiente.

Todo esto son cosas que tienes que tener en cuenta.

Puede que si un día acabas así no te pase nada, pero si cada vez que cantas terminas de la misma manera, esto puede derivarse en problemas mucho más serios ( pólipos, nódulos, … )

Como te decía, el asunto no tiene tanto misterio, pero si tiene más profundidad de lo que parece

El objetivo está muy claro y es muy fácil de entender.

Hay que encontrar ese equilibrio entre la presión del aire y la presión muscular.

El problema está en que no es fácil, pues hay muchas cosas que pueden influir entre ambos factores.

Reducir la presión muscular no se trata simplemente de aumentar la presión de aire para conseguir ese equilibrio entre ambos.

Antes debes descubrir qué tipo de presión muscular estás haciendo, ya que lo común es hacer fuerza con los músculos del cuello además de con los músculos de tu laringe.

En ese caso no es que necesites regular la presión muscular externa. Simplemente debe desaparecer.

Y lo mismo para la presión del aire.

No se trata simplemente de reducir la presión del aire para llegar al equilibrio entre ambos.

Si tus cuerdas vocales no están lo suficientemente juntas y se te escapa mucho aire, va a ser imposible que produzcas un sonido lleno y limpio.

Y para añadir dificultad, debes ser cauto en tus prácticas.

Cantar es una actividad muscular y necesitas educar tus músculos a base de repetición.

Cuanto más repites un movimiento, más lo asimila tu cuerpo y se acaba convirtiendo en una respuesta automática, por lo que puedes llegar a adquirir nuevos malos hábitos si no lo haces bien.

¿Cómo puedo dejar a un lado las tendencias negativas que me hacen forzar la voz?

Depende de tu caso.

A veces requiere un enfoque diferente. ¿Has probado a dejar de forzar tu voz entrenando tu voz de cabeza?

A veces se trata de calentar la voz de forma efectiva.

A veces simplemente practicar y practicar hasta la saciedad.

O a veces simplemente necesitas a un experto que te pueda ayudar.

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Las cuatro reglas de oro para saber cómo superar el passaggio o puentes de voz

cómo superar el passaggioAntes de hablar sobre cómo superar el passaggio o puentes de voz, es necesario que sepas lo que son.

Pero esa era la parte fácil.

Lo difícil es saber cómo superarlo y poder cruzar por él libremente sin que haya un cambio brusco en la calidad de tu voz.

Vamos a ello.

Para empezar a pensar en superar el passaggio primero debes conocer los dos ingredientes básicos

Que son ni más ni menos que la voz de pecho y la voz de cabeza.

Para empezar necesitas tener acceso a cada uno de los dos registros.

Generalmente hablando, a la mujer le cuesta más que al hombre acceder a su voz de pecho, mientras que al hombre le cuesta más acceder a su voz de cabeza y a veces es confuso diferenciarla del falsete.

Qué cosas…

Es posible que te cueste acceder al registro vocal al que no estés acostumbrado, pero en principio no debería llevarte un par de semanas como máximo.

Cuando puedas vocalizar en ambos registros habrá llegado el momento de empezar a trabajar en conectarlos para que no se escuche ese cambio brusco.

Cuando tienes los ingredientes listos, ¿cómo puedes superar el passaggio?

Al principio esa conexión será débil, por lo que tu voz sonará débil, pero es muy importante que por ahora no pienses en ello.

No es el momento.

Como dicen los ingleses, it’s better light and right than strong and wrong, que quiere decir es mejor ligero y correcto que fuerte y erróneo, pero en castellano no rima =)

Primero tienes que poder superar el passaggio sin dedicarle demasiada atención, lo cuál requerirá un poco de tiempo.

En otras palabras, el objetivo es que puedas cantar una canción que pase de un registro a otro y no se note ningún cambio abrupto en tu voz.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero te pongo aquí unos pequeños “trucos” que te ayudarán a conectar mejor esas voces.

#1: Debes controlar y entender los beneficios y necesidades de cada una de las vocales

Las vocales son la base del canto, lo más importante.

Cada vocal tiene su propiedad que te ayudará a corregir cada tendencia negativa que tengas en tu voz, por lo que es importante entender qué vocales necesitas y aprender a utilizarlas por ti mismo.

También es importante saber que cada persona necesita una forma un poco diferente de hacer la vocal, dependiendo de su configuración física.

Haz click aquí para conocer más acerca de las vocales.

#2: No pienses en notas altas, piensa en notas ligeras

Parece una tontería, pero el simple hecho de enfocar las cosas de forma diferente puede ayudarte mucho.

Un montón de los problemas que tienes al cantar empiezan en tu cabeza.

Si ya es difícil aprender a superar el passaggio, si lo enfocas mal aún lo va a ser más.

Tu cuerpo te deleitará con un montón de tensiones extra si piensas en que las notas agudas están arriba y no delante tuyo, ya sea poniéndote de puntillas, mirando hacia arriba, estirando la cabeza también hacia arriba, …

Si te es difícil darte cuenta de lo que haces mientras haces ejercicios ( algo bastante normal ), prueba a mirarte en un espejo.

Eso te ayudará a ser más consciente de lo que haces y así podrás empezar a dejar de hacerlo.

¡Incluso puedes hacer lo contrario a lo que tu cuerpo quiere hacer!

Si miras hacia arriba en las notas agudas, prueba a mirar hacia abajo.

Si te pones de puntillas, prueba a flexionar levemente las rodillas.

¡Pero busca siempre la comodidad! Nada de tensar para contrarrestar.

#3: El passaggio no se cruza a base de fuerza

Si tienes problemas para superar tu passaggio es probable que, a medida que te vas acercando, ejerzas más fuerza y volumen para hacer ese medio tono más.

Y otro más. Y otro…

Hasta que tu voz dice basta.

O te haces mucho daño o de repente rompes a falsete.

También puede ser que no estés ejerciendo una fuerza excesiva y estés cruzando tu puente, aunque con algunas tensiones innecesarias.

Si estás en este punto, céntrate en bajar el volumen todo lo que puedas, aunque eso signifique que vuelva a aparecer ese gallo o flip.

Ahora necesitas cruzar de forma relajada. Ya conoces la sensación de cruzar, por lo que tu cuerpo sabrá volver a cruzar poco a poco sin la necesidad de forzar nada y el gallo desaparecerá.

#4: El 8 de Luciano Pavarotti

No recuerdo en qué momento ni en qué lugar, pero cuenta la leyenda que Pavarotti explicó una vez una buena forma de entender cómo cruzar el passaggio.

Se trata de tratar la voz como si tuviese forma de 8:

cómo superar el passaggio

La voz de pecho sería el círculo de la izquierda, y la voz de cabeza el de la derecha.

En el centro de ambos registros tu voz tendrá más presencia y más volumen, y a medida que convergen tienes que permitirte bajar la potencia para entender el proceso de cruzar el puente.

Este es un concepto que ayuda a mucha gente.

Y si alguna vez te has preguntado de dónde viene nuestro logo, ahora ya sabes la respuesta

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¿Es normal que al acabar mi sesión de entrenamiento vocal me sienta cansado?

cansadoMuchas veces haces tu clase de canto sin problemas y te sientes genial.

Estoy seguro que conoces esa sensación.

Pero cuando te toca practicar en casa hay días en los que al acabar te sientes muy cansado.

Muchas personas piensan que esto es normal, e incluso algunos profesores te dicen que es bueno porque eso quiere decir que has trabajado tu voz.

Esto no es así.

Cuidado con esto, porque no deberías sentir ninguna molestia en tu voz.

Vamos a ver algunas posibles causas de por qué sí puedes sentir cansancio.

#1: ¿Practicas con una grabación o vas por libre?

Necesitas practicar tus ejercicios siguiendo una grabación de tu última clase.

La mayoría de terapeutas vocales y profesores de canto no lo hacen.

Y es algo que me gustaría que cambiara.

Si tu instructor no está grabando tus clases para que luego puedas practicar en casa, en realidad no te está ayudando.

Por muy bueno que sea y por muy buena rutina vocal que te esté dando, necesitas poder replicarla día tras día hasta tu próxima sesión con él.

Si no tienes la grabación no te vas a acordar de todos los ejercicios que has hecho, y mucho menos de por qué notas te has estado moviendo, ni con qué sonidos.

Si por cualquier razón tu profesor no te proporciona la grabación, graba tu sesión tu mismo.

No hace falta que tenga una calidad impresionante.

Es sólo una guía para ti.

Si tu profesor se niega a que grabes la clase, yo de ti me aseguraría de conocer la razón.

Y si no te convence, huye.

#2: Tu voz evoluciona, y tu rutina de entrenamiento debe evolucionar con ella

Los hábitos cambian, y aunque cambien para bien no suelen cambiar lo suficientemente bien como para no necesitar ninguna corrección más.

De hecho, lo más probable es que cambien continuamente durante toda tu vida y seas tú el responsable de volver al camino correcto.

Tú solo, si tienes el suficiente conocimiento de tu voz, o con ayuda de un profesional.

Es por eso por lo que es mejor hacer una clase semanal que una cada dos o más semanas cuando estás tratando de corregir hábitos.

Suponiendo que seas muy diligente con tu práctica diaria y practiques dos veces al día, tus hábitos cambiarán de forma muy rápida.

Si estás trabajando con la última clase que hiciste, esa clase no te ayudará, por el simple hecho de que se diseñó para corregir unas tendencias vocales que ya no existen o han cambiado.

#3: ¿Estás seguro de estar haciendo tus ejercicios correctamente?

Lo primero de todo es asegurarte de tener un ejemplo de cómo deberían sonar los ejercicios.

Si no tienes a alguien que te ayude, lo que necesitas entonces es ser especialmente crítico con tu voz.

Te recomiendo grabarte haciendo un ejercicio tal y como se supone que lo debes hacer.

Una vez grabado, escúchalo y compáralo con el ejemplo que tengas.

¿Se parecen mucho, lo suficiente o nada?

Si no se parecen en nada, vas a tener que cambiar de táctica para ver si puedes conseguir que se asemejen más.

Lo segundo que quiero mencionar es que hacemos clases de canto porque queremos cantar mejor o porque queremos aprender a cantar.

Eso suele implicar que hacer ejercicios vocales no nos divierte, y a veces parece que ni si quiera nos vaya a ayudar a cumplir nuestro objetivo.

Y esa impaciencia puede jugarnos malas pasadas.

Yo mismo lo he sufrido.

He sufrido el estar haciendo mi clase en casa y al acabar probar a hacer una canción, ignorando el hecho de que aún no estaba preparado.

Esto hará que se retrase tu progreso, ya que aunque hayas estado trabajando en reparar esos malos hábitos vocales, al ponerte a cantar sin más estás volviendo a reforzarlos.

#4: Las enfermedades son muy nocivas para la voz

Puede ser que estés enfermando y aún no lo sepas.

Eso ya puede afectar a tu estado vocal.

¡Incluso el estrés puede afectar negativamente a tu voz!

Por otra parte, si ya has caído enfermo, debes practicar de forma muy diferente.

Piensa que estás en muy baja forma, y hay que tratar a tus cuerdas vocales de forma diferente.

Puede ser que incluso sea mejor tomar reposo por completo.

Si no lo haces te arriesgas a retroceder en el camino.

#5: A veces la mejor forma de avanzar es quedarse quieto

De esto ya hemos hablado con anterioridad.

Según mi experiencia, las personas no aprendemos de manera gradual.

Incluso hay veces que te esfuerzas muchísimo sin descanso, pero no consigues avanzar lo más mínimo.

Y no es hasta cuando te das un respiro que tu cuerpo y mente no asimilan todo lo que le has enchufado a tope.

#6: ¡No son los ejercicios apropiados para ti!

Esto es difícil de saber por uno mismo, pero un buen indicador es precisamente el tema de este artículo.

No por el hecho de que algunos ejercicios te causen molestias quiere decir que no sean los que necesitas.

Pequeñas sutilezas van cambiando en nuestro cuerpo y a veces nos afecta.

Pero si esos ejercicios hacen que tu voz se sienta peor de forma consistente, día tras día, está bastante claro de que hay algo mal.

Si es así, háblalo con tu profesor.

Un buen profesor te escuchará y te dará ejercicios alternativos para que tu estado mejore, pero sin perder el objetivo en mente.

#7: Al final todos tenemos días buenos y días malos

Acéptalo y mañana será otro día.

Quizás has dormido poco o mal esta noche.

O hay algo que te preocupa y no puedes concentrarte.

Un examen.

Una entrevista de trabajo.

Lo que sea.

Desde mi experiencia, si sigues insistiendo en cantar o practicar teniendo un día malo, lo más probable es que te acabes frustrando.

¡Aunque no hay que confundir una falta de calentamiento con un mal día!

No te recomiendo que lo dejes a la primera de cambio, en cuanto algo te salga mal.

Practica un rato, 15 o 30 minutos.

Ese tiempo es suficiente para ver si las cosas se van poniendo en su lugar o no.

Me encantaría saber si te has encontrado en esta situación y si alguno de estos puntos te ha ayudado a librarte de esa sensación al acabar tu clase de canto. ¡Dímelo en los comentarios!

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Tener o no tener oído musical, he ahí la cuestión

tener oído musicalSon muchas las personas que afirman no tener oído musical sin entender bien que es lo que les está pasando.

Normalmente esa creencia viene dada por la falta de afinación, pero eso no siempre es necesario para reforzar esta creencia.

No poder trasponer el tono de una canción de manera automática, no conseguir hacer coros y armonías de voz, suelen hacer pensar a las personas que no tienen oído musical.

Eso les hace abandonar la idea de cantar y expresarse a través de sus voces, impidiéndoles disfrutar de algo tan bello como esto.

Si a ti también te pasa esto, no dejes que esta creencia te frene.

¿Para quien es normal no tener oído musical?

Las personas que padecen de sordera o que tienen alguna enfermedad auditiva son las que no tienen oído musical.

Si tú oyes perfectamente, entonces tienes oído musical.

Ya, pero es que cuando me dan un tono no soy capaz de reproducirlo.

Eso sólo significa que o bien aún no has aprendido cómo hacerlo o bien aún no has adquirido la suficiente costumbre como para hacer que reproducir ese tono sea algo automático y fácil para ti.

Sí, sí, pero mi amiga puede hacerlo y nunca ha estudiado música, ¿por qué yo no?

Pues pueden haber varias causas para esto.

La primera y más lógica es que haya nacido con habilidades para el canto, igual que hay personas que pueden correr más rápido que otras, saltar más alto, ser más flexibles…

También hay personas que pueden mover las aletas de la nariz, levantar las cejas por separado, mover las orejas…

Ves por donde voy, ¿verdad?

Eso no significa que tú no puedas entrenar para conseguir lo que quieres.

También puede ser que sin ella ser consciente haya aprendido a hacerlo.

Ten en cuenta que cuando somos niños, absorbemos la información y aprendemos cosas de manera mucho más rápida que cuando somos adultos.

¡Algunas cosas ni siquiera recordamos donde las hemos aprendido!

Con las habilidades para el canto puede pasar algo similar.

Un niño aprende de manera automática en un hogar donde se escuche mucha música, de unos padres a los que les guste mucho cantar o en una escuela donde desde bien pequeños la música esté presente como una asignatura más.

Así que no te tortures más con lo que pudo ser y no fue.

El ahora es donde estás y no puedes volver al pasado (aún, yo estoy convencida de que pronto alguien inventará algo para eso :p).

Así que si aún no sabes cómo cantar afinado, no sabes trasponer una canción de tono (cantar en un tono diferente) o no sabes hacer coros, no te preocupes, porque aún estás a tiempo de aprender.

¿No me crees? Mira este artículo sobre cómo aprender a cantar a los 30.

¿Cómo puedo entrenar mi oído musical?

Lo mejor que puedes hacer es acudir a un profesor de canto que te diga qué está causando esas desafinaciones o esos fallos al reproducir una nota y te diga con qué ejercicios específicos para tu caso puedes solucionarlo.

Habrá alguno que te diga que no puede ayudarte porque no sabe cómo hacerlo. Si te encuentras con ese caso, puedes estar muy agradecido, pues por lo menos está siendo sincero y no te hará gastar ni tu dinero ni tu tiempo ni tus ilusiones en algo que no puede ayudarte a conseguir.

Habrá otros que acepten darte clase pero realmente no sepan cómo hacerte mejorar. Debes estar atento y analizar tus clases recibidas para saber si esa persona realmente puede o no ayudarte.

Grábate antes de la primera clase y ves haciendo grabaciones de manera regular, para comprobar si hay una evolución. Si en un mes o dos (siempre que hagas los ejercicios regularmente) no notas ninguna evolución, por pequeña que sea, es que algo va mal.

Llegados a ese punto, lo mejor que puedes hacer es buscar a un buen profesor de canto.

No dejes que nadie te diga que no tienes oído y que por eso no puedes cantar y por encima de todo, deja de decírtelo a ti mismo como un mantra que repites una y otra vez.

La primera persona que tiene que creer en ti eres tú mismo.

Si te ha gustado este artículo, no dudes en compartirlo para ayudar a más personas a evitar las frustraciones de no poder hacer algo que quieres.

Si te sientes identificado y nos quieres contar tu caso, no dudes hacerlo desde la sección de comentarios.

AtribuciónCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por Elisa R Baralt

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La voz como instrumento o ¿en qué se parece la voz a la guitarra?

la voz como instrumentoHe escrito este artículo con un objetivo claro en mi mente.

Ahorrarte frustraciones.

Sospecho que te voy a decir cosas que no quieres oír, pero es necesario que lo hagas.

Tratar la voz como instrumento no va a hacer que cantes mejor, pero sí te va a ayudar a conseguirlo sin sufrir.

Mejorar en el canto puede llegar a ser realmente duro

Básicamente por dos razones:

  1. Expone mucho como individuo, nos hace sentir vulnerables.
  2. La mayoría de la gente tiene ideas preconcebidas de que sólo se puede cantar bien si se nace sabiendo y no se puede aprender.
  3. Lo queremos todo y lo queremos ya.

Contra el primer punto sólo se me ocurre una solución: trabajar en tu técnica vocal para que no sea un problema.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero eso te dará la confianza de que tu voz va a responder en cada momento tal y como quieres.

Si eres de los que piensa que el segundo punto es cierto, por favor, lee esto.

Para saber cómo superar el tercer punto, sigue leyendo.

Piensa en la voz como instrumento musical, no como algo mágico que ocurre en nuestra laringe

Es algo que hemos dicho ya muchas veces en algunos artículos de nuestro blog, pero creo que vale la pena entrar en profundidad en este concepto.

Quizás puede costar de buenas a primeras verlo así, ya que la voz no es algo que podamos ver y tocar como una guitarra.

Sin embargo, te aseguro que aprender a tocar la guitarra y aprender a cantar se asemejan mucho más de lo que parece.

Bueno, no sólo aprender, si no seguir aprendiendo, que es algo muy descuidado e incluso más importante.

#1: No se aprende a tocar la guitarra en dos días

¿Qué te hace pensar que a cantar sí?

El hecho de que puedas hablar no quiere decir que sepas cantar, y tampoco quiere decir que no sepas.

Mucho menos quiere decir que no puedas mejorar.

Para tocar la guitarra tienes que empezar a entrenar los músculos de tus dedos a hacer movimientos a los que no estás acostumbrado, y además necesitas precisión.

Empiezas por aprender acordes y escalas, y los tienes que ir practicando una y otra vez.

Cuanto más practicas, tus músculos van grabando esos movimientos y poco a poco se hacen más naturales.

Cada vez utilizas menos músculos de los necesarios, lo que te permite tocar cada vez más relajado, y cada vez mejor.

Pero esto lleva mucho tiempo.

¿Qué podemos decir? ¿Una media de dos o tres años para conseguir un buen nivel?

Puedes empezar a tocar canciones mucho antes, pero todo depende del nivel al que quieras llegar, está claro.

Lo importante es tener claras las pretensiones y ser consciente de que el proceso de aprendizaje es necesario.

Con la voz pasa exactamente lo mismo.

Nos sentimos torpes cuando intentamos hacer algo que no nos sale, nos frustramos, tensamos más de lo necesario, …

¿La solución? Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

#2: Te defiendes bien con la guitarra, pero quieres hacer cosas más complicadas

¿Tapping? ¿Sweep picking?

Son técnicas de guitarra bastante difíciles de conseguir.

Aunque necesites la misma base que para tocar una canción con sólo acordes o punteados, es necesario hacer cosas diferentes para conseguir hacerlas.

Por no decir que necesitas de nuevo un buen montón de horas ( estamos hablando de meses ) para aprender esas técnicas e ir mejorando en ellas.

Probablemente mejorando durante toda tu vida.

Si intentas esas técnicas sin tener una buena base, vas a dar palos de ciego sin parar y no vas a conseguir progresar.

Con la voz pasa exactamente lo mismo.

Queremos hacer notas agudas con potencia, o quizás hacerlas suaves para luego incrementar el volumen gradualmente, …

¿La solución? Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

#3: No se aporrea una guitarra, tus dedos “vuelan” por el mástil

En todos los instrumentos se busca la relajación.

Es algo primordial.

No puedes tocar con libertad y expresarte con el instrumento que has elegido si estás en tensión constante.

Si intentas compensar esas tensiones innecesarias con fuerza bruta, lo que vas a conseguir es un sonido sucio y dejarte el sueldo en cuerdas de guitarra y púas.

Es por eso que tienes que repetir una y otra vez los ejercicios adecuados mientras tu cuerpo y tu cerebro van entendiendo cómo pueden hacer todos esos movimientos sin necesidad de tensarse constantemente.

Tu cuerpo aprende a su ritmo y eso es algo que ni tu ni yo podemos cambiar.

Con la voz pasa exactamente lo mismo.

Queremos hacer melodías complicadas, melismas impresionantes, …

¿La solución? Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

#4: Es más difícil de lo que parece hacer que todas las notas suenen limpias

Cuando empiezas a tocar la guitarra te dicen: pulsa este traste y toca esta cuerda para hacer un LA.

En ese momento parece fácil y lo pruebas.

Eso se parece a todo menos a un LA.

La cuerda parece que esté haciendo la nota que toca, pero suena con mucha suciedad.

Esto es porque no se trata simplemente de poner el dedo más o menos en un sitio. Se trata de precisión.

Y si ya te cuesta con una simple nota, imagínate con un solo.

Lo que hay que hacer es aceptar que va a sonar mal durante un tiempo, a veces más del que uno querría.

Poco a poco tu cerebro va a empezar a entender dónde debe ir el dedo, con qué presión y en qué momento.

Primero tus notas sueltas irán mejorando, luego tus escalas, acordes, …

Con la voz pasa exactamente lo mismo.

Queremos que todas las notas suenen consistentes, que suenen igual que nuestra voz de pecho y que además podamos aguantarlas durante mucho tiempo y con vibrato.

¿La solución? Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

 #5: Nunca dejas de aprender

Con la guitarra nunca dejas de aprender cosas nuevas.

Cada vez puedes tocar más rápido.

Más limpio.

Con más feeling.

Puedes abarcar más estilos.

Puedes acercarte cada vez más al nivel de tus artistas favoritos.

Y llega el día en el que no te quieres parecer a ellos y quieres empezar a ser tú mismo.

Es algo que no acaba nunca.

Es algo que por lo general todo el mundo entiende que es así.

El camino no tiene destino. El destino es el propio camino.

Con la voz pasa exactamente lo mismo.

Queremos cantar como el cantante de moda, o como el cantante que ha marcado un antes y un después en la música.

¿La solución? Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

Una pequeña diferencia

Hay una diferencia importante entre ambos campos y es que hay gente que sin haber estudiado canto sabe cantar bien.

Esto puede parecer un don, pero por mi experiencia cada vez estoy más convencido de que es una maldición.

He visto mucha de esta gente cantar cada vez peor y darse cuenta de que ya no puede cantar como antes.

Esto es realmente frustrante porque no saben encontrar el camino de vuelta.

Si tienes la suerte de tener facilidad para el canto, no la desperdicies.

Te recomiendo no pensar que tienes un don.

Piensa que tienes un regalo que debes aprovechar.

¿Cómo lo aprovechas?

Sigue el mismo camino que el resto de los “no privilegiados”.

Piensa que estás mejorando tus habilidades con la guitarra, no con la voz.

Si te ha gustado mi forma de ver el entrenamiento vocal me encantaría que lo compartieses en tus redes sociales. ¡Gracias!

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