La articulación temporomandibular en el canto, por Raquel Villar


Artículo remitido por la cirujana maxilofacial Raquel Villar, miembro del equipo multidisciplinar de www.vocalcenter.es y autora invitada. 

La articulación temporomandibular es una de las articulaciones más complejas y que despiertan más controversia en la cirugía oral y maxilofacial. Se trata de una articulación glingimoartrodial entre dos áreas articulares cubiertas por fibrocartílago: el cóndilo mandibular y la cavidad glenoidea-el tuberculo articular del hueso temporal. Se relacionan entre si a través del disco articular,  del tejido retrodiscal, la cápsula articular, la membrana sinovial y los ligamentos extrínsecos e intrinsecos.  Junto con los músculos de la musculatura masticatoria permiten la apertura y el cierre mandibular; así como el  movimiento en los tres ejes del espacio.

Permite un movimiento de rotación o bisagra , durante una apertura de 20 a 25 mm y un movimiento de traslación o desplazamiento, cuando la boca se abre hasta su límite máximo. El movimiento de la mandíbula es sinérgico, actuando las dos articulaciones de ambos lados .

Además de la masticación y la deglución, la fonación es una de las funciones básicas del sistema masticatorio. La forma que adopta la mandíbula, junto con la posición de la lengua con los labios, el paladar y los dientes permite la resonancia y la articulación del sonido.

La disfunción de la articulación temporomandibular es un problema articular, muscular o frecuentemente mixto. Se manifiesta clínicamente en forma de dolor, limitación de la apertura oral y ruidos o clicks articulares.

Cantar de forma adecuada, con un trabajo y relajación de la musculatura masticatoria, cuidar la alimentación: reducir chicles y alimentos excesivamente duros, reducir el nivel de estrés sobre todo referente a contractura de la musculatura masticatoria, evitar el bruxismo o rechinar de dientes y cuidar la higiene buco-dental son unos pilares básicos para mantener unas articulaciones sanas.

Raquel Villar es miembro del equipo multidisciplinar de Vocal Center

´Volvemos a los tiempos pasados, si lo permitimos es que lo merecemos´ el rockero Miguel Ríos, de viva voz

Traigo aquí una fabulosa reseña del fabuloso periodista castellonense Manolo Bosch,  el cual recomendamos a los que quieran seguir la actualidad musical de la provincia de Castellón, que amablemente nos ha cedido para publicar en La Brújula del Canto. 

Aquí se vierten muchas de las reflexiones que el cantante de rock&roll Miguel Ríos realizó ayer en la fundación Caja Castellón.

“Cuando decidí retirarme, me preguntaba cómo iba a estar sin el aplauso y el contacto con la gente. Entonces ‘me inventé’ escribir unas memorias y sigo manteniendo ese contacto”.

“Como era el menor de siete hermanos, me tocó obedecer mucho. Por eso luego supe mandar”.

“Con mi padre tuve muy poco contacto. Creo que, exagerando, le vi sonreír cinco veces. Murió cuando yo tenía 15 años. Mi madre sacó la familia adelante y fue fundamental para mi carrera, dejándome marchar a Madrid. Ese salto fue importantísimo para mí”.

“’Mike Ríos’ fue una gran putada en mi vida. Fue una idea de Ricardo Fernández de la Torre, director artístico de Philips, quien me decía que las estrellas debían tener un nombre ‘importante’. En los 60 no sabíamos que Mike se pronunciaba [Maik], sino que lo leíamos como [Mique]. En Granada hay una expresión extendida que es “Mique”, una abreviatura de “mira que…”.
Y allí “pollas” es una palabra que se utiliza para todo, no tiene que ver con el sentido fálico, sino que se usa en cualquier circunstancia. Una de las frases típicas de allí es “mique pollas”. Y claro, a mí se me empezó a conocer como “mique”, por lo que ya no podía volver a mi barrio, porque allí yo era “mique pollas””.

“En 1962, tenía un disco grabado y me tuve que presentar a un examen para obtener el carné de cantante del Sindicato Vertical, el único que podía existir, y así poder cantar. Igual que lo que hace ahora la alcaldesa en las calles de Madrid. Me pusieron a cantar con un pianista que lo más moderno que había tocado era un foxtrot y me suspendieron. Pero allí conocí a Los Relámpagos y con ellos aprobé a la segunda”.

“’Popotitos’ vendió 3.000 discos en 1963, lo que era una cifra increíble. Hice la versión de la versión que hacían los Pop Tops. El triunfo me empezó a llegar con ‘El río’ y ‘Vuelvo a Granada’. En 1966 ya ganaba 1.000 pelillas por actuación y dejé las pensiones. Pero el gordo me tocó con ‘El himno de la alegría’. El productor de Philips, Filippo Carletti, fue quien me dijo que la cantase. Fui a un estudio muy grande y me encontré una orquesta dirigida por Waldo de los Ríos preparándose para tocar. No sabía qué tenía que hacer allí. Había miedo a las críticas del mundo de la clásica, pero fue un premio. Gracias a él, recorrí medio mundo, ligué en varios idiomas y me di cuenta de que no era demasiado ambicioso en cuanto a la pasta, ya que preferí invertirlo bien. A partir de ese momento me preocupé por conocer los secretos de las grabaciones”.

“Yo quería triunfar, lo que para mí era abandonar la pensión en la que vivía en Madrid y tener una casa propia. Raphael tenía fama y yo no. Para explicárselo a mi cuñado, utilizaba el subterfugio de que él hacía música comercial y yo rock and roll. Pero a mí no me interesa la fama. Soy conocido, pero no famoso”.

“Con el éxito te sitúas en una cúspide, pero estás solo. Al contrario que Sabina, la figura del perdedor no me seduce demasiado, pero de la derrota surge la fertilidad creativa. En una carrera larga es higiénico fracasar algunas veces”.

“A mí me sigue interesando mucho pertenecer a la clase social obrera, de la que siempre he formado parte, aunque sé que he ganado más dinero que mucha gente. Pero no me gustaría vivir otra vida de la que he vivido”.

“Especular con lo que podías haber conseguido no es bueno. Lo que he recibido en mi vida es suficiente y, como diría Rosendo, estoy eternamente agradecido”.

“Me he retirado de los conciertos de dos horas. La edad tiene estas cosas, pero sigo haciendo cuatro o cinco canciones acústicas, porque de ‘gola’ no ando mal”.

“En el cine, hice dos películas. Me encontraba bonico, pero no tenía naturalidad. Estaba acostumbrado a mirar a la cámara en la tele, y en los rodajes hacía lo mismo, cuando tenía que hacer todo lo contrario”.

“Ahora mismo, meterme a grabar un disco no me atrae. En estos momentos me atrae más la literatura que la música. Yo soy músico analógico y ahora todo es digital. Además, para grabar música tienes que mover a mucha gente y escribir lo haces tú solo”.

“Mi polémica con la prensa en realidad fue con el crítico del diario ‘El País’ José Manuel Costa durante la gira ‘El rock de una noche de verano’. Él era un ‘pope’ de la crítica musical y en el quinto concierto de la gira no me criticó por la música, ni siquiera hizo referencia a las actuaciones de Leño y de Luz. Me criticaba porque las entradas costaban 800 pesetas y la gira estaba patrocinaba por Kas. Por esos motivos me acusaba de falta de “legalidad”, en el sentido de ser legal en la calle. Yo le dije que él también cobraba por su trabajo y su periódico tenía ingresos por publicidad. Pues bien, desde ese concierto y hasta el último, en cada ciudad a la que llegábamos me preguntaban por lo mismo y yo respondía: “¿por qué no vamos a cobrar por hacer nuestro trabajo, igual que vosotros cobráis por hacer el vuestro?”.

“Leemos las críticas malas y no las buenas. Somos masoquistas. Nos gustan que nos den”.

“Nos están pegando abajo y lo sabemos. Los derechos ganados con trabajo durante treinta años se desmoronan. Están tomando decisiones que no tienen que ver con la crisis, sino con la ideología. La mujer va a perder el derecho de decidir sobre su cuerpo; un guarda jurado, que es una persona como otra, con derecho a cachearte y detenerte; manguera para las manifestaciones… Volvemos a tiempos pasados. Si lo permitimos es que lo merecemos”.

El estudio del canto es algo así como ir al gimnasio. Estefania Perdomo, en exclusiva para La Brújula del Canto


Hoy tenemos el placer de recibir en nuestra seccion de entrevistas a Estefania Perdomo. Distrutaremos mucho y aprenderemos del talento y experiencia de esta gran cantante.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?
Yo empecé a cantar muy pronto, cuando tenía 9 años, en la Escolanía San Marcial. Y lo primero que hicimos fue colaborar con el Festival de Ópera en una producción de La Bohème de Puccini. Era todo muy emocionante: tenía un vestuario de época para mí, tenía una madre “de mentira” (una señora del coro que me llevaba de la mano en el Acto II), la directora de mi coro se paseaba con un rollo de cinta adhesiva por el backstage para que no habláramos...
Una experiencia que me enganchó para siempre con la música en general y con la ópera en particular.
¿En que momento decidiste que querías ser cantante?
No fue una decisión fácil, ya que me encontraba a punto de finalizar mis estudios de Historia en la universidad. Tenía 20 años y ya tenía que tomar una decisión. El punto de inflexión fue sin duda mi participación en el Concierto Inaugural del Órgano del Auditorio Alfredo Kraus (1999). Ahí supe que no sabría vivir sin entregar música y sin el contacto con el público.
¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
Sin duda alguna, mi primer maestro, Mario Guerra. Él me enseñó la que hoy en día sigue siendo la base fundamental de mi técnica, pero sobre todo me demostró siempre una confianza casi ciega en mis posibilidades de éxito como cantante profesional. Me ha apoyado siempre en todo, y me ha servido de guía a lo largo de toda mi carrera, por lo que continúa siendo una influencia muy importante.

¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
¡No sabría por dónde empezar! En lo vocal, siempre me miro en Mirella Freni, que para mí es una referencia clave; y en Monserrat Caballé, por su dominio de los matices y por su amplio registro. En otros ámbitos, hay de todo: desde Richter y Sokolov al piano, Du Pré y Rostropovich al cello, Oistrakh y Stern al violín, etc.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
Por ese primer contacto con la música del que hablaba al principio, siempre me atrajo poderosamente Puccini y el verismo, pero como empecé muy jovencita a estudiar (con 14 años), era un repertorio demasiado pesado para mí. Así que aprendí a sentirme a gusto con Schubert y los lideristas alemanes en general. A los veintipocos inicié un romance con Mozart que aún no ha terminado... Y el Barroco. La música barroca no dejará de sorprenderme jamás, y es una verdadera escuela para el cantante, tanto en lo técnico como en lo estrictamente musical.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
¡Ahora sí es momento para Puccini! Además de Mozart y el Barroco, estoy difrutando mucho de mis primeras incursiones en el repertorio verdiano. Y trabajando mucho en la canción española. Estoy, en ese sentido, en un momento dulce: mucho repertorio estimulante, muy variado, que además funciona bastante bien.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional (en algún curso, o concierto...)
Buf. Pasan tantas y tantas cosas en un escenario... Desde la rotura del corsé enAdriana Lecouvreur (Teatro del Liceo, Barcelona, 2012) prácticamente al incio de una escena, y justo antes de una pelea (pensé que me quedaba medio desnuda)... hasta no poder pasar las páginas de una partitura complicadísima de Messiaen por llevar guantes (no los he vuelto a usar nunca más). A nivel estrictamente vocal.... mi primer y único “gallo” cantando un Mi Bemol Sobreagudo en una de las arias de Marina, de Arrieta. Rompí a llorar cuando salí del escenario... canté llorando el dúo de Lucia... ¡Seguí llorando después del concierto!

¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Que crees que debería cambiar?
La coyuntura de crisis económica nos está haciendo mucho daño, a los artistas en general. La cultura se ve como algo prescindible, algo que no es necesario. La crisis está viniendo bien en el sentido de que se está contando más con cantantes y músicos locales en vez de traerlos de fuera; y se están reduciendo los cachés astronómicos que solían pagarseLa. Lo que debe cambiar por parte del músico es el desarrollo de su inventiva e iniciativa: ya no vale esperar sentado en casa a que te llamen, ahora hay que moverse y buscar, preparar proyectos, unirse con otros músicos... Es una oportunidad de oro para ser más creativo.
¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Ahora mismo estoy a punto de grabar una obra que estrené en el año 2009 y que me hace mucha ilusión. Estoy desarrollando además un proyecto muy interesante de conciertos-conferencias sobre música española, un “género” que considero muy prometedor y en el cual realizaré alguna incursión antes de que acabe el año. Por otro lado, este año he recuperado la actividad docente, y a partir de enero empezaré con unos módulos técnicos destinados a cantantes amateur. Hay en marcha otro proyecto de estreno de micro-óperas muy interesante... en fin, que proyectos no faltan.

¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Primero que nada...que estudien. La disciplina de trabajo en cualquier instrumento es fundamental, pero en el canto, el instrumento es uno mismo. Es imprescindible que el cuerpo interiorice y mecanice la técnica para tener una voz sana, un instrumento saludable. Y eso sólo se consigue con el estudio. Es algo así como ir al gimnasio.
En segundo lugar... cuidado con el repertorio. He visto a lo largo de mi carrera voces destrozadas por cantar cosas para las cuales no se estaba aún preparado técnicamente, sobre todo en la ópera, que es muy dura. Hay que tener mucho cuidado, e ir “desbloqueando” poco a poco los roles.
Y sobre todo... mantener y cultivar la ilusión. Es una profesión difícil y sacrificada... pero muy gratificante. Y mantener el ánimo es fundamental para seguir adelante, seguir aprendiendo, conociendo y compartiendo.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música o con el canto?
En realidad... creo que ya está todo.. ;)

Reflexiones sobre el canto de Alfredo Kraus, II parte

Continúo aquí las notas sobre la entrevista a Kraus.

Vídeo III


En este vídeo nos habla de la técnica respiratoria del cantante y resalta que es necesaria la apertura total alrededor de las costillas, la expansión de la caja torácica para que el diafragma se mantenga estirado durante la emisión. El diafragma debe estar abierto.

Kraus recomienda cantar a media voz.


Se habla de "contrasentidos": el apoyo tiene que ser mayor, el diafragma debe estar más tenso para quitarle volumen y fuerza a la voz. Se ha de mantener una columna continua de aire, la voz debe estar aliméntandose todo el tiempo de aire.

Habla del falsete y sus sensaciones.

Vídeo IV


Habla de la importancia de trabajar una dicción clara para que se entienda lo que se canta. La dicción hay que cuidarla mucho más de lo que en general se cuida. No se puede separar la dicción del trabajo técnico. Hay que unificar la emisión con la dicción.

Las mujeres se preocupan del sonido y se olvidan de la pronunciación. La palabra es primordial y se tiene que entender todo para transmitir el mensaje de la obra.

Recomienda que lo importante es no tener prisa, hay que tener muchos aspectos en cuenta a la hora de cantar, hacer la respiración justa, la colocación, la dicción, la dinámica, etc.


La brújula del canto apoyando el flamenco

Hoy hemos disfrutado en una tertulia flamenca en el local El Hostal, en el numero seis de la plaza Padre Jofre de la capital de La plana, en la que se reúnen todos los sábados por la mañana de diez a una diversos cantaores flamencos y cantantes de copla. Aprovechamos para invitaros a apoyar este genero único, patrimonio inmaterial de la humanidad, como ha sido merecidamente reconocido.

Hoy hemos entrevistado al maestro extremeño afincado en el Grao, Jesus Cuesta, apodado artísticamente "el guero", especializado en los palos de la rumba, aunque hemos podido apreciar que domina cantes de la familia del fandango y las soleares.