El violín interior

El violín interior

Dominique Hoppenot

Probablemente muchos ya conoceréis este libro que impactó en el mundo académico hace ya unos años. La enseñanza tradicional basaba gran parte de su eficacia en la adquisición de automatismos, más o menos inconscientes y habilidades a menudo puramente físicas o acrobáticas. Cambiando el paradigma del modo en que nos relacionamos con el instrumento, Dominique Hoppenot busca conectar con todos aquellos violinistas cuya relación con su instrumento constituye una historia tormentosa de sufrimiento, esfuerzo frustrante, esperanzas contrariadas. Hoppenot propone trabajar desde nuestro interior, analizando, de forma concienzuda y pormenorizada, pero también con increíble optimismo y entusiasmo, todos los factores que definen los éxitos o los fracasos, las barreras mentales,  la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno. Todo ello en una búsqueda interior de la armonía, de la realización personal plena, no sólo con el violín, sino con nuestro propio cuerpo.

Su lectura es fascinante para cualquier estudiante de violín, pero especialmente útil para todos aquellos que ya tienen cierta experiencia, un recorrido vital que a menudo los tiene insatisfechos y les ha hecho perder la ilusión inocente por la música. Salvo los excepcionalmente dotados por naturaleza, todo violinista ha sentido alguna vez ese bloqueo, impotencia ante ciertas empinadas cuestas que parecen volverse infranqueables, frustraciones con las que, si no las sabemos enfrentar, pueden terminar enquistando en nuestro espíritu un rechazo hacia el instrumento y hacia su cruel y constante exigencia de disciplina y trabajo.

“Se trata de un libro precursor cuya originalidad colmará a unos, inquietará a otros, pero cuyo contenido se convertirá mañana en evidencia para quien busca… y se busca.”

Pero se confunde quien piensa que la autora preconiza una forma indolente o relajada de aprender. Su relajación siempre es activa y ella no deja de alabar la obra del supuestamente prusiano Sevcik, cuyos ejercicios aconseja con entusiasmo.

Seguramente, el estudio del violín es uno de los caminos que más frecuentemente se abandona. Es fácil conocer a alguien que, al saber de nuestra dedicación, nos confiesa: “yo estudié un par de años, pero lo dejé”.

El violín interior

No diré que en “El violín interior” se encuentran las soluciones para evitar todas las trampas del camino y llegar a un final feliz. No es un libro de recetas ni de trucos fáciles que tanto se llevan ahora en internet. Pero sí que es inspirador, y que nos muestra como mínimo “la actitud” necesaria para conseguir lo que en definitiva debería ser siempre el objetivo final: la felicidad de hacer buena música, música hecha con el alma.

Cómo relajarse de forma positiva, cómo sentir el cuerpo como una unidad global, cómo estar en equilibrio, qué actitud hay que adoptar al tocar, cómo manejar el miedo, cómo enseñar…

Un texto imprescindible para alumnos, profesores y aficionados.

Os recomiendo que compréis el libro y lo tengáis presente para ojearlo de vez en cuando, pero aun así os dejo esta versión que podéis ir leyendo.

Contenido

  • El mal del violín
  • Un nuevo enfoque
  • Armonizar el cuerpo
  • Los instrumentos no se sujetan…
  • La sensación, una conciencia corporal
  • La dialéctica del gesto
  • La sonoridad en el corazón de la técnica
  • La afinación interior
  • El ritmo instrumental
  • Tonicidad y descontracción
  • Influencia de la respiración
  • La concentración
  • El intérprete y la expresión musical
  • Otro alumno, otro maestro…
  • ¿Qué significa estudiar?
  • Y el miedo…
  • Los niños
  • A modo de epílogo

Leer “El violín interior”:

El Violin Interior

 

Fuentes:

Violín y violinista, una relación siempre viva

Comprar el libro en El Argonauta

Practicando escalas con Carl Flesch

Antes que nada, avisar que este compendio de escalas no es recomendable para principiantes.

Aqui tenéis el Método completo, podéis imprimirlo, descargarlo o solamente hojearlo. Tened paciencia porque, dado el tamaño del archivo, tardará en cargar.

Descargar (PDF, 7.74MB)

Casi nadie se libra de practicar escalas, y hay tantos métodos y guías para realizarlas que resulta difícil escoger alguna. Para este artículo he escogido este Manual, algo antiguo ya, pero que puede ser muy útil para aquellos que ya tienen cierto nivel y quieren perfeccionar mediante ejercicios técnicos de escalas, arpegios, etc. más profundos y específicos.

Porque este método es realmente amplio, recoge todas las escalas mayores y menores en todas las tonalidades y en toda la extensión del diapasón (yo no puedo con muchos de ellos) y además es descargable gratuita y legalmente (creo) de la red.

El hecho de que se han indicado diferentes tipos de digitación posible, y a que algunas de esas variantes no son demasiado amigables (al menos para mí) añaden dificultad a este tipo de ejercicio. Lo cierto es que yo llevo unos meses con ellas y tengo que avisar que no son los ejercicios más divertidos del mundo. Hacedlos despacio y con infinita paciencia, y si podéis ponerles un poco de gracia y personalidad a los ejercicios, mucho mejor

Creo que no hay mejor comentario que los propios prólogos al método editados hasta el momento. Os los traduzco.

Notas de Carl Flesch a su Primera Edición

He dudado mucho antes de decidirme a publicar mi Sistema de Escalas trasladado a todas las tonalidades. Porque nunca me ha gustado que hubiera demasiadas publicaciones de este tipo. Además, a menudo se parecen entre sí y no hay en ellas ninguna idea nueva, que es lo que debería ser su razón de existir.

En el primer volumen de mi Arte del violín había publicado una serie de esclas y acordes rotos bajo el título “El sistema de escalas” que considero constituía una significativa innovación. Había intentado dirigir el trabajo diario desde las rígidas fórmulas técnicas habituales a una visión que permitía al alumno no favorecer una parte del mecanismo en detrimento de otra, sino que le obligaba a dividir su trabajo igualmente entre las distintas combinaciones técnicas más usuales.

Además he intentado resucitar la antigua manera en la que la vieja escuela francesa realizaba las escalas, una tradición que yo seguí en casa de mi viejo profesor Eugène Sauzay.

Muchos años de práctica han fortalecido mi convicción de que gracias, a su universalidad, su concisión, este sistema no sólo constituye una garantía segura de progreso continuo sino que representa el mejor medio de economizar tiempos y esfuerzos. Para llegar a este resultado era necesario sin embargo que el alumno cambiara cada día de tonalidad, transponiendo sucesivamente el modelo en Do mayor a los demás tonos, dado que en la primera edición por falta de espacio pude publicar solamente esa tonalidad.

Tres años después he tenido la ocasión de comprobar la influencia de mi sistema sobre los estudiantes. Fue una pequeña decepción observar que la mayoría sólo trabajaban en la tonalidad de Do mayor, con lo que el efecto era mucho menor. Pero el violinista que practica en todas las tonalidades tiene una gran ventaja sobre el que se contenta con una sola, siempre la misma. Y es es la razón que me empujó a publicar el sistema completo de escalas.

Algunas observaciones útiles para la realización de los ejercicios:

    1. El sistema de escalas puede servir tanto de ejercicio de afinación como de ejercicio de velocidad. En el primer caso debe ser tocado lentamente corrigiendo cada nota fallida, en el segundo caso es necesaria cierta velocidad acorde a la técnica individual.
    2. Se debe practicar una tonalidad distinta cada día.
    3. Los modos menores en dobles cuerdas están escritas en el modo harmónico, no melódico, para hacer uso de esos intervalos de segunda aumentada que habitualmente se descuidan. Sin embargo he utilizado por contra en las escalas menores simples la forma melódica, mientras ambas variaciones han sido combinadas en las terceras partidas.
    4. A fin de aprovechar al máximo el tiempo disponible he combinado los ejercicios de escalas con los ejercicios de arco. Estos golpes de arco pueden aplicarse también en los ejercicios de dobles cuerdas, en cuyo caso los intervalos no sonarían simultaneamente, sino alternativamente.
    5. El alumno puede, si es su deseo, añadir anotaciones dinámicas.
    6. Me ha parecido útil añadir, al final de cada escala algunos ejercicios en simple o doble cuerda en armónicos, dado que se practica escasamente esta especialidad.
    7. El orden de acordes introducidos aquí son los mismos que Sevcik introdujo en su Método de violín.

Consejos y comentarios del Editor (Por Max Rostal)

Se han incluido nuevas digitaciones acordes a los nuevos gustos, y se han situado debajo de las notas, mientras que las de Flesch se encuentran sobre las notas.

Algunos dedos de Flesch corren riesgo de ser malinterpretados. Por ello, he añadido explicaciones sobre ellos.

Mis dedos no son correcciones, sino alternativas al gusto de nuestros días y que pueden usarse en alternancia con los de Flesch. No comparto la opinión de que todas las escalas deben tocarse de la misma manera, porque, por razones musicales, cada una requiere a menudo digitaciones propias y adecuadas.

He indicado a veces dedos que facilitan la interpretación pero, ocasionalmente he utilizado dedos más difíciles con el fin de que los estudiantes practiquen las excepciones o por razones técnicas. El hecho de que pasajes parecidos se digiten de forma diferente proviene de mi intención de hacer experimentar ejercicios más diversos.

Si no se indican otras alternativas, los dedos de Flesch son los válidos.

He de lamentar que ocasionalmente mis dedos no son realmente comprendidos y parecen a algunos veteranos incluso absurdos. Para mí, es evidente que los dedos más fáciles no son siempre los más musicales y juiciosos. Si aceptamos que la idea artística está subordinada a la seguridad de ejecución, la práctica del violín se vuelve más fácil.

Cuando las digitaciones no se corresponden a los estereotipos habituales y conocidos, se les declara, demasiado a la ligera, “intocables y arriesgados”, e incluso, a veces, “absurdos”. Pero, en un instrumento de cuerda, la digitación es algo más que un intento de evitar dificultades. Hay en ello una parte importante del arte de la interpretación y, si no se presentan dificultades técnicas, no se elevaría el nivel técnico para resolver los problemas de interpretación.

En los suplementos, que creo importantes, aparte de los pasajes propuestos por Flesch he usado también escalas extendidas para ser tocadas en cada cuerda de una a dos octavas, y de la escala de tres octavas a la de cuatro.  En mi versión, las formas harmónica y melódica de la escala menor se han tratado separadamente. Para los ejercicios de dobles cuerdas, añado los intervalos no tratados por Flesch, tales como los unísonos, las cuartas, quintas y séptimas, y también he extendido el uso de sextas, octavas y décimas. Para los armónicos, aparte de los tocados de la forma habitual con el primer y cuarto dedos, también incluyo ejercicios de preparación para los dobles armónicos. Se han añadido escalas de tono completo y de cuarto de tono, usadas en la música del siglo XX. La técnica de la mano izquierda incluye también pizzicato, que debe ser ampliamente estudiado.

Algunos comentarios al Prefacio de Carl Flesch

  1. Propongo practicar las escalas no sólo como ejercicio de entonación y velocidad como sugiere Flesch, sino como entrenamiento de los cambios de posición y, más adelante, de vibrato. En los ejercicios de entonación no basta con corregir cada “nota fallida o falsa nota”. Es necesario sobretodo trabajar el ataque a la nota que reconocemos falsa para conseguir, de un movimiento seguro, el tono exacto sin corrección posterior, que siempre se nota. Así, mejoramos al mismo tiempo la apreciación de las distancias y los cambios de posición. Como punto de partida, tomaremos siempre la nota que se encuentra delante del tono reconocido como fallido. En los ejercicios de cambio de posición, hay que practicar el cambio de forma inaudible, contrariamente al expresivo glisando intencionado. Una de las formas de conseguirlo es comenzar realizando el cambio de posición preferentemente en un intervalo de semitono. Si he recomendado incluir también la práctica del vibrato, no aconsejo hacerlo sin embargo en la fase en la que aún cometeríamos muchos errores de entonación. Practicar invariablemente sin vibrato como muchos profesores recomiendan es un método desfasado, en mi opinión, puesto que la entonación también debe ajustarse cuando tocamos con vibrato. Actualmente los violinistas utilizan el vibrado para reforzar la belleza tonal, la intensidad y expresividad de diversas maneras. No se trata de utilizar el vibrato porque sí, sino de evitar los errores de vibrato no intencionados e incontrolados. Demasiado a menudo, la línea de sonido de tonos iguales se interrumpe involuntariamente, sobre todo en la últimas notas antes de un cambio de posición, sobre todo si nos servimos del cuarto dedo. Esta parada del vibrato se debe casi siempre, no a razones artísticas o interpretativas, sino a cierta pereza y negligencia. Es cierto que, en este caso, el ejercicio del vibrato continuo e ininterrumpido es mi objetivo, pero eso no implica que siempre haya que aplicar el mismo tipo de vibrato.
  2. Flesch aconseja cambiar de tonalida cada día, pero eso será el esfuerzo final sólo cuando las iniciales dificultades hayan sido vencidas, cuando no se trate ya de aprender la técnica, sino de mantenerla. Al principio debemos cambiar la tonalidad como mucho dos veces por semana.
  3. El sistema de Flesch de alternar entre las escalas harmónica y melódica cuando tratamos con tonalidades menores homofónicas y dobles cuerdas, puede en algunos casos llevar a confusión. Según mi experiencia hay que separar clara y estrictamente las escalas melódica y harmónica.
  4. Antes de comenzar con los ejercicios de arco recomendados por Flesch, el estudiante debe concentrarse antes en notas ligadas para separar los problemas de la mano izquierda de los de la mano derecha. Realmente es necesario comenzar por abordar cada dificultad técnica antes de combinar varias, mucho más adelante. El sistema de escalas sirve, en primer lugar, para desarrollar la técnica de la mano izquierda. El ejercicio de legato es precisamente el punto medio más adecuado para controlar que sean inaudibles los cambios de posición y los cambios de cuerda.
  5. Antes de practicar los reguladores dinámicos, aconsejo practicar el pianissimo con una presión fuerte de los dedos de la mano izquierda para conseguir la separación de ambas manos y evitar las presiones iguales de ambas cuando deben ser distintas. Demasiado a menudo, las fuerzas de las dos manos se igualan en lugar de comportarse de forma independiente. Además, el hecho de tocar pianissimo (fenómeno psicológico curioso) aumenta la capacidad de concentración de muchos violinistas, intensificándose durante los ejercicios. No será por tanto hasta más tarde cuando los ejemplos dinámicos indicados (piano subito, forte subito, crescendo,etc.) deben ser practicados.
  6. Con respecto a los armónicos, Flesch utiliza sólo los típicos en cuartas, de modo que los estudiantes son incapaces de tocar dobles armónicos correctamente. Por ello he añadido armónicos simples en terceras mayores y menores.
  7. He usado notación gráfica para evitar la notación alemana:

arch simbols

 

Cómo practicar el Sistema de Escalas:

  1. Al principio, y durante cierto tiempo, se evitarán las variaciones indicada por Flesch sobre los golpes de arco, que se deben ejecutar legato para conseguir buenos e inaudibles cambios de posición y cambios de cuerdas. Al principio, trabajar muy lentamente sucesiones de dos notas. Con gradual y cuidadosa aceleración para llegar a ligaduras de duración de una negra, dos negras, etc…
  2. En las partes de una octava (números de 1 a 4), señaladas separadamente para cada cuerda, trabajar primer la cuerda de la posición más baja y gradualmente ir subiendo a la posición más alta. En otras palabras, no empezar siempre en la cuerda Sol o en la secuencia impersa.
  3. Para todas las escalas menores practicar separadamente el modo melódico y el harmónico.
  4. Comenzar el ejercicio de escalas cromáticas en terceras con la digitación estática.
  5. Los pizzicato se practicarán y variarán a voluntad
  6. El sistema de escalas es demasiado extenso como para ejecutarlo cada día, ni siquiera limitándonos a una sola tonalidad. Para aprovecharlo mejor se puede seguir esta planificación:

1er Día: Escalas homofónicas números 1 a 4 con extensiones, terceras, octavas normales, décimas, armónicos normales anotados como 1/4.

2º Día: Escalas homofónicas sobre 3 octavas, número 5, unísonos, cuartas, sextas, octavas normales.

3er Día: Escalas de tonos entereos, quintas, octavas normales, octavas digitadas, armónicos digitados 1/3 y 1/4.

4º Día: Escalas homofónicas números 1 a 4, escala de cuarto de tono, octavas normales, armónicos de quinta, pizzicato de la mano izquierda.

5º Día: Escalas homofónicas de 3 octavas número 5, quintas, séptimas, octavas normales digitadas, armónicos de tercera mayor.

6º Día: Escalas de tono entero, unísonos, quintas, octavas normales, armónicos en tercera menor, pizzicato.

7º Día: Escalas homofónicas sobre tres octavas número 5, terceras, quintas, octavas normales.

Según esta planificación algunas secciones no son practicadas más que una vez a la semana, mientras que otras más importantes se ejecutan dos o tres, y las octavas normales todos los días.

Pero todas las propuestas son susceptibles de modificar según las necesidades.

ecientemente, sobre todo a partir de 1980, han surgido dudas acerca de la conveniencia o necesidad de practicar escalas, quizás en una búsqueda aparentemente falsa de originalidad y a una falta de capacidad. Pero estos ejercicios han rendido servicio a generaciones de intérpretes célebres. Heifetz, por ejemplo, estaba convencido de su valor y las exigía a sus alumnos tanto como a sí mismo.

En la edición de “Ejercicios y escalas” de Engène Ysayë, los hijos del autor comentaban: “podemos afirmar por otra parte que estos “Ejercicios y escalas” constituían la base de la gimnasia técnica matinal de Eugène Ysayë, a los cuales él añadía variaciones improvisadas de deslumbrante fantasía.”

Joseph Szigeti escribió, en el prefacio de esta misma edición, que las escalas constituyen un factor tan invariable en nuestro bagaje,  que cada sistema de escalas sólo se parece a sus predecesores y contemporáneos cuando se los observa superficialmente y sin perspectiva histórica.”

Además, la necesidad de practicar sistemas de escalas se refuerza por el hecho de que, en los programas de los grandes concursos internacionales de violín, como los Yehudi Menuhin en Paris o el Fritz Kreisler de Graz, la interpretación de escalas es obligatoria.

Max Rostal, Berna, 1986

Ivry Gitlis, alumno aventajado de Carl Flesch, con su insultante facilidad.

Empezando a improvisar con el violín

Muchos violinistas, cuando oyen la expresión “improvisar” se quedan petrificados, miran hacia otro lado y hacen como si no hubieran oído nada. A mí me pasaba (y todavía me ocurre un poco) 🙁

Y es que en la formación violinística clásica no se suele prestar demasiada atención a esta forma de enfrentarse a la música, sin partituras, plan previo y sin red de seguridad.

Así que, si tenéis ya ganas de comenzar hacer un poco el loco con el violín de vez en cuando, os voy a enseñar la forma en que yo empecé a desbloquearme el coco y a soltar mis dedos, haciendo lo que me salía de dentro en vez de lo que ponía en un papel.

Y es que, lo que al principio era terrorífico, poco a poco fue convirtiéndose en algo divertido y fresco que todo violinista (y todo músico) debería practicar. Sobre todo, recurriendo a música tradicional, en este caso americana y sus múltiples variantes, (folk, blues, bluegrass, country, etc.).

En primer lugar debo agradecer a Geoffrey Fitzhugh Perry su amabilidad al haberme dado permiso para publicar un par de temas de su libro Fiddle Jam, que fue la herramienta que me empezó a ayudar con el tema de la improvisación, y del cual voy a transcribir algunos de sus divertidos contenidos. A partir de aquí, puede que esté hablando yo, o puede que esté transcribiendo a Geoffrey 😉

La creatividad es un músculo cerebral que hay que entrenar a diario. Los niños son naturalmente libres y creativos pero también es cierto que alrededor de los 8 ó 9 años (edad en que muchos niños empiezan a tocar en la escuela) es cuando empiezan a sentir sus impulsos creativos aplastados.

Los niños son probablemente la tierra más fértil que tenemos en el mundo. Planta las semillas. La autoestima, confianza, autoridad, obediencia, concentración, relajación, son sólo algunos de los conceptos positivos necesarios para la improvisación. Hay muchas evidencias de que la improvisación actualmente mejora el crecimiento neurológico en ciertas partes del cerebro (y ése es un beneficio permanente). Terapia, salud, desórdenes de atención, estado de ánimo positivo, o sólo por ver a un chico interesado merece la pena intentarlo.

Los principiantes suelen marcar el mástil con líneas horizontales. Usaremos ese sistema para indicar las posiciones de los dedos.

marcas mástil violín

LA ESCALA MAYOR

La mayoría de estudiantes primerizos conocen una o dos escalas mayores. Es una de las primeras cosas que aprendemos después de Estrellita. Las escalas mayores son muy claras y con un sonido muy familiar. Una gran parte de lo que solemos escuchar está basada en ellas. Aunque algunos piensan que esta escala es quizás demasiado dulzona y plana para el rock’n roll, se pueden hacer cosas chulas tocándola en los siguientes ejemplos:

Recomendaciones antes empezar:

  1. Reláx. Respira profundamente y tómate tu tiempo. Las prisas y sus primas las preocupaciones son obstáculos para la creatividad.
  2. La idea básica  es usar las notas de las plantillas de dedos para tocar sobre el audio correspondiente, tocando lo que a ti te guste y te parezca que quede bien mientras escuchas y tocas a la vez.
  3. La zona EZ (más adelante veréis cuál es) es la mejor manera para empezar a tocar sin pensar. Toca cualquiera de las notas de esa zona y simplemente empieza y termina en la nota tónica (la nota “tónica” es la nota clave y da nombre también a la escala y tonalidad del tema) ¡y no te equivocarás nunca!
  4. El audio que acompaña a cada ejemplo te dará algunas ideas sobre riffs, frases, motivos, etc. para tocar.

“En resumen: adelante, no pienses, simplemente toca”.

 

Raven’s Daughter

  • Escala: Sol Mayor
  • Notas que puedes tocar: cualesquiera Sol, La, Si, Do, Re, Mi o Fa#
  • Zona EZ: 0, 1, h2, 3 en las cuerdas Sol y Re.
  • Carácter: luminoso, puro, fuerte.
  • Preparación: Recorre la zona EZ arriba y abajo, entonces empieza a alargarlas o acortarlas, a saltar y siéntete libre hasta que lo hagas sin pensar.
  • Instrucciones:
    • Modo sencillo: Empieza y termina en nota Sol. ¡Quédate en la zona EZ y no puedes equivocarte! Recuerda, es obra tuya, así que toca cualquier cosa que te guste o te parezca que queda bien.
    • Modo avanzado: Escucha el audio con el ejemplo que acompaña para tomar una o dos ideas. Recorre la zona exterior de la EZ un rato. Intenta evitar las notas Do y Fa# algo más que las demás (esto se llama escala pentatónica, ya hablaremos…). ¡Y no tengas miedo de excederte en intensidad!

Raven's Daughter fingers violin

Primeros consejos (en inglés).

 

Ejemplo de improvisación

 

Tema sin la parte del violín

 

  • Lección de audición: fíjate en que el audio es básicamente un riff de guitarra repetido y una parte diferente (un acorde de Do) que vuelve varias veces al principio ¿puedes oírlo? Intenta tocar algunas cosas durante ese fragmento que contraste con la sección de riff repetido (a lo mejor más picado, o algo más rápido, o más rítmico o a diferente velocidad…). Fíjate también cómo termina en el acorde de Do en vez de en el acorde de Sol (el acorde de tónica en esta clave) para proporcionarle un poco de misterio y suspense.
  • Problemas: ¡no toques demasiado! deja un poco de espacio para respirar… como si fueras un cantante.

P.D. Dite a ti mismo (o ten a alguien que te lo diga) que ¡eres el violinista más chulo del mundo por cómo has improvisado en este tema!

Le Bomb

  • Escala: La Mayor
  • Notas que puedes tocar: cualesquiera La, Si, Do#, Re, Mi, Fa# o Sol#
  • Zona EZ: 0, 1, h2, 3 en las cuerdas La y Mi.
  • Carácter: brillante, feliz, dulce.
  • Preparación: Recorre la zona EZ arriba y abajo, saltando, corriendo, arrastrándote, brincando, hasta llegar a tocar casi sin pensar.
  • Instrucciones:
    • Modo sencillo: Usa las notas de la zona EZ como te venga en gana y te parezca que suena bien con el audio. Comienza y termina en La y no podrás equivocarte.
    • Modo avanzado: Escucha el audio con el ejemplo que acompaña para tomar una o dos ideas. Intenta ser consciente y escuchar dentro de ti lo que deseas tocar antes de hacerlo.

Le Bomb fingers violin

  • Lección de audición: Este ejemplo es básicamente una idea repetida de 2 compases seguida de una sección de 4 compases (acorde de Mi) que te lleva de regreso al riff básico. Imagínate también el riff de dos compases durante el “break” de percusión ¿puedes oírlo?
  • Problemas: Mantén el movimiento pero no demasiado lejos, nunca más lejos que una o dos notas de la nota deseada, si no te gusta sobre la que estás.

Primeros consejos

 

Ejemplo de improvisación

P.D. Arruga la nariz y di para tus adentros: “no sabes lo que estás haciendo”… entonces ríete alto y fuerte y di: “¡pues claro que no! Esto es IMPROVISACIÓN, excepto por conocer la escala, mi mente está absolutamente vacía”.

¿Cómo obtener el “sonido fiddle”?

 ¿Estáis interesados en el Método?

En este libro encontraréis muchos más temas explicados, trucos, consejos, fotografías, adaptaciones para viola y cello, etc, etc… sólo necesitáis un nivel medio de inglés y una mente abierta. Enjoy!

Fiddle Jam
look inside
Fiddle Jam
(Finally! A Way-Cool Easy Way to Learn How to Improvise). For violin, fiddle, viola and cello. Jazz Instruction. Improvisation, Jazz, Blues, Folk, Play Along. Instructional book and examples CD. Introductory text, instructional text, black & white photos, instructional photos, illustrations, fingerings, standard notation and examples CD. 46 pages. Published by Hal Leonard (HL.695716)Smp_stars30
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…more info

Links:

www.fiddlejam.com (sitio web del libro Fiddle Jam)
www.fiddlejaminstitute.com (academia online Beyond the Book!)
www.outlawfiddle.com (productos para violinistas)
www.geoffreyfitzhughperry.com (web personal de Geoffrey Fitzhugh Perry)

7 juegos para divertirse con el violín tras el estudio

Violin Hero, from lesbiangamers.comUn refrescante artículo de Joshua Iyer, publicado en el blog violinist.com y traducido por mí, espero que correctamente. Para espabilarse en alguna melancólica tarde de domingo. Más uno de propina tomado de mi profesor, Salvador Guiral.


“Aquí os presento una lista de ejercicios para jugar con el violín tras el estudio en jornada de ensayo en una tarde de lluvia / nieve, con el profesor o con amigos.

  1. Subiendo el Tempo: Elige una escala o una sección rápida de una pieza de música. Yo escogí el tema irlandés que suena en la cuarta película de Harry Potter, en la secuencia de la Copa Mundial de Quidditch. Con el metrónomo encendido, empieza a tocar la melodía poco a poco. Cada vez se que termina de tocar, se vuelve a empezar, pero aumentando el ritmo. ¡Descubre lo rápido que puede tocar el tema antes de que el metrónomo te avasalle!
  2. Cromática: Comienza en la nota más baja de cuerda y subir un tono entero, luego baja medio tono, luego sube un tono…, etc. A ver hasta dónde podéis subir por las cuerdas! (Empezando en la cuerda Sol: Sol, La, Lab, Sib, La, Si, etc).
  3. Imitando sonidos: Con la ayuda de amigo (o grabando mientras juegas tú mismo) haz que suene un videojuego, no importa cuál. Presta especial atención a los efectos de sonido y música mientras juegas. Entonces, silenciar el volumen del televisor y toma tu violín. Intenta reproducir los efectos de sonido y música a medida que se sucede en la pantalla con el violín! Vas a tener que cambiar continuamente entre música y efectos de sonido, pero sigue intentándolo hasta que estés satisfecho con lo que obtienes.
  4. Jam Session: Simplemente, tocar música con uno o varios amigos! Se trata simplemente de tocar lo que realmente te apetece. Tocar libremente, improvisando (usa una escala pentatónica si deseas que las notas suenan bien juntas naturalmente!). Es una sencilla manera de pasar un buen rato con tus amigos el fin de semana, antes de ponerte con algo más serio.
  5. Imitadores: Con un amigo, tocar un puñado de notas y que las tenga que repetir. Luego se cambia y lo hace a un amigo. Se puede jugar de muchas formas: por ejemplo, que el igual que su amigo después de repetir añade una nota más y tú lo tienes que repetir añadiendo otra a su vez, etc. (como en el juego de Simon). O dependiendo del nivel, puedes tocar un grupo de notas y que el contrincante las copie pero en una tonalidad diferente.
  6. Instrumental: La narración de cuentos: pongo este video de ejemplo, te dará algunas ideas para comenzar.

    Básicamente, se trata de  interpretar una historia sencilla con compañeros. Puedes elegir desde la historia del enemigo frente al héroe hasta el drama de ciencia ficción. El colmo sería ir disfrazado. La única dificultad es que hay que avanzar en la historia con sus acciones y sus instrumentos¡No se permite hablar! Se puede practicar actuando realmente con una especie de conversación y luego interpretarla juntos con el violín.”
  7. Caliente caliente, frío frío… Este es el juego que realiza  mi profesor, Salvador Guiral, con los más pequeños. Consiste en esconder un objeto en algún lugar de la clase, a menudo un arco, una almohadilla o algo de ese estilo. Uno de los alumnos, sin haber visto dónde se escondía, ha de encontrarlo guiándose sólamente por la manera de tocar de los demás. Cuanto más rápido se toque, querrá decir que más se estará acercando el alumno buscador. O bien cuanto más fuerte, o se puede hacer el típico sonido de la película tiburón, que va acelerándose conforme se aproxima a su objetivo.

 

El cuello del violinista

Hoy traigo a Deviolines un artículo invitado, de parte del violinista y musicólogo Jesús Martín. Me parece interesante porque el cuello de violinista es un tema que me ha afectado personalmente durante bastante tiempo, a veces mucho, ahora poco, pero que, aunque parezca un problema menor, a menudo afecta de tal manera que perjudica la interpretación e incluso impide ensayar lo que deseamos. Quizás no esté totalmente de acuerdo en la idea de que este problema tenga como causa principal una mala postura; en mi caso también es debido a una tensión exagerada al sujetar el instrumento, sobre todo en los ejercicios de vibrato (uno de mis talones de Aquiles) que no termino de dominar todo lo que me gustaría. Esta angustia por trabajar algunos ejercicios sin la debida relajación termina produciendo presión excesiva en el cuello, de la barbada o de los tornillos metálicos que la sujetan, de manera que los bordes duros terminan causando un moretón que puede llegar a ser doloroso e incluso complicarse con pequeños granos, pelos de la barba que no crecen normalmente (sobre todo aquellos a los que les gusta la barba de 3 días), etc. Es un problema de la piel que en la mayoría de los casos no proviene de alergias a ningún material del violín, sino del continuo rozamiento de un borde o superficie dura con la piel. Así que, antes de pensar en buscar soluciones de otros materiales pensando que así no nos van a afectar lo mejor es relajarse antes de tocar, y trabajar junto con el profesor la postura para conseguir una sujeción más natural de instrumento.

Lo cierto es que incluso he visto en algunos conciertos a miembros de la OCNE con el famoso manchurrón (cuántas bromas de los amigos habré recibido insinuando que en realidad es una consecuencia de una noche de pasión…) y seguramente muchos de los pañuelos que se usan sobre la barbada responden también a ese problema.

Sin más, os transcribo el interesante artículo.

“Cualquier persona que ha pululado por un conservatorio ha distinguido a algunos estudiantes de violín y viola por una mancha en el cuello asociada a un roce o reacción alérgica. Su denominación internacional es “Fiddler’s neck” (cuello de violinista). Realmente se trata de una irritación de la piel por contacto que se presenta como un foco de liquenificación y pigmentación en el lado izquierdo del cuello justo por debajo del ángulo de la mandíbula. Son varios los factores que intervienen en estos cambios en la piel, probablemente una combinación de factores, entre ellos la excesiva presión, la fricción, una higiene deficiente y el exceso de sudor. Si que hay casos que nada tienen que ver con esto y que si son producidos por reacciones alérgicas a algunos materiales del instrumento.

Fiddler's neckPero dejemos atrás tecnicismos y leyendas populares para adentrarnos en una realidad, en muchos casos dolorosa y no precisamente por el dolor producido por el famoso “callo”. En mi experiencia he encontrado alumnos desesperados en busca de almohadillas “antialérgicas” o de marcas de lo más extrañas, mentoneras “x”, “y” o “z”, etc etc… y todo ello recomendado por el profesor de turno para proporcionarle comodidad para sujetar el instrumento o aliviar su molestia con el dichoso “callo”. Paradójicamente ellos mismos han podido ser los responsables de este problema dermatológico y ahora proponen una solución totalmente equivocada. Lo cierto es que todo violinista, estudiante o profesional, que tenga esa típica mancha en la piel del cuello es debido a un defecto en la sujección y apoyo del violín sobre la clavícula. Sí, sobre la clavícula… porque va siendo hora de eliminar la palabra “hombro” de nuestras explicaciones de como se sujeta el instrumento. Todo aquel que tenga el “callo” puede “agradecer” a sus profesores, especialmente a los que les iniciaron los primeros 3 años y a los que han pasado años después sin explicar o intentar poner solución al asunto, el tener este problema al que se tiende a quitar importancia por parte de los docentes y estudiantes (solo es un callo) pero que puede ser mucho más importante puesto que este defecto, como ya he explicado, es mucho más que una simple irritación en la piel.

¿Soluciones? El problema surge por un mal posicionamiento del violín y una presión excesiva. Esta claro que hay que reconsiderar nuestro contacto en ese punto con el instrumento. No es tarea fácil pero en manos de un buen profesional de la docencia y algún especialista en otros menesteres (relajación, fisioterapia,…) podemos llegar a corregir el problema. En cuanto este problema de posicionamiento este corregido el “callo” pasará a la historia.

Para terminar, cada violinista que lea este pequeño artículo y tenga esta mancha en el cuello puede reflexionar sobre el propio sistema educativo y en las manos de que profesionales ha realizado su carrera.

J.Martín

Fuente: Blog de Jesús Martín

Para aliviar esta dolencia se han creado, como bien dice Jesús Martín en su blog, algunas soluciones. Os dejo como ejemplo una (bastante cara) que he encontrado por la red, pero que no he probado, a base de una barbada con un recubrimiento de piel natural.

Fiddler'w neck neckguard

Si os tienta, debéis saber que ronda los 150€ , así que mejor intentar corregir la postura antes que probar este tipo de inventos.