Desde hace mucho tiempo, la pedagogía del violín tiene un aura de tarea ciclópea, larga y muy difícil, sólo apta para los especialmente dotados de gran talento musical y fuerza de voluntad incansable. Por eso, son muchos los intentos que se han realizado para popularizar y facilitar su aprendizaje, intentos que a menudo se suelen menospreciar por todos aquellos que han realizado sus estudios “a la antigua”, es decir, con puro trabajo y férrea disciplina. Lo cierto es que es excesivo el contraste entre el trabajo y esfuerzo necesarios para aprender y el también necesario placer que debería ser siempre interpretar música. La exigente técnica impide en muchos casos llegar a disfrutar de tocar el violín ¿cuántos abandonos hay en este camino? seguramente demasiados.
El Método Suzuki (o el Método O’Connor, comentado también en esta web) es uno de los más conocidos intentos por hacer del aprendizaje del violín una tarea más natural y accesible, fomentando que los niños aprendan a tocar casi sin darse cuenta.
Pero hay otros sistemas, o trucos, que buscan proporcionar una curva de aprendizaje, una “entrada al violín”, menos frustrante, y más satisfactoria.
Entre estos intentos hemos encontrado las plantillas LarryTab para el mástil del violín, un producto inspirado en una habitual práctica de los profesores que consiste en marcar en el violín de los niños las principales posiciones de los dedos, de modo que, al principio, puedan saber visualmente dónde deben colocarlos, permitiendo centrar toda su atención en otros aspectos de la difícil toma de contacto inicial.
“El objetivo es que el estudiante acceda rápidamente a las posiciones sobre el diapasón de forma precisa, viendo dónde están ubicadas las notas. Quien no tenga un instructor para corregirlo logrará educar su oído rápidamente sin perder tiempo en un sinfín de intentos. Así mismo, para un profesor de violín la ayuda que puede brindarle la plantilla es inmensa.”
LarryTab
Gracias a este sistema, tocar el violín se acercaría más a la forma en que se suele empezar con una guitarra, mediante tablaturas y números. Así, se incluyen numeraciones para poder interpretar sencillos temas que producen una satisfacción inmediata a los esfuerzos, y animan a los novatos a profundizar en el estudio.
“La tablatura para violín es fácil e intuitiva, le indicará sobre qué cuerda y traste presionar. Con los ejercicios que se acompañan aprender será entretenido. No es necesario tener conocimientos sobre teoría musical. De todas maneras, los ejercicios en este libro están escritos en tablatura y notación musical estándar. Usted puede utilizar cualquiera de los dos sistemas.
La notación en tablatura es similar a la notación tradicional pero simplificada. La ventaja radica en aprender melodías populares y conocidas por el alumno. De esta forma gran parte del aprendizaje es intuitivo. Mientras el alumno lee la tablatura y la ejercita, reconocerá la melodía y sabrá cuándo cambiar de cuerda y posición. También tendrá una idea previa de la duración de las notas. Se comenzará con melodías fáciles continuando con las más avanzadas.
Si usted desconociera alguna de las melodías, sería necesaria una orientación rítmica para poder tocarla. Todas las que se presentan aquí son muy conocidas y fáciles de encontrar y oír en Internet.En la tablatura se encuentran cuatro líneas, cada una representa una de las cuerdas del violín. Las barras verticales dividen la tablatura en compases.”
LarryTab

Según el fabricante, el producto carece de adhesivos que puedan dañar el instrumento, consiguiéndose una sólida sujeción mediante un sistema autoadherente que se puede colocar y retirar las veces que se quiera. Además, no mancha, ni se deteriora con el uso continuado. Se instala de forma sencilla.
Desde este punto de vista, el sistema es interesante porque facilita los difíciles inicios con el instrumento, cuando cualquier cosa, desde cómo poner los dedos en el arco, hasta cómo colocar la muñeca izquierda nos resulta complicado.

MI OPINION
La verdad es que no puedo opinar de forma objetiva porque no tengo el producto, así que simplemente comentaré las impresiones que me produce este sistema según lo muestra el fabricante:
Lo bueno:
- Disminuye el esfuerzo inicial a realizar para llegar a conseguir interpretar una melodía.
- Al rebajar la posible frustración, reduce el nivel de abandonos en los primeros años.
- Los profesores ya no tendrán que andar pegando cinta adhesiva en los mástiles.
- Menor dependencia del profesor a la hora de aprender a tocar, permitiendo un mayor autoaprendizaje.
Lo malo:
- Buscar las notas mediante la vista, hace que no se trabaje el oído, pudiendo producir malas costumbres. Es tarea del profesor saber cuándo y cómo ir retirando esta ayuda.
- Evitar esfuerzos no siempre es bueno. A menudo, un poco de sufrimiento (ese sufrimiento dulce de buscar la música sin red, que nos hace crecer y nos forma el carácter…), una dificultad no desmedida ayuda a enfrentarse, no sólo a la búsqueda de la mejora en la música, sino a la vida en general.
Al principio este sistema me recordaba a esos cuadros con siluetas numeradas en las que uno sólo tenía que rellenar los huecos con el color que te decían para conseguir pintar un cuadro más o menos conseguido. Pero… ¿realmente eso era pintar? ¿se aprendía algo con ese sistema? Realmente creo que era mucho más creativo pintar monigotes en los márgenes de los libros de texto.
Pero por otro lado estas plantillas pueden ser beneficiosas si ponemos en la balanza los pros y los contras. Siempre que se sepa cuándo y cómo ir abandonándolas, y siempre que no se intente usar en sustitución de un buen profesor.
Las plantillas LarryTab pueden adquirirse online desde la web del fabricante.
Fuentes:
En este hilo se puede leer un interesante debate sobre ellas:


Los libros del Método O’Connor están llenos de ilustraciones y se centran en conocidas canciones tradicionales norteamericanas, como Oh! Susanna, Amazing Grace, Appalachia Waltz y Soldier’s Joy. Uno de los objetivos es inculcar una apreciación profunda de la historia musical de Estados Unidos con historias de todos aquellos que contribuyeron a la formación de ese patrimonio cultural: los inmigrantes, los esclavos afroamericanos, los soldados, quienes crearon lo que ha acabado convirtiéndose en la nueva música clásica americana. Una característica diferente de este método es que, mediante el desarrollo progresivo de las obras inicialmente simples, O’Connor fomenta que haya más de una manera de tocar una pieza, añadiendo improvisaciones, variante que no se encuentra en otros métodos.


Tomamos prestado del famoso libro de Bob Anderson (Estirándose) sus buenos consejos para un correcto estiramiento.

Con las piernas dobladas bajo el cuerpo estírate hacia adelante y agárrate a una espaldera, o sujeta el final de la colchoneta o alfombra. Si no puedes agarrate a nada, tira de ti hacia atrás con los brazos estirados mientras presionas ligeramente hacia abajo con las palmas de las manos. Mantenlo relajadamente 15 segundos.
Colócate como en la figura, con los dedos gordos de las manos señalando hacia afuera y el resto hacia las rodillas. Las palmas tocan el suelo mientras te echas hacia atrás para estirar la parte frontal de los antebrazos. Mantén un estiramiento sencillo durante 20 segundos. Relájate y repítelo. Este es un músculo que al principio puede estar muy tenso. No hay que forzarlo.
Brazos extendidos sobre la cabeza y palmas de las manos como en la figura, estira los brazos hacia arriba y ligeramente hacia atrás. Inspira mientras te estiras hacia arriba. Mantenlo de 5 a 8 segundos.
Es fácil comprenderlo mirando el dibujo. Empuja el codo hacia el hombro estirando el hombro contrario. Mantenlo durante 10 segundos.
Ésta es una variación de la anterior en la que, de pie y con las rodillas ligeramente flexionadas, se inclina también el cuerpo hacia un lado por las caderas. 10 segundos a cada lado.
Posiblemente al principio ni siquiera consigas llegar a juntar las manos. Entonces prueba esta otra opción, con una toalla hasta que hayas ganado en flexibilidad y puedas hacerlo sin ayuda. Es posible también que con este estiramiento sientas crujir las vértebras de la espalda, que se relajará. En cualquier caso, nunca fuerces demasiado en los ejercicios.
Entrelaza los dedos hacia afuera y frente a ti a la altura de los hombros Gira la palma hacia afuera mientras extiendes los brazos hacia adelante para sentir un estiramiento en hombros, espalda, brazos, manos, dedos y muñeca. Después eleva los brazos por encima de la cabeza y haz el mismo estiramiento hacia arriba. Mantenlo 15 segundos y hazlo dos veces.
Inclina la cabeza a la izquierda mientras tiras de la mano izquierda con la derecha por detrás de la espalda. Mantén un estiramiento sencillo 10 segundos en cada lado.
Entrelaza tus dedos por detrás de la espalda y eleva los brazos hasta sentir el estiramiento en pecho, hombros y brazos, entre 5 y 15 segundos. Al mismo tiempo, saca el pecho y mete la barbilla.
Agárrate al vano de una puerta a la altura del hombro y mira por encima del hombro en dirección contraria a la mano que está agarrando. El brazo que agarra puede estar a diferentes alturas para estirar diferentes partes de los músculos. Ten cuidado con no forzar el codo, podrías producirte lesiones.
Coloca las manos a la altura de los hombros en una valla o cornisa y deja que baje la parte superior del cuerpo, con las rodillas ligeramente flexionadas. Ve doblando un poco más las rodillas para sentir cómo cambia el estiramiento. Este ejercicio alivia la espalda y hombros cansados. Deberías mantenerlo al menos 30 segundos.
De pie de espaldas a una pared, los pies separados, gira lentamente la parte superior del cuerpo hasta colocar las manos en la pared a la altura de los hombros. Vuelve a la posición inicial y gira hacia el otro lado, muy despacio. Ten cuidado no fuerces las rodillas, podrías hacerte daño si no tienes cuidado. Hazlo relajado entre 10 y 20 segundos, con las rodillas ligeramente dobladas.


Siéntate con las piernas estiradas y los pies hacia arriba, con los talones no más separados de 15 cm. Dobla las caderas hacia adelante y mantén un estiramiento sencillo durante 20 segundos, sin doblar la espalda, ni hundir la cabeza.





De modo inverso a la técnica de la mano izquierda, la técnica del arco hace intervenir varios cuestiones importantes ya que el golpe de arco, además de la cuestión técnica de la producción de sonido, manifiesta el carácter o la personalidad del violinista. Define el tono de la ejecución, la cualidad del sonido, e incluso la percepción estética visual que se proporciona de la obra. De esta lucha de intereses han surgido diferentes tendencias, o escuelas enfrentadas en la forma de afrontar la técnica del brazo derecho.


