7 claves para evitar los nervios al cantar en público

evitar los nervios al cantar en publicoA muchos cantantes les parece imposible evitar los nervios al cantar en público, hasta el punto de llegar a quedarse petrificados antes de salir al escenario.

Los nervios antes de una actuación son algo que te va corroyendo por dentro hasta que llega el momento de salir al escenario.

En ese momento pueden pasar dos cosas:

  1. Que te lances y empieces el concierto temblando, pero al cabo de un rato se te vaya pasando.
  2. Que te invada el miedo escénico y no seas capaz de salir al escenario o te quedes bloqueado en mitad de una canción.

¿Hay alguna manera de evitar los nervios al cantar en público?

Para aprender a evitar los nervios al cantar en público y que no te pase ninguna de estas dos cosas, sobretodo necesitas práctica. Hacer un montón de conciertos y ver que no pasa nada y que lo tienes controlado.

Aún así, hay algunas otras cosas que puedes hacer previamente para reducir esos nervios desde el principio.

#1: Poder confiar en tu voz

Ni que decir tiene que es vital que trabajes para controlar tus puntos flacos y que tu voz te apoye cuando la necesitas.

Pero hoy no voy a hablarte de eso.

Hoy te voy a aconsejar que te sientas cómodo con las canciones que has elegido.

Pueden tener una parte que te resulte complicada, pero lo mejor es que sea en un trozo cortito, sobretodo en tus primeras veces.

Poco a poco, cuando ya te vayas sintiendo más seguro, puedes ir añadiendo dificultad.

Aunque sean canciones fáciles, es importante que tengas muy clara la estructura y que no te pierdas.

Para ello, la tienes que poder cantar sin música y saber exactamente donde va cada parte.

Escúchala las veces que hagan falta para que se te quede bien grabada en la memoria.

#2: Preparar muy bien la letra de las canciones

Lo mismo sucede con la letra.

Muchas veces, los nervios hacen que se te olvide en el momento más inoportuno.

Si la llevas muy bien estudiada, es muy poco probable que te pase eso.

Si te puede ayudar alguien a estudiarla, mejor que mejor. Siempre es más divertido.

En mi último concierto, el sábado pasado, me tuve que aprender una letra el mismo día. Así que durante la cena previa al concierto y con la ayuda de Carlos, fui repitiéndola una vez tras otra.

Él me ayudaba con mímica, con lo que se me hizo mucho más divertido, como un juego.

Yo ya no siento nervios antes de los conciertos, pero seguro que si los hubiera tenido, también me habría ayudado el hecho de centrar mi atención en otra cosa y más de esa manera tan amena.

Si te cuesta quedarte con la letra de las canciones y no tienes nadie que te ayude a estudiar, aquí tienes algunos consejos.

#3: Calentar la voz

Es una primera toma de contacto. Hará que no tengas que ponerte a cantar de repente y además preparará tu voz para dejarla a punto para el concierto.

¡Y no te confundas! Con calentar la voz no sólo me refiero a unas horas antes del concierto.

Debes calentar la voz durante toda la semana, preparándola para las exigencias de tu concierto.

Aún así, el mismo día también tienes que calentar la voz.

Puede ser mucho menos rato que el que hayas estado dedicando durante la semana, pero es necesario preparar la musculatura de tus cuerdas vocales (igual que cuando haces deporte tienes que preparar antes los músculos que vas a utilizar).

Si te interesa adquirir un buen programa de calentamiento, aquí tienes más información sobre el nuestro.

#4: Descansar muy bien y no añadir factores estresantes

Descansar bien es una de las cosas más importantes que hay para el cuidado de la voz.

Un guitarrista tiene que llevarse cuerdas de repuesto por si se le rompe una durante el concierto. Tiene que dejar su guitarra afinada y todos los bártulos preparados.

¿Verdad que los guitarristas no llevan la guitarra sin funda?

¿Verdad que no van dándole golpes a su guitarra?

Como cantante, tu instrumento lo llevas dentro tuyo, tú eres la funda. Así que trátate bien.

Descansa bien, duerme todas tus horas y el día del concierto no te impongas más tareas de las que puedes hacer.

El tiempo va a pasar volando y en cuanto te des cuenta vas a estar en el escenario.

Dedícate a prepararte la ropa que te vas a poner, darte una ducha relajante…

Tienes que tener en cuenta que ese día es para ti.

#5: Hablarte a ti mismo en positivo

Si quieres evitar los nervios al cantar en público, lo peor que puedes hacer es estar continuamente repitiéndote a ti mismo lo mal que lo vas a hacer, que te va a estar mirando todo el mundo, que cómo te has dejado liar para actuar…

Quien primero tiene que creer en ti, eres tú.

Si tienes la oportunidad de hacer un concierto es que no lo haces tan mal como crees, sino no te dejarían actuar, ¿no crees?

Cada vez que te venga a la cabeza un pensamiento negativo, tienes que luchar contra él, no dejar que tome las riendas de tu cabeza.

Imagínate a ti mismo en el escenario, cantando exactamente como quieres cantar y eso hará que empieces a verlo como una posibilidad de lo más real.

#6: Ejercicio físico

Si resulta que ya estás esperando para empezar el concierto y los nervios están ahí y no se van, no hay nada mejor que una descarga de adrenalina.

Me explicaba un alumno el otro día que todos los componentes de su banda daban una vuelta a la manzana corriendo y desahogándose juntos.

Para el cantante no es muy bueno gritar de euforia, pero el ejercicio físico sí que ayuda a liberar las tensiones y dejar a un lado los nervios.

Agitar los puños en alto también te puede ayudar a eliminar esas tensiones. Es como si alguien te zarandeara.

Si te da vergüenza hacerlo en los camerinos o en la sala donde está todo el mundo, puedes ir al baño y zarandearte a ti mismo agitando los puños por encima de tu cabeza.

También funciona hacer unas cuantas respiraciones profundas, para relajarte, como cuando estás estresado.

Tómate tu tiempo. No van a empezar sin ti.

#7: Hacer muchos conciertos

Pero como te comentaba al principio, la verdadera clave está en hacer un montón de conciertos.

Uno tras otro te vas dando cuenta de que no pasa nada, de que es un momento para disfrutar y no para pasarlo mal.

Estás haciendo algo que te gusta y además tienes la suerte de que ese algo puedes compartirlo con todos los que te rodean.

No pierdas ninguna oportunidad para cantar en público. Todo eso te dará la seguridad y la experiencia que necesitas.

Si tú también te pones nervioso y tienes alguna táctica para sobrellevarlo, ¡cuéntanosla desde la sección de comentarios!

Y si conoces a alguien que lo pasa verdaderamente mal y que no sabe cómo evitar los nervios al cantar en público, comparte este artículo con él para ayudarle.

Imagen: AtribuciónNo comercialSin obras derivadas Algunos derechos reservados por Fred Seibert

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¿Cuándo se puede empezar a estudiar canto?

En muchas ocasiones me han preguntado sobre el momento adecuado para empezar a estudiar canto, particularmente en aquellos casos en los que los alumnos tienen una voz infantil muy afinada,  con una colocación natural y una musicalidad manifiesta. En mi caso, nunca entendí cuando accedí al conservatorio con 8 años por qué no me dejaron elegir como instrumento el canto y me vi forzada a tocar el piano y a esperar hasta tener 16 años. 

Basándome en mi experiencia como docente me gustaría destacar que sí que se puede enseñar técnica vocal a un niño o niña, a partir de los 8-9 años. La prueba la tenemos en escolanías, coros infantiles, etc. que hacen una gran labor musical con niños especialmente dotados para el canto. La cuestión es cómo se debe hacer y qué tipo de repertorio se debe trabajar. De hecho en centro europa hay una gran tradición en el trabajo vocal con niños.

Muchas veces el problema se encuentra en el enfoque del profesor, que en lugar de adecuarse al alumno trata que éste se adecue a él o a un determinado repertorio que no se adecúa a las necesidades del alumno.

Por otro lado el profesor debe, en estos casos, poner ejemplos evitando vibratos excesivos y buscando la máxima naturalidad de la voz y debe prestar especial atención al trabajo de la primera octava y nunca forzar las notas agudas ni tener prisa por poner canciones que las tengan aunque en las vocalizaciones las puedas hacer. La manera de cantar debe ser lo más sencilla y natural posible.


Cuando se trabaja la técnica vocal en voces infantiles se ha de emplear un repertorio que permita el desarrollo natural de la voz. Este tipo de repertorio ha de permitir que el alumno respire con calma, vaya afrontando las dificultades interválicas de manera progresiva, sea en lengua materna, etc. Y siguiendo estas premisas nos encontramos con que el repertorio operístico no es el adecuado para este tipo de voces, al igual que la sonata patética no lo es para un estudiante de primer curso de piano.

Si un niño aprende a controlar su voz en esa etapa previa a la muda de la voz, tras la muda, ya tendrá adquirido el patrón de respiración y colocación de la voz. También habrá aprovechado los años de oro de aprendizaje musical que todos los niños tienen en esas edades y habrá aumentando su bagaje musical.

En el caso de que no se haya trabajado en estas edades, sí que debería esperarse a que la muda de la voz se haya completado, ya que si se empezara el trabajo vocal en ese periodo de cambio fisiológico, éste podría alterarse y no concluirse de una manera natural.

¿Cómo sé si estoy forzando la voz? Tus sensaciones no son fiables al 100%

cómo sé si estoy forzando la vozUna de las razones por las que es difícil aprender a cantar es saber si estás forzando la voz.

Hay algunos casos en los que es muy evidente, pero en muchos otros no lo es tanto.

Y mucho menos cuando tienes que analizar tu propia voz mientras cantas o practicas.

Vamos a arrojar un poco de luz sobre este tema para que puedas disfrutar más de tu voz.

Para saber si estás forzando la voz necesitas saber qué ocurre cuando lo haces

Cuando entiendes qué es lo que está pasando físicamente cuando estás forzando la voz es más fácil dejar de hacerlo.

Ya sabes lo que dicen: El primer paso es reconocerlo.

Al fin y al cabo, ¿cómo puedes dejar de forzar tu voz si ni si quiera eres consciente de que lo haces?

En realidad no tiene mucho misterio y todo se reduce a una cosa.

El equilibrio vocal lo dicta la relación entre la presión de aire y la presión muscular que ejercen tus cuerdas vocales.

Sin ese equilibrio vocal, es muy probable que acabes forzando la voz.

Has de analizar en cual de las siguientes situaciones te encuentras:

Ejerces demasiada presión de aire para poca presión muscular

Cuando esto ocurre, tu voz suena muy airosa.

Tus músculos no están resistiendo esa presión de aire.

En otras palabras, tienes una fuga de aire en tus cuerdas vocales.

Si tienes este problema es posible que te hayas encontrado con profesores que te dicen que tu problema está en la respiración, y que si entrenas tu diafragma podrás dosificar el aire, por lo que tu voz sonará menos airosa.

Parece lógico, pero la realidad es que, a no ser que seas incapaz de hablar susurrando, tu problema no se arreglará con ejercicios de respiración.

Sería como querer arreglar la fuga de agua de una tubería jugando con la llave de paso en vez de reparar la tubería directamente.

La fuga está en tus cuerdas vocales, no en tu diafragma.

Cuando ejerces demasiada presión muscular para poca presión de aire

Cuando esto ocurre, tu voz suena ahogada o estridente.

Tus músculos están aplicando demasiada resistencia a la presión de aire que les está llegando.

Esa presión de aire no podrá mover las cuerdas vocales a la velocidad requerida para hacer ciertas notas, por lo que instintivamente añadirás más presión muscular y a la vez más presión de aire para conseguirlo, lo que te hará gritar en vez de cantar.

Volviendo al ejemplo de la tubería, es como si hubiese un tapón dentro de ésta.

Por mucho que regules la presión de agua, el tapón va a impedir que salga de forma fluida.

Si el tapón tapa la mayor parte del interior de la tubería, el agua saldrá disparada. Si tapa la tubería por completo, no saldrá agua y la tubería acabará reventando.

Que no sientas excesiva presión de aire o muscular no quiere decir que no exista

Las sensaciones que tenemos en nuestro cuerpo están altamente condicionadas a lo que estamos acostumbrados a sentir.

Pongamos por caso que siempre has tenido una voz muy floja, airosa y débil ( ¿quieres saber por qué y cómo arreglarlo? ).

Para ti es normal que tu voz sea así.

¡Faltaría más! Has vivido toda tu vida con ella.

De hecho estoy seguro que si ahora mismo me pusiese contigo a trabajar en ello, al juntar más tus cuerdas vocales tendrías la sensación de estar gritando.

Si tu caso fuese el de excesiva presión muscular, pasaría exactamente lo mismo, pero al revés.

Yo mismo lo he vivido.

Cada vez que conseguía cantar de forma menos forzada estaba convencido de que ya había encontrado el equilibrio, ya que era un mundo nuevo de facilidad ( ¡y felicidad! ) para mi.

Pero sólo hacía falta seguir practicando durante unos meses y descubrir lo equivocado que estaba al descubrir otro nuevo nivel de libertad.

Lo que me lleva a decirte: guíate por otras cosas, no sólo por tus sensaciones

Tus sensaciones, al menos al principio, cuando estás descubriendo este nuevo mundo, te pueden engañar. Te pueden hacer creer que ya no estás forzando porque lo sientes mucho más libre que antes, pero eso no significa que ya esté todo ganado.

Ahora sabes que no te puedes fiar en exclusiva de las señales perceptivas que te manda tu cuerpo.

Son demasiado subjetivas.

Es normal, sólo conoces las de tu cuerpo. No puedes sentir lo que otra persona siente dentro de su cuerpo.

Pero hay otro tipo de señales que son mucho más objetivas.

Las he ordenado en tres categorías para que se entienda mejor, aunque hay algunas señales que podrían pertenecer a dos.

Señales auditivas

Has podido escuchar la voz de cientos o miles de personas a lo largo de tu vida, por lo que tienes muchas más referencias con las que compararte.

Eso sí, ten en cuenta que no es lo mismo escucharte mientras cantas o hablas que escuchar tu voz grabada.

Para saber si estás forzando, necesitas analizar tu voz grabada.

La razón es muy sencilla.

A nosotros mismos nos oímos de forma muy diferente a cómo se nos oye fuera, y eso puede distorsionar nuestras comparaciones con otras personas.

De todas maneras, este tipo de comparación no es la más adecuada si no tienes la experiencia y los conocimientos necesarios, por dos razones:

  1. No puedes saber si la otra persona está forzando o no.
  2. Puede que para conseguir imitar el sonido de esa otra persona, fuerces tu voz.
    Descubre aquí por qué es una mala idea aprender a cantar imitando.

Señales visuales

Este tipo de señal es bastante fiable, pues puedes recibirla mientras cantas para saber si estás forzando o no.

Ponte frente a un espejo y observa tu cuerpo y sobretodo tu cara mientras cantas.

Hay un par de señales muy claras que te dirán si estás forzando:

  1. Tu cara se empieza a poner de color rojo.
  2. Se te marcan las venas del cuello.

Señales cinestésicas

Sí, tus propias sensaciones. Puede que no sean fiables al 100% pero te pueden ayudar.

Observa qué pasa mientras cantas. Es mala señal:

  • Si no eres capaz de cantar una nota a menos volumen.
  • Si mientras cantas una nota sientes que no vas a ser capaz de cantar la siguiente.

Observa qué pasa cuando terminas de cantar.

  • Si has estado un rato cantando o practicando y notas molestias en tu garganta ( picor, escozor, sequedad ).
  • Si directamente te quedas sin voz el mismo día o al día siguiente.

Todo esto son cosas que tienes que tener en cuenta.

Puede que si un día acabas así no te pase nada, pero si cada vez que cantas terminas de la misma manera, esto puede derivarse en problemas mucho más serios ( pólipos, nódulos, … )

Como te decía, el asunto no tiene tanto misterio, pero si tiene más profundidad de lo que parece

El objetivo está muy claro y es muy fácil de entender.

Hay que encontrar ese equilibrio entre la presión del aire y la presión muscular.

El problema está en que no es fácil, pues hay muchas cosas que pueden influir entre ambos factores.

Reducir la presión muscular no se trata simplemente de aumentar la presión de aire para conseguir ese equilibrio entre ambos.

Antes debes descubrir qué tipo de presión muscular estás haciendo, ya que lo común es hacer fuerza con los músculos del cuello además de con los músculos de tu laringe.

En ese caso no es que necesites regular la presión muscular externa. Simplemente debe desaparecer.

Y lo mismo para la presión del aire.

No se trata simplemente de reducir la presión del aire para llegar al equilibrio entre ambos.

Si tus cuerdas vocales no están lo suficientemente juntas y se te escapa mucho aire, va a ser imposible que produzcas un sonido lleno y limpio.

Y para añadir dificultad, debes ser cauto en tus prácticas.

Cantar es una actividad muscular y necesitas educar tus músculos a base de repetición.

Cuanto más repites un movimiento, más lo asimila tu cuerpo y se acaba convirtiendo en una respuesta automática, por lo que puedes llegar a adquirir nuevos malos hábitos si no lo haces bien.

¿Cómo puedo dejar a un lado las tendencias negativas que me hacen forzar la voz?

Depende de tu caso.

A veces requiere un enfoque diferente. ¿Has probado a dejar de forzar tu voz entrenando tu voz de cabeza?

A veces se trata de calentar la voz de forma efectiva.

A veces simplemente practicar y practicar hasta la saciedad.

O a veces simplemente necesitas a un experto que te pueda ayudar.

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Imagen: AtribuciónNo comercialSin obras derivadas Algunos derechos reservados por Diamond Geyser

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Las cuatro reglas de oro para saber cómo superar el passaggio o puentes de voz

cómo superar el passaggioAntes de hablar sobre cómo superar el passaggio o puentes de voz, es necesario que sepas lo que son.

Pero esa era la parte fácil.

Lo difícil es saber cómo superarlo y poder cruzar por él libremente sin que haya un cambio brusco en la calidad de tu voz.

Vamos a ello.

Para empezar a pensar en superar el passaggio primero debes conocer los dos ingredientes básicos

Que son ni más ni menos que la voz de pecho y la voz de cabeza.

Para empezar necesitas tener acceso a cada uno de los dos registros.

Generalmente hablando, a la mujer le cuesta más que al hombre acceder a su voz de pecho, mientras que al hombre le cuesta más acceder a su voz de cabeza y a veces es confuso diferenciarla del falsete.

Qué cosas…

Es posible que te cueste acceder al registro vocal al que no estés acostumbrado, pero en principio no debería llevarte un par de semanas como máximo.

Cuando puedas vocalizar en ambos registros habrá llegado el momento de empezar a trabajar en conectarlos para que no se escuche ese cambio brusco.

Cuando tienes los ingredientes listos, ¿cómo puedes superar el passaggio?

Al principio esa conexión será débil, por lo que tu voz sonará débil, pero es muy importante que por ahora no pienses en ello.

No es el momento.

Como dicen los ingleses, it’s better light and right than strong and wrong, que quiere decir es mejor ligero y correcto que fuerte y erróneo, pero en castellano no rima =)

Primero tienes que poder superar el passaggio sin dedicarle demasiada atención, lo cuál requerirá un poco de tiempo.

En otras palabras, el objetivo es que puedas cantar una canción que pase de un registro a otro y no se note ningún cambio abrupto en tu voz.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero te pongo aquí unos pequeños “trucos” que te ayudarán a conectar mejor esas voces.

#1: Debes controlar y entender los beneficios y necesidades de cada una de las vocales

Las vocales son la base del canto, lo más importante.

Cada vocal tiene su propiedad que te ayudará a corregir cada tendencia negativa que tengas en tu voz, por lo que es importante entender qué vocales necesitas y aprender a utilizarlas por ti mismo.

También es importante saber que cada persona necesita una forma un poco diferente de hacer la vocal, dependiendo de su configuración física.

Haz click aquí para conocer más acerca de las vocales.

#2: No pienses en notas altas, piensa en notas ligeras

Parece una tontería, pero el simple hecho de enfocar las cosas de forma diferente puede ayudarte mucho.

Un montón de los problemas que tienes al cantar empiezan en tu cabeza.

Si ya es difícil aprender a superar el passaggio, si lo enfocas mal aún lo va a ser más.

Tu cuerpo te deleitará con un montón de tensiones extra si piensas en que las notas agudas están arriba y no delante tuyo, ya sea poniéndote de puntillas, mirando hacia arriba, estirando la cabeza también hacia arriba, …

Si te es difícil darte cuenta de lo que haces mientras haces ejercicios ( algo bastante normal ), prueba a mirarte en un espejo.

Eso te ayudará a ser más consciente de lo que haces y así podrás empezar a dejar de hacerlo.

¡Incluso puedes hacer lo contrario a lo que tu cuerpo quiere hacer!

Si miras hacia arriba en las notas agudas, prueba a mirar hacia abajo.

Si te pones de puntillas, prueba a flexionar levemente las rodillas.

¡Pero busca siempre la comodidad! Nada de tensar para contrarrestar.

#3: El passaggio no se cruza a base de fuerza

Si tienes problemas para superar tu passaggio es probable que, a medida que te vas acercando, ejerzas más fuerza y volumen para hacer ese medio tono más.

Y otro más. Y otro…

Hasta que tu voz dice basta.

O te haces mucho daño o de repente rompes a falsete.

También puede ser que no estés ejerciendo una fuerza excesiva y estés cruzando tu puente, aunque con algunas tensiones innecesarias.

Si estás en este punto, céntrate en bajar el volumen todo lo que puedas, aunque eso signifique que vuelva a aparecer ese gallo o flip.

Ahora necesitas cruzar de forma relajada. Ya conoces la sensación de cruzar, por lo que tu cuerpo sabrá volver a cruzar poco a poco sin la necesidad de forzar nada y el gallo desaparecerá.

#4: El 8 de Luciano Pavarotti

No recuerdo en qué momento ni en qué lugar, pero cuenta la leyenda que Pavarotti explicó una vez una buena forma de entender cómo cruzar el passaggio.

Se trata de tratar la voz como si tuviese forma de 8:

cómo superar el passaggio

La voz de pecho sería el círculo de la izquierda, y la voz de cabeza el de la derecha.

En el centro de ambos registros tu voz tendrá más presencia y más volumen, y a medida que convergen tienes que permitirte bajar la potencia para entender el proceso de cruzar el puente.

Este es un concepto que ayuda a mucha gente.

Y si alguna vez te has preguntado de dónde viene nuestro logo, ahora ya sabes la respuesta

vox technologies vocal studio

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¿Es normal que al acabar mi sesión de entrenamiento vocal me sienta cansado?

cansadoMuchas veces haces tu clase de canto sin problemas y te sientes genial.

Estoy seguro que conoces esa sensación.

Pero cuando te toca practicar en casa hay días en los que al acabar te sientes muy cansado.

Muchas personas piensan que esto es normal, e incluso algunos profesores te dicen que es bueno porque eso quiere decir que has trabajado tu voz.

Esto no es así.

Cuidado con esto, porque no deberías sentir ninguna molestia en tu voz.

Vamos a ver algunas posibles causas de por qué sí puedes sentir cansancio.

#1: ¿Practicas con una grabación o vas por libre?

Necesitas practicar tus ejercicios siguiendo una grabación de tu última clase.

La mayoría de terapeutas vocales y profesores de canto no lo hacen.

Y es algo que me gustaría que cambiara.

Si tu instructor no está grabando tus clases para que luego puedas practicar en casa, en realidad no te está ayudando.

Por muy bueno que sea y por muy buena rutina vocal que te esté dando, necesitas poder replicarla día tras día hasta tu próxima sesión con él.

Si no tienes la grabación no te vas a acordar de todos los ejercicios que has hecho, y mucho menos de por qué notas te has estado moviendo, ni con qué sonidos.

Si por cualquier razón tu profesor no te proporciona la grabación, graba tu sesión tu mismo.

No hace falta que tenga una calidad impresionante.

Es sólo una guía para ti.

Si tu profesor se niega a que grabes la clase, yo de ti me aseguraría de conocer la razón.

Y si no te convence, huye.

#2: Tu voz evoluciona, y tu rutina de entrenamiento debe evolucionar con ella

Los hábitos cambian, y aunque cambien para bien no suelen cambiar lo suficientemente bien como para no necesitar ninguna corrección más.

De hecho, lo más probable es que cambien continuamente durante toda tu vida y seas tú el responsable de volver al camino correcto.

Tú solo, si tienes el suficiente conocimiento de tu voz, o con ayuda de un profesional.

Es por eso por lo que es mejor hacer una clase semanal que una cada dos o más semanas cuando estás tratando de corregir hábitos.

Suponiendo que seas muy diligente con tu práctica diaria y practiques dos veces al día, tus hábitos cambiarán de forma muy rápida.

Si estás trabajando con la última clase que hiciste, esa clase no te ayudará, por el simple hecho de que se diseñó para corregir unas tendencias vocales que ya no existen o han cambiado.

#3: ¿Estás seguro de estar haciendo tus ejercicios correctamente?

Lo primero de todo es asegurarte de tener un ejemplo de cómo deberían sonar los ejercicios.

Si no tienes a alguien que te ayude, lo que necesitas entonces es ser especialmente crítico con tu voz.

Te recomiendo grabarte haciendo un ejercicio tal y como se supone que lo debes hacer.

Una vez grabado, escúchalo y compáralo con el ejemplo que tengas.

¿Se parecen mucho, lo suficiente o nada?

Si no se parecen en nada, vas a tener que cambiar de táctica para ver si puedes conseguir que se asemejen más.

Lo segundo que quiero mencionar es que hacemos clases de canto porque queremos cantar mejor o porque queremos aprender a cantar.

Eso suele implicar que hacer ejercicios vocales no nos divierte, y a veces parece que ni si quiera nos vaya a ayudar a cumplir nuestro objetivo.

Y esa impaciencia puede jugarnos malas pasadas.

Yo mismo lo he sufrido.

He sufrido el estar haciendo mi clase en casa y al acabar probar a hacer una canción, ignorando el hecho de que aún no estaba preparado.

Esto hará que se retrase tu progreso, ya que aunque hayas estado trabajando en reparar esos malos hábitos vocales, al ponerte a cantar sin más estás volviendo a reforzarlos.

#4: Las enfermedades son muy nocivas para la voz

Puede ser que estés enfermando y aún no lo sepas.

Eso ya puede afectar a tu estado vocal.

¡Incluso el estrés puede afectar negativamente a tu voz!

Por otra parte, si ya has caído enfermo, debes practicar de forma muy diferente.

Piensa que estás en muy baja forma, y hay que tratar a tus cuerdas vocales de forma diferente.

Puede ser que incluso sea mejor tomar reposo por completo.

Si no lo haces te arriesgas a retroceder en el camino.

#5: A veces la mejor forma de avanzar es quedarse quieto

De esto ya hemos hablado con anterioridad.

Según mi experiencia, las personas no aprendemos de manera gradual.

Incluso hay veces que te esfuerzas muchísimo sin descanso, pero no consigues avanzar lo más mínimo.

Y no es hasta cuando te das un respiro que tu cuerpo y mente no asimilan todo lo que le has enchufado a tope.

#6: ¡No son los ejercicios apropiados para ti!

Esto es difícil de saber por uno mismo, pero un buen indicador es precisamente el tema de este artículo.

No por el hecho de que algunos ejercicios te causen molestias quiere decir que no sean los que necesitas.

Pequeñas sutilezas van cambiando en nuestro cuerpo y a veces nos afecta.

Pero si esos ejercicios hacen que tu voz se sienta peor de forma consistente, día tras día, está bastante claro de que hay algo mal.

Si es así, háblalo con tu profesor.

Un buen profesor te escuchará y te dará ejercicios alternativos para que tu estado mejore, pero sin perder el objetivo en mente.

#7: Al final todos tenemos días buenos y días malos

Acéptalo y mañana será otro día.

Quizás has dormido poco o mal esta noche.

O hay algo que te preocupa y no puedes concentrarte.

Un examen.

Una entrevista de trabajo.

Lo que sea.

Desde mi experiencia, si sigues insistiendo en cantar o practicar teniendo un día malo, lo más probable es que te acabes frustrando.

¡Aunque no hay que confundir una falta de calentamiento con un mal día!

No te recomiendo que lo dejes a la primera de cambio, en cuanto algo te salga mal.

Practica un rato, 15 o 30 minutos.

Ese tiempo es suficiente para ver si las cosas se van poniendo en su lugar o no.

Me encantaría saber si te has encontrado en esta situación y si alguno de estos puntos te ha ayudado a librarte de esa sensación al acabar tu clase de canto. ¡Dímelo en los comentarios!

Imagen: AtribuciónNo comercialCompartir bajo la misma licencia Algunos derechos reservados por Luix90

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