Estudios de jazz modal para violín y viola, de Tracy Silverman

Por aquí conocemos a Tracy Silverman por el interesante método que publicó hace pocos años orientado a dominar el violín como instrumento rítmico, un libro que me cambió la forma de tocar acompañamientos y me ayudó a tocar con ritmo de forma mucho más precisa, interesante y efectiva.

Tracy Silverman es un referente absoluto en el mundo del violín contemporáneo, no solo por su maestría en el manejo del violín eléctrico de 6 cuerdas, instrumento que ha elevado hasta las salas de conciertos, a tal punto que ha sido el dedicatario de composiciones como el concierto para violín eléctrico de John Adams “The Dharma at Big Sur”; también estrenó “The Palmian Chord Ryddle” del legendario padre del minimalismo (del que publicamos un artículo hace poco) Terry Riley, estrenada por Silverman en 2012, así como otros varios grandes conciertos de prestigiosos compositores contemporáneos. Además, ha sido violín primero del legendario cuarteto de cuerda Turtle Island String Quartet, que revolucionó el repertorio que una agrupación de cuerda tradicional podía enfrentar, incursionando en estilos como el jazz, el rock, el folk o el blues, siempre desde una visión eminentemente singular y desprejuiciada.

Y además de todo esto, Tracy Silverman desarrolla una labor pedagógica incesante, tanto en el desarrollo de su método rítmico como en la divulgación del violín eléctrico, convencional o de 6 cuerdas.

Así que no sorprende esta nueva incursión en la divulgación, orientada en esta ocasión al más inaccesible mundo de la música modal, y su aplicación a la interpretación del jazz.

Debo aconsejar para este libro un nivel básico de conocimientos (entre otros dominar el idioma inglés, claro) para poder tener una base y extraer sus enseñanzas. Sumergirse en la práctica de los modos griegos es una tarea que puede ser fascinante pero también abrumadora, así que es mejor partir ya con algunos conocimientos sobre armonía y teoría musical general.

A pesar de lo anterior, el autor no intenta agobiarte con explicaciones teóricas; su enfoque es eminentemente práctico, basado en una sencilla práctica de patrones de digitación en el diapasón que ejerciten la memoria muscular y la familiarización con las diversas sensaciones que ofrece cada modo.

En este libro, no hago hincapié en la teoría ni en la armonía como la mayoría de los libros de improvisación de jazz. La premisa es que el primer paso para alcanzar la maestría es comprender la realidad física, la memoria muscular en nuestras manos, y añadir la comprensión intelectual posteriormente, como aprender un idioma mediante la experiencia conversacional en lugar del análisis gramatical.

Además, no tratará las típicas cadencias jazz dominante-tónica del bebop, con su típica función armónica II-V-I, no indagará en esos movimientos armónicos con cambios de acorde, sino en improvisar e intentar crear interés dentro de un contexto armónico mucho más estático, a veces con sencillas transposiciones de medio tono manteniendo los mismos patrones. Esto es similar a lo que ocurre en otros estilos como la música india, el maqam u otros estilos antiguos tradicionales de Asia, donde la modalidad y la ausencia del movimiento armónico típcamente occidental son característicos. Los movimientos más probables son de cambios de tono o medio tono con cambios de posición pero manteniendo el mismo patrón.

Así, este libro se centra en:

  1. Una comprensión más tradicional del jazz modal, que incluye cómo tocar solos en modos específicos, tocando dentro de la estructura armónica.

  2. Un enfoque más libre, basado en la arquitectura de cada patrón, que nos permite improvisar fácilmente más allá de los patrones armónicos funcionales tradicionales, tocando fuera de esa estructura.

Los patrones

Esto es algo que todos los violinistas intuitivamente vamos interiorizando. Los patrones son las distintas disposiciones de los cuatro dedos de la mano izquierda en el diapasón para tocar una escala, habitualmente en dos cuerdas aduyacentes. Por ejemplo el patrón del modo mayor sería así:

Escala de do mayor

Notaréis que hay seis cuerdas representadas, y es que sí, este libro está dirigido no solo a violín y viola (que escogerían sus cuatro cuerdas correspondientes) sino también al violín de 5 y 6 cuerdas, de modo que cada uno deberá tomar el patrón en las cuerdas que le correspondan.

La idea de los patrones, figuras, o como queráis llamarlo, es muy habitual entre guitarristas o teclistas, pero no tanto entre violinistas, cuya tendencia a la melodía y ausencia de trastes nos hace olvidar a menudo la estructura subyacente en toda música. Sin embargo, su uso en nuestro instrumento tiene también ventajas:

  1. Los patrones facilitan que la transposición sea una acción cómoda y habitual en la improvisación.
  2. El intervalo de octava es la clave de un vocabulario exclusivamente centrado en el violín. Violines y las violas se afinan en quintas en lugar de en cuartas y una tercera como una guitarra, por lo que la disposición física del intervalo de octava proporciona a los violinistas y violas un sonido único.
  3. Un enfoque teórico centrado en el violín (es decir, modos y escalas) es particularmente útil, ya que el marco de una octava incluye una escala completa. La disposición física de los dedos en el marco facilita la interpretación de intervalos y escalas.

El libro está dividodo en dos partes:

Una primera parte en siete estudios de varias partes, uno para cada modo de la escala mayor, teniendo en cuenta como serían dependiendo de en qué dedo empezara la nota raíz, así como algunas técnicas o trucos (patrones espejo, riffs para interiorizar las peculiaridades principales de cada modo, las que le dan su «sabor»).

Una segunda parte en la que se exploran armonías que no están directamente relacionadas con los modos de la escala mayor, pero que se utilizan comúnmente en la improvisación del jazz modal. Patrones de cuartas, escalas disminuidas, de tono entero, etc.

Y finalmente, unas páginas dedicadas a analizar algunos fragmentos:

  • Un solo del genial Jean Luc Ponty, concretamente del tema «Eighty-One” del album «Electric Connection».
  • Un solo de Zbigniew Seifert: «Improvisación basada en “Quo Vadis”

Y si has llegado hasta aquí, habiendo trabajado intensamente todo el contenido de este manual, enhorabuena, porque, en mi opinión, este es uno de esos libros de referencia a tener y practicar en nuestra rutina diaria. No para empezarlo y esperar tenerlo dominado en tres meses, no, sino para trabajar durante toda una carrera.

Si tu objetivo y tu estilo de música es el jazz, una gran referencia.

Yo lo adquirí en la editora Mel Bay en formato digital por 24,99$. En formato físico solo lo he visto en Amazon USA, por casi el mismo precio pero al que hay que sumar el transporte.

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Las normas de comportamiento en una jam

En la imagen, compañeros de la Jam de Americana en Madrid.

Cuando se menciona la palabra jam session mucha gente se imagina a varios músicos de jazz con diversos instrumentos improvisando y haciendo solos por turnos sobre una serie de standards bien conocidos. Pero, aunque es cierto que el jazz se presta mucho a la improvisación y a la libre expresión de la música, se puede hacer jams con casi cualquier estilo. Yo suelo participar en una de americana pero también las hay de música celta, de blues, rock, etc. Solo es necesario un tema con una estructura rítmica y armónica conocida y común para todos y ganas de compartir y experimentar.

Explicado así podría parecer que tocar de esa manera es dejarse llevar y hacer cada uno lo que le venga en gana, impulsado por la inspiración, el capricho y la anarquía, y nada más lejos de la realidad: si quieres que una jam tenga momentos memorables, debes conocer y seguir unas normas muy estrictas. Estas normas pueden variar de grupo a grupo: hay gente que solo quiere pasar el rato divertido tocando y tomando una cerveza con amigos, dejan tocar a cualquiera y buscan más las risas que el virtuosismo, mientras que en otras reuniones reina la seriedad y la concentración, se exige un nivel alto de interpretación y no se permiten actuaciones o experimentos extemporáneos.

En cualquier caso siempre viene bien tener en mente una serie de pautas a seguir para que una jam no se convierta en un guirigai insufrible. Las hay de muchos tipos y, como diría Clint Eastwood, son como los culos, cada uno tiene las suyas, pero como esta es mi página web, yo pongo las mías, que he denominado «los diez jamdamientos»:

Los Diez Jamdamientos:

1. Escucha a los demás.

Seguramente la más importante para mí y por eso la pongo la primera. Es frecuente ver a músicos totalmente ensimismados en su propio instrumento, haciendo experimentos personales sin apenas escuchar al resto de músicos o prestar atención al solista. Parecen simplemente estar preparando su propio solo para cuando les llegue el turno, luego lo hacen y después vuelven a su cueva. Pues no, hay que escuchar más y tocar menos, respetando sobre todo a los solistas y a los instrumentos con menos sonoridad. Incluso puedes no tocar durante un buen rato. De hecho así tu aparición será más notoria.

2. El ritmo es el rey

Puedes fallar notas, equivocarte de acorde, hacer más vueltas de las que te tocaba, pero nunca, nunca, debes abandonar el ritmo general del grupo. Quizás puedas darte alguna licencia haciendo la goma cuando te toque hacer un solo, pero siendo consciente en todo momento de que tienes que volver a encajar. Aunque si eres músico de formación clásica llevar el ritmo con la pierna, la cabeza, o cualquier otro miembro (ejem) te pueda parecer pecado, es un recurso perfectamente válido y útil.

3. No interrumpas

Las jams son entes imperfectos, como la vida misma. Probablemente se junten personas con diferentes niveles de pericia y escucharás cosas que no te gusten o directamente te molesten. Pero lo que no puedes hacer es dejar de tocar y ponerte a regañar y a explicar a alguien que lo está haciendo mal en medio de la canción. Lo que hay que hacer es adaptarse a los errores o sucesos inesperados y, ya que todos se están escuchando, sincronizarse a la nueva situación. A veces hay personas tóxicas incapaces de adaptarse a los demás que solo buscan soltar su mercancía. Cuando acabe la canción es el momento de decir, de buenos modos, lo que habría que corregir y cómo se debería hacer la próxima vez.

4. Esto no va de lucirte tú, sino de que suene bien en conjunto

Deja tu ego a un lado. Si eres un virtuoso y buscas destacar como el más talentoso y e impresionante músico del grupo intentando sacar todo tu catálogo de trucos, no estás ayudando al equipo. Puede que solo hagas sentirse mal a los que no alcanzan y a los que empiezan. Por otro lado, si eres de estos últimos, libérate de verguenzas y toca lo que sepas sin compararte con los demás; acuérdate de los puntos anteriores: estará bien si vas a tempo y encajando con el grupo, sin intentar parecer lo que no eres.

5. Sigue al líder o mira los gestos de los demás

A veces uno de los músicos con más experiencia ejerce de jefe de ceremonias y va indicando, no solo los temas que se van a ir tocando, sino quién va entrando a hacer sus frases, otras veces simplemente se sigue un orden en círculo según dónde está ubicado cada músico, y otras un músico que está terminando su parte puede hacer un gesto a otro músico para que le tome el relevo. A veces los más nuevos o que no conocen el tema pueden declinar el ofrecimiento (no debería ser obligatorio hacer solos) y pasar el testigo a otro, así que hay bastante comunicación no verbal, y por eso hay que estar atentos a los demás, no solo a tu instrumento.

6. Prepara la jam

Esto sería más un consejo que un mandamiento, pero un consejo casi obligatorio. Conocer el repertorio que se va a tocar y prepararlo todo lo que se pueda es importante para ir más tranquilo y relajado y no verte cada dos por tres sin saber qué hacer. También puede ser una jam abierta a la que acude gente que no sabe qué se va a tocar ni cómo, en esos casos conviene ser discreto en tu participación.

7. Anima a los demás

Las muestras de apreciación del trabajo de los demás crean buen ambiente y dan confianza, a todos nos gusta que nos escuchen y aprecien así que hazlo tú también. Sonrisas, gritos, asentimientos, la complicidad es un gran arma entre los músicos.

8. No des la turra cuando no estáis haciendo un tema.

Esto es algo que me molesta bastante y se hace mucho. Se termina un tema y todo el mundo se pone a hacer arpegios, a probar frases y escalas y armar un follón bastante desagradable. Eso se hace en casa, aquí hemos venido a tocar en grupo, no a practicar.

9. Disfruta

Las jams son para hacer música y pasarlo bien, aunque no haya espectadores. Si por cualquier razón (miembros que no aguantas, temas que no te gustan, que no te sientas apreciado, que el ambiente sea malo…) no estás a gusto, déjala y busca otra en la que te sientas bien. Esto no es como ir a ensayar con la orquesta, la responsabilidad y el stress no deberían aparecer más que en su justa medida para no estar demasiado relajado.

10. No te pases con la cerveza

Nadie dice que no te tomes una o dos. Pero reconócelo, a partir de ahí, sabes que te pones muy mal.

músicos de banjo y un violinista

Ir a una jam de Americana y que te quedes solo contra 5 banjistas.

Cuando la Jam es en un bar, un poco de caos y locura están asegurados.

Si alguno os queréis pasar por la jam a la que a veces acudo apuntad: casi todos los domingos a partir de las 8:30h en Collins Tavern, Calle Sagasta 26. Se admiten violines, guitarras, mandolinas, armónicas y contrabajos. Banjos con reparos.

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Probando cursos online: Fiddlenautics

Soy muy asiduo a cursos y talleres de violín alternativos, esos que ponen el foco de atención en estilos o técnicas que no siempre se asocian de forma natural a nuestro instrumento. Sobre todo en España es llamativo el poco apego que los frotadores de cuerda dedicamos a nuestro patrimonio musical: es más fácil encontrar gente que sepa tocar una giga irlandesa que una jota castellana.

Por eso me alegró mucho encontrar esta nueva iniciativa que se centra precisamente en eso: estilos alternativos que probablemente no visitarás mucho en el conservatorio.

Fiddlenautics es una plataforma que ha decidido precisamente desarrollar una serie cursos online temáticos enfocados a esos estilos alternativos de violín, principalmente del ámbito hispano.

Así se presentan ellos:

«El equipo de Fiddlenautics está formado por personas apasionadas por el mundo de la cuerda frotada.  

Abordamos este mundo con una mirada amplia y creativa que traspasa fronteras.

Por eso hemos creado nuestra escuela online, Fiddlenautics. A tu ritmo, accesible, diferente.

En esta búsqueda de inspiración y conocimiento, estamos descubriendo músicos enormemente creativos que exploran tradiciones y estilos diversos, poco comunes y cuya sabiduría aspiramos a compartir con vosotros. 

Nuestro objetivo es saciar la curiosidad de las mentes musicalmente despiertas, abrir nuevos horizontes a músicos de todo el planeta.

¡Bienvenidos, apasionados de lo poco común!»

Y empiezan con una bien elegida batería de profesores y temas: Blanca Altable con violín castellano; Begoña Riobó con violín gallego; Simón García con violín flamenco; y Gabriel Vieira con violín brasileño.

Curiosamente he recibido estupendas clases presenciales de todos ellos así que me alegré mucho cuando vi este elenco, y no pude dejar de apuntarme a alguno. En esta ocasión decidí probar el de violín flamenco, estilo que me tiene intrigado desde hace un tiempo y del que no termino de conocer ni una ínfima parte, por su complejidad y por su amplitud.

De Simón García ya había recibido un taller de live looping hace tiempo, y conocía su gran versatilidad como músico (participa en infinidad de proyectos, desde el clásico al jazz, el konnakol indio, folk nacional, kpanlongo de Ghana, folk brasileño… y por supuesto flamenco), así que sabía que estaba en buenas manos.

¿Y cómo es este curso online?

Pues se estructura en tres ramas principales, cada una de las cuales está dedicada a aprender un tema de un palo específico del flamenco:

Cada uno de los temas que aprenderemos se tratan en unas diez o doce video-lecciones en las que se tratará brevemente un aspecto técnico importante del palo flamenco que estamos estudiando, y de cómo tratarlo al violín: estructura rítmica y su ejecución en el violín, estructura armónica, tono, cómo imitar el cante, la guitarra u otros instrumentos, fraseos, falsetas, etc.

Los vídeos son muy breves, apenas de entre uno y dos minutos la mayoría, pero lo cierto es que, dado el carácter heterodoxo y a la vez estricto del flamenco, interiorizar estos ritmos y estructuras requiere dedicar mucho tiempo de estudio a estas pequeñas píldoras técnicas: compases de amalgama, armonía modal, acentuaciones y síncopas inesperadas y difíciles de asegurar si no estás acostumbrado a escuchar flamenco.

Y eso es algo a tener en cuenta para los que estén interesados en adentrarse en el flamenco pensando que en este curso: Simón te enseña muchas de las claves que hacen al flamenco tan especial, pero es que cada uno de esos aspectos tratados en, tal vez, un minuto y medio de vídeo, pueden llevarte muchos días de trabajo por tu cuenta tener dominados.

Y es que probablemente una de las dificultades de este estilo viene de no ser aficionado y no tener interiorizados por tanto de forma natural los diferentes palos y sus caracteres, porque esa es la mejor manera de aprender flamenco: escuchándolo y participando donde se produce desde muy joven.

Pero vaya, no es ese mi caso y aun así sigo interesado en este endiablado y fascinante mundo, de modo que me ha gustado mucho el curso porque, aunque no voy a poder dedicarle el tiempo que requeriría, sí he conocido detalles y técnicas interesantes que enriquecen como intérprete.

¿Recomendaría este curso?

Antes que nada avisar de que el público objetivo es de estudiantes o intérpretes de nivel medio o alto y preferiblemente con buenos conocimientos teóricos. Si no, se te va a hacer un poco frustrante. Y sobre todo, tendrás mucho ganado si has escuchado flamenco por gusto y tienes en tu subconsciente esos ritmos y maneras.

Si no, lo que Simón García te proporcionará es un montón de piezas de un puzzle que deberás conocer, dominar e investigar después más allá para realmente llegar a familiarizarte con este estilo. El curso podría ser un hall de entrada, pero el camino luego tendrás que recorrerlo por ti mismo.

Para los que quieran simplemente aprender tres temas flamencos, decir que el curso proporciona partituras de las tres lecciones, aunque ya os aviso que es más aconsejable aprenderlas antes de oído que intentar reproducir directamente de las partituras.

Pero bueno, también hay otros cursos, probablemente más accesibles, que pueden interesarte.

Otros cursos disponibles:

Blanca es una referencia en su instrumento en el ámbito de la música tradicional castellana. Si estás interesado en este estilo no encontrarás mejor guía. Y con el acompañamiento de Chuchi Alcuadrado a la guitarra.

Lo mismo que decíamos de Blanca Altable en Castilla, podemos afirmarlo de Begoña Riobó en Galicia. Sin querer desmerecer a los muchos buenos violinistas que hay por allí, la profesionalidad y talento pedagógico de Begoña la hacen ideal para este curso. Y también tenemos a Chuchi Alcuadrado en esta ocasión.

Tuve la suerte de recibir una clase sobre violín brasileño en persona de Gabriel Vieira, y tengo que decir que fue una gran experiencia, no sólo por su conocimiento de la materia sino también su gran amabilidad y empatía. En esta ocasión con el refuerzo del no menos talentoso João Silva.

La plataforma web.

Fiddlenautics está alojado bajo la plataforma Hotmart, que ofrece una sencilla interfaz para ir simplemente viendo un vídeo tras otro y descargar alguna partitura. Realmente no se necesita mucho más, pero he echado en falta, por ejemplo, muestras en partitura de los ejercicios rítmicos y ejemplos armónicos a realizar para poder tenerlos y no sólo hacerlos de memoria o en el momento de ver el vídeo. 

El coste de los cursos es de 55€, con una supuesta garantía de devolución de 15 días si finalmente no te convence. Los vídeo-cursos están profesionalmente grabados e impartidos. Quizás son muy cortos (aunque intensos), podrían parecer faltos de contenido si lo que buscas es un curso amplio e intensivo, pero son un buen combustible para comenzar a conocer en serio esos estilos a los que nunca nos hemos atrevido a acercarnos.

¿Has hecho algún otro de los cursos de la plataforma? Si es así, no dejes de comentar qué te ha parecido.

Nuevo Método para cuerdas basado en música tradicional latinoamericana

Vivimos en una realidad en la que los referentes culturales y artísticos provienen en su inmensa mayoría del mundo anglosajón. Ya sea a través del omnipresente cine y televisión estadounidense, de la música pop y rock, de las series, incluso de las artes visuales, gran parte de nuestros referentes son creaciones suyas. La facilidad de su industria para crear productos que todo el mundo quiere comprar es fascinante. Y en el ámbito del que trata esta nuestra/vuestra web, la música de violín, sucede lo mismo.

Porque no sorprende que, si buceamos entre el gran catálogo actual de publicaciones pedagógicas no relacionadas con la música clásica para nuestro instrumento, comprobamos que una gran cantidad tratan estilos anglosajones: música celta, música country, música folk, bluegrass, blues, rock, podemos encontrar muchos libros con temas de cualquiera de esos estilos. Pero si intentamos encontrar otros estilos tradicionales de otros países con tradiciones tan ricas o más que la anglosajona, el panorama es bastante desolador: la fantástica música india, la rica tradición árabe y persa, los estilos asiáticos y, por supuesto, los innumerables ritmos y melodías hispanas y latinoamericanas.

Porque ¿qué hace un violinista cuando quiere aprender a tocar flamenco con su instrumento, o una cumbia, una raga, un maqam persa? Hasta ahora estas tradiciones se han transmitido de forma oral, de maestro a alumno, o simplemente escuchándolo mucho en nuestro entorno, pero con muy poco material pedagógico moderno.

Por eso es siempre una gran noticia la aparición de un nuevo material que cubre uno de esos espacios tan poco tratados, como es en este caso: la música tradicional latinoamericana.

«…todas las obras que aprendía a tocar eran de compositores europeos y mi aspiración era que me enseñaran con música venezolana, por su profusión de ritmos y métricas; una variedad impresionante para hacer técnicamente todo lo necesario para un violinista”

Este es un pensamiento que Mark Contreras Gómez tuvo cuando, con trece años, se encontraba estudiando violín con su maestro en San Cristobal, Venezuela. Una idea que comunicó a su profesor y que guardó consigo a lo largo de una creciente carrera musical en Venezuela primero, y en España después, donde desarrolló una intensa labor musical y pedagógica.

Y es aquí donde finalmente se animó a intentar materializar su sueño. Hizo una lista de treinta ritmos latinoamericanos: salsa, mambo, cueca, bambuco, gaita, cumbia, tonada, joropo y un largo etcétera, a partir de los cuales desarrolló temas propios nuevos que ilustraban los diferentes estilos.

“Una vez que tuve los treinta ritmos con su pequeña reseña de por qué se llamaba así, empecé a crear canciones nuevas, pero que suenaran al ritmo. De allí salieron tangos, sambas, choros, ska, música norteña, tonadas, cumbia, mariachi, bambucos, bossa nova y una infinidad de música típica de cada país de América Latina”.

En un verano había conseguido crear los treinta temas con sus respectivos acompañamientos e inició la labor de buscar una editorial interesada en publicar una obra tan singular. Decidió centrarse en Estados Unidos donde hay un mayor público potencial.

“Envié alrededor de 25 correos diarios durante un mes, y solo obtuve respuestas negativas. Respondían las editoriales más grandes, me decían que el proyecto era interesante pero que no tenían previsto nueva música. Llegó un momento en que se me acabó la lista y no continué buscando”.

Pero el trabajo honesto e inteligente nunca cae en saco roto, y meses después, mientras el proyecto aguardaba aparcado en un cajón, una editorial le contactó para llevarlo adelante. Pero estaban interesados en algo de mayor envergadura, que incluyera además versiones para viola y cello, con lo que tuvo que rehacer y transportar el material a los nuevos instrumentos, tarea que le llevó otros tres meses.

“haber logrado la publicación de esta obra me produce una alegría enorme, porque es algo que no existía, no hay una metodología que empiece desde cero para estos instrumentos de cuerda con música latinoamericana. Y ahí es donde está lo innovador, pues para los latinoamericanos es aprender a tocar el violín con música que sienten como propia y en Estados Unidos es aprender con música que les suena muy interesante y les gusta”.

Así que finalmente ya tenemos disponible un método de aprendizaje del violín desde el inicio basado en la rica cultura musical tradicional latinoamericana. Un pequeño hito que espero que tenga mucho éxito y que sea ejemplo y acicate para nuevas iniciativas, nuevas aventuras que exploren otras músicas, otros estilos, otros lugares que esperan a ser descubiertos y valorados.

Algunos ejemplos de audios del Método de Mark Contreras:

Tom & Vini (Bossa nova)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Violín)

Got salsa (Salsa)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Viola)

Barú (Cumbia)

por Mark Contreras | The Latin American String Collection (Cello)

Curso «Introducción al Método O’Connor» en Qarbonia

En este taller se profundizará en cómo integrar el Método O’Connor en la Enseñanza de instrumentos de cuerda.

Calle Tribaldos 12,
28043 Madrid

¿A quién va dirigido este taller?

Este taller está dirigido a dirigido a profesores/as de violín, viola y violonchelo interesados en aprender acerca del método O’Connor como una herramienta complementaria en sus clases grupales o individuales, así como también a estudiantes de cualquier edad que quieran participar con su instrumento.

¿Dónde se realiza y cuánto dura?

El taller se impartirá el sábado día 18 de febrero a las 11:00 y durará aproximadamente entre dos y tres horas.

Es presencial y tendrá lugar en la sala de ensayo de Qarbonia, en su tienda del barrio de Hortaleza en Madrid (C/ Tribaldos 12).

¿Cómo está organizado el taller?

Este taller será ameno, dinámico y eminentemente práctico.

Se dividirá en tres partes:

1 – Introducción:

Qué es el método O’Connor, en qué consiste y qué elementos lo diferencian de otros métodos.

2 – Se escogerán cuatro canciones del libro 1 para explicar diferentes ejercicios y enfoques. 

Boil’em Cabbage Down: Creando variaciones
Oh Susanna – Qué es la música Minstrel y sus implicaciones culturales.
When the Saints go Marching in – De dónde proviene este estilo – Call and response
Old Joe Clark – La importancia de la modalidad

3 – Puesta en común, preguntas, aclaración de dudas e intercambio de ideas. 

¿Cómo reservar plaza?

La sala tiene aforo limitado de 20 personas, que es el número máximo de asistentes que se podrá admitir. Las plazas se reservarán por estricto orden de pago.

Para realizar la reserva basta con escribir por email a info@qarbonia.com o poniéndose en contacto via WhatsApp ( 625067462 ) solicitando la reserva.

 ¿Cuánto cuesta y cómo realizar el pago?

El precio para asistir al taller es de 25,00 €, que se abonarán previamente para que la reserva de plaza se haga efectiva.

Si eres miembro de ESTA (European String Teachers Association) España, tendrás un precio especial de 20,00 € para este taller.

El pago se puede realizar por Bizum o transferencia bancaria con los datos que te facilitaremos al ponerte en contacto con nosotros.

Sobre Leonor Falcón

Sobre Leonor Falcón

Violinista y pedagoga

Leonor Falcón es una artista polifacética. Su intensa actividad de divide en varias facetas como violinista, violista, compositora, improvisadora, intérprete y pedagoga.

Creció en Venezuela, donde recibió una formación clásica y formó parte de orquestas desde temprana edad. Entre sus profesores destacan Iván Pérez y Virginie Roibilliard, del conservatorio Emil Friedman y el Mozarteum de Caracas.

En su país natal formó parte del aclamado grupo de música de cámara Virtuosos de Caracas y fue miembro de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, al tiempo que perfeccionaba sus habilidades en el jazz y la improvisación. Como artista independiente, participó activamente en la escena musical local actuando con numerosos grupos de pop, rock y música latina, así como en numerosas sesiones de grabación.

En 2007, Leonor fue aceptada en el Master en Interpretación Musical del Conservatorio de Ginebra, Suiza, donde se formó con Margarita Piguet-Karafilova, graduándose en 2010. Tras este periodo, decidió perseguir su pasión por el jazz y se mudó a Nueva York, donde completó su Master en Jazz Performance en Queens College en 2013, con Antonio Hart, David Berkman, Christian Howes y Mark Feldman.

En Nueva York, Leonor ha formado parte de agrupaciones que se dedican al jazz, la música latina y la clásica. Algunas colaboraciones y actuaciones incluyen la banda de Willie Colon, el cuarteto de cuerda de Akua Dixon, Sirius Quartet, Camila Meza y la Nectar Orchestra, Arturo O’Farrill Latin Jazz Orchestra, Maelo Latinoexperimental Project, Karl Berger Improvisers Orchestra, OKwarteto o Sarah Bernstein’s Veer quartet, entre otros.

Algunos de sus proyectos recientes son Peach and Tomato, un dúo experimental de cuerdas con la violinista Sana Nagano que ha sacado su álbum debut «The Ultimate Pairing» en septiembre de 2019, su álbum debut en solitario Imaga Mondo, junto a los músicos Juanma Trujillo, Christof Knoche y Juan Pablo Carletti que salió en 2017 -y hasta ahora ha sido muy bien recibido por críticos como Bruce Gallanter (Downtown Music Gallery) y Troy Dostert (All about Jazz)-, CHAMA, un proyecto de avant-rock con un primer disco publicado en 2016 y tres singles en 2020, así como varias actuaciones con el Solar String Quartet, Veer Quartet y OKwarteto, tocando respectivamente jazz, música nueva original y música brasileña. Actualmente está trabajando en el lanzamiento de Imaga Mondo Vol. II, un segundo álbum con Peach and Tomato, un nuevo lanzamiento con CHAMA y un disco a dúo con su marido y guitarrista/compositor Juanma Trujillo.

En su faceta como pedagoga, Leonor ha estado enseñando en Nueva York desde 2010 a estudiantes de todas las edades, principalmente usando el método O’Connor, del que es profesora certificada y para el cual se ha convertido en parte de la facultad para su campamento de verano en NYC y Charlotte NC desde 2016

Leonor es endorser de los micrófonos para cuerda REMIC desde 2019.

Recientemente reside en Cataluña.

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