Por qué los violinistas deberían tocar la mandolina

Muchas veces la gente me ha preguntado por qué el violín no tiene trastes, que porqué nos ponemos esas dificultades. Qué fácil sería tocar el violín si fuera así ¿verdad? ¿y si tampoco hubiera que preocuparse de la técnica del arco? resultaría un instrumento tan asequible como la guitarra, o incluso más fácil, porque sólo habría que preocuparse de cuatro cuerdas.

Como supongo que has leído el título seguro que ya sabes a qué me refiero. Efectivamente, hay un instrumento así, y es la mandolina.

Inicios de la mandolina

La mandolina, como la conocemos hoy en día, tiene su origen en el siglo XVIII, con la aparición de la mandolina napolitana, un instrumento de cuerda pulsada habitualmente con púa o plectro a partir de la evolución de otros tipos de mandolas como la genovesa, que poseía 6 pares (órdenes) de cuerdas afinados en orden de cuartas, en lugar de los 4 pares de cuerdas afinados en quintas de la mandolina, que es la que mayormente se utiliza actualmente. Y digo pares de cuerdas porque la mandolina, al igual que otros instrumentos parientes como la bandurria, está configurada con las cuerdas montadas de dos en dos, cada par de ellas sonando al unísono, y está afinada igual que el violín, de la cuerda grave a la aguda: SOL-RE-LA-MI.

Para ir ilustrando el tema, os dejo con un par de los conciertos clásicos de mandolina bastante famosos: el concierto para dos mandolinas en SOL  y el concierto para mandolina en Do, de Vivaldi.

 

Sobre cómo se inició el desarrollo de su técnica, Pedro Chamorro nos indica en su tesis doctoral sobre la mandolina,

“todos los Métodos significativos de este tipo de Mandolina, en sus títulos sumarios y prefacios se dirigen a los intérpretes del Violín y utilizan los términos para estudiar “sin maestro” y en “poco tiempo”, algo que no ocurre en los títulos de los cuarenta y cinco Métodos de Violín que hemos investigado y que fueron editados durante el siglo XVIII en Italia y Francia”.

Esto quiere decir que ya entonces la mandolina se consideraba un instrumento accesible y fácil de dominar incluso de forma autodidacta, y curiosamente dirigido habitualmente a músicos con formación de violinistas, que eran quienes ya tenían la base para aprender de la forma más rapida ese instrumento. Pero, ¿acaso al revés no sería también cierto? Ocurre que, en aquella época, frente a la hiperespecialización actual, era normal que un músico tocara varios instrumentos, aunque solo fuera especialmente diestro en uno de ellos.

 

La mandolina es el violín de los pobres

Alguien, alguna vez

Así, Pedro Chamorro nos vuelve a indicar en su tesis:

  1. El gran apogeo del Violín influye para crear un prototipo de Mandolina nueva en el siglo XVIII: (….) el timbre diferente, el repertorio relacionado, a veces compartido, y la misma afinación seducen al público en general y a muchos violinistas de la época para iniciarse en este instrumento que poco a poco y a lo largo de aquel siglo también se pone de moda.
  2. La Mandolina napolitana, aún manteniendo con el Plectro la idiosincrasia técnica de sus orígenes (…), tiene la similitud de mano izquierda del Violín, que lógicamente, va a influir igualmente en su técnica; además, es influenciada también por determinadas destrezas y estructuras rítmicas que se desarrollan en el lenguaje violinístico durante el siglo XVIII con el arco.
  3. El impulso en su desarrollo se produce esencialmente porque se pone de moda con el estilo, la estética y el gusto galante; los violinistas o instrumentistas provenientes del Violín, con un bagaje técnico sorprendente y deslumbrante, son posiblemente los principales promotores, o al menos, unos protagonistas muy importantes para que se diera este rápido desarrollo y esta evolución sorprendente de la Mandolina de cuatro órdenes (napolitana) durante el siglo XVIII.

(…) la forma de articular los golpes del Arco y los del Plectro son diferentes y variados, sobre todo en el Violín (es cierto que algunos son coincidentes); con la mano derecha cada uno tiene su propia naturaleza debido a los utensilios que emplean para ejecutar los golpes y ataques sobre las cuerdas.

Señal de que la mandolina fue muy popular a finales del siglo XVIII es que el mismísimo Antonio Stradivari era un reputado constructor de mandolinas, de las que disponía diversas plantillas (aunque, si vemos los dos ejemplares que se conservan, poseen bastantes diferencias con las posteriores).

Mandolina de Antonio Stradivari

Mandolina Coristo, Antonio Stradivari, 1704 aprox. Colección de Charles Beare

Un violinista y un mandolinista se caen por un barranco ¿cuál de ellos llegará antes al suelo? el violinista; el mandolinista habrá parado a la mitad para afinar.

Alguien, alguna vez

Semejanzas entre violín y mandolina.

Es obvio que la mandolina, cuyo antecesor es el laúd, ha evolucionado inspirándose en gran parte en el violín. Su estandarización definitiva se produjo en paralelo con el apogeo del violín como instrumento solista, del cual adoptó la afinación y número de cuerdas (su semejanza principal, con la particularidad de duplicarlas). 

Como hemos visto, los diversos métodos para su aprendizaje iban dirigidos principalmente a violinistas que quisieran iniciarse de forma autodidacta en el instrumento, y a menudo obras compuestas para uno de los dos son interpretadas por el otro con interesantes resultados.

Además, sus tamaños y pesos son similares, su participación es protagonista en estilos similares (música barroca, folk irlandés, country y bluegrass, etc.).

Y también comparten la particularidad de tener el puente sujeto simplemente mediante la tensión de las cuerdas sobre la tapa.

Diferencias entre la técnica de la mandolina y la del violín.

La mandolina tiene trastes, lo que implica que:

  • La afinación está muy fácilmente resuelta, aunque para un violinista puede resultar extraño, ya que obedece al sistema temperado de afinación, en lugar del pitagórico (o afinación justa en dobles cuerdas) habitualmente utilizado en violín. Tendremos que acostumbrarnos a esa posible sensación extraña de no estar del todo afinados.
  • Por lo mismo, la afinación expresiva (cuando exageramos algunos intervalos, tocamos microtonos, etc.) no es posible.
  • Las subidas y bajadas a lo largo del mástil pueden resolverse con ayuda de la vista, aunque probablemente un intérprete experimentado apenas necesitará esto.
  • No es posible realizar vibrato (una carencia, pero también un problema menos).
  • Es más fácil alcanzar intervalos amplios.
  • Los glissandi tienen menos posibilidades, ya que siempre serán entre intervalos de medio tono o múltiplos de medio tono.

El mástil y el puente son planos, lo que implica:

  • Podemos realizar fácilmente acordes de tres y/o cuatro notas con un solo golpe percutivo, mientras que en violín sólo “simular” el acorde tocando las notas una detrás de otra, o de dos en dos, muy rápidamente de un solo golpe de arco.
  • Podemos utilizar la técnica de la cejilla, para tocar notas ubicadas a la misma altura en el mástil. En violín, lo habitual es no pasar de pisar dos cuerdas a la vez con el mismo dedo.

La ausencia de arco implica:

  • La técnica de arco y sus golpes característicos no nos sirve de mucho aquí. La púa simplifica mucho la labor del brazo derecho.
  • Aunque en algunas obras se puede seguir más o menos la forma de golpear la nota (arco arriba-abajo, púa arriba-abajo) en muchas otras no, de modo que hay que decidir por ejemplo si se toca púa abajo siempre o alzapúa (arriba-abajo).
  • No es posible tocar notas largas como en el violín. La alternativa es intentar que resuenen lo más posible (cosa difícil) o realizar el característico trémolo, típica técnica de la mandolina. Este trémolo será uno de los ejercicios que más tendremos que trabajar.
  • Las técnicas percusivas son también más fáciles en la mandolina. De hecho, algunas técnicas rítmicas recientes de violín como el chop están inspiradas en técnicas rítmicas de la mandolina. Simplemente hay que ensordecer las cuerdas con la mano izquierda y realizar los ritmos con la púa.

La mandolina es como un violín para torpes

Alguien, alguna vez

Por qué a un violinista le interesa tocar la mandolina.

Seguro que, como violinista, más de una vez has tomado tu violín como si fuera una guitarrita, ya sea para buscar una melodía, leer una partitura, probar un acorde, o investigar diversas digitaciones sin tener que preocuparte del arco.

Pues bien, eso, utilizando una púa o plectro, es una mandolina. ¿Alguna vez, al inicio de tu estudio te pusieron marcas en el mástil para que supieras dónde poner los dedos? Pues bien, en la mandolina tienes todas las marcas posibles (los trastes).

Siempre me ha llamado la atención lo sencillo que tienen los guitarristas aprender unas pocas posiciones y con ellas poder acompañar infinidad de canciones ¿por qué en el violín no podemos hacer lo mismo? La verdad es que sí podemos. Sólo hay que aprender las posiciones en la mandolina, y directamente las podremos usar en el violín. Obviamente, no siempre podremos poner los dedos en el violín a la vez como nos lo piden para la mandolina, pero si conocemos esos patrones en el mástil nos resultará utilísimo para tocar toda clase de acordes, arpegios, dobles y triples cuerdas, etc.

Y es que la mandolina nos puede ayudar a crearnos un mapa mental armónico del mástil de un modo más sencillo y directo que el violín. Con la mandolina sabemos colocar una postura y subirla a lo largo del mástil para ir cambiando de acorde. Eso es simplemente un patrón de notas, una geometría de posiciones que interiorizamos de forma sencilla en la mandolina porque no tenemos que preocuparnos de nada más, ni de técnica de brazo derecho, ni de afinar bien la nota, ni de proyectar el sonido, ni de vibratos.

Y ese mapa mental del mástil de la mandolina, esos patrones, los podemos trasladar al mástil del violín, simplemente añadiendo las características particulares de la técnica de éste.

Y también al revés, por supuesto. Si ya tienes una buena técnica en el violín, la mandolina te resultará muy accesible. Las dobles cuerdas, los punteos, los podrás realizar con menos esfuerzo.

Además, la mandolina es un instrumento, en estilos modernos, eminentemente rítmico. Tocar con ella puede mejorar tu sentido del groove. No hay que olvidar que algunas de las técnicas percusivas que se realizan en el violín, como algunos pizzicatos, chops, etc., están inspirados en los golpes de la mandolina. En el mundo del bluegrass clásico, en el que no hay instrumento de percusión propiamente dicho, esta labor solía recaer en gran medida en la mandolina, y cuando ésta ha faltado en alguna agrupación, a menudo el violinista adoptaba esa función, y es así como se han desarrollado muchas de estas técnicas. Pero realizarlas tal como se hacían originalmente en la mandolina es muy útil cuando volvemos a nuestro violín.

La mandolina, hoy.

La mandolina y el violín han recorrido un camino desde el mundo clásico al mundo del folk parecido. Pero, mientras que el violín continúa siendo el príncipe de la orquesta, la mandolina parece que se abandonó bastante durante el romanticismo, y se utiliza poco en composiciones actuales, limitándose su interpretación fundamentalmente a obras de las épocas barroca y clásica.

Hoy, la mandolina es un instrumento capital en la música folk británica e irlandesa, en el country y el bluegrass de Estados Unidos, y es importante en el choro y la samba brasileños.

En España ha sido desplazada por su prima la bandurria y no es frecuente su uso en la música tradicional (salvo en Galicia y Canarias). En Latinoamérica también integra algunas formaciones, aunque en muchos también han terminado prefiriendo la bandurria.

Muchos violinistas de diversos estilos también la han incorporado para tocar sus estilos preferidos. Por ejemplo, Jason Anick, utiliza ambos instrumentos en su repertorio de jazz manouche:

BartolomeyBittman también alternan violín y mandolina en su inclasificable estilo:

y Chris Tile, uno de los mejores mandolinistas actuales, nos cuenta su visión sobre diferencias entre los diferentes estilos musicales:

Los mandolinistas, esa gente que se pasa la mitad del tiempo afinando y la otra mitad tocando desafinados.

Alguien, alguna vez

Tipos de mandolina.

Mandolina antigua

Mandolina clásica napolitana de lomo redondo.

De fondo abombado, con abertura generalmente en forma de elipse, es la clásica utilizada en el siglo XVIII.

Tiene un cuerpo en forma de tazón hecho de una tira de madera. La parte superior plana a menudo se dobla hacia atrás en el puente para ayudar al cuerpo a soportar la tensión de las cuerdas. El diapasón se une al cuerpo en el décimo traste y generalmente hay diecisiete trastes en total. Los elaborados protectores de caparazón de tortuga a menudo están decorados con un diseño nacarado.

Este diseño básico proviene de la familia Vinaccia de Nápoles, alrededor de mediados de 1700 y fue refinado a finales de 1800 por la familia Calece.

La mandolina napolitana es anterior en casi dos siglos a la mandolina de cuerpo plano .

Mandolina vintage Gibson modelo A

Mandolina modelo estilo A.

La mandolina de modelo A de cuerpo plano, fue desarrollada por Gibson a principios del siglo XX, y ha reemplazado por completo el modelo de lomo redondo  en los Estados Unidos, salvo en el mundo clásico. El modelo A de Gibson tiene cuerpo plano y forma de lágrima, con un orificio sonoro ovalado y una tapa y fondo talladas.

Algunos modelos posteriores tienen agujeros en f, como el violín. Aunque la forma de lágrima de Gibson ha sido muy imitada, algunas compañías han fabricado mandolinas de cuerpo plano sin la parte superior o posterior tallada.

Los primeros modelos A tenían “The Gibson” impreso en el cabezal, pero a fines de la década de 1920, se redujo a solo “Gibson”. Estaban disponibles en madera natural, o pintadas de blanco o negro y se dice que tienen un sonido más suave y suave que los modelos F (a continuación).

Mandolina Gibson estilo F

Mandolina modelo estilo F.

La F significa estilo florentino. Al igual que los modelos A, las mandolinas modelo F fueron diseñadas por Orvill Gibson alrededor de 1908. Presentan una voluta en el cuerpo y otra en el cabecero y generalmente dos o tres picos de relieve decorativos.

Excepto por su agujero de sonido rovalado, el modelo F-4, desarrollado alrededor de 1904, tenía todas las características que se convertirían en estándar en las mandolinas de bluegrass: dos volutas, dos picos, cuerpo plano, forma de lágrima y una parte superior y posterior talladas.

Sustituyendo los orificios por  efes y se llega al aspecto del modelo F-5, la mandolina de estilo bluegrass más imitada. Se dice que tiene un tono más nítido y brillante que el F-4. No hay duda de que el uso de Bill Monroe del F-5 lo impulsó al estrellato. Des de entonces muchos fabricantes imitan su aspecto.

Algunos músicos sostienen que los dos picos les ayudan a equilibrar el instrumento en su regazo, pero es probable que el diseño fuera puramente decorativo. Ya sea que tengan o no un propósito práctico, los picos aparecen en las mandolinas de muchos fabricantes junto con la voluta y otras características de los modelos F

Mandolina banjo

Mandolina banjo.

Una mandolina banjo es una mandolina con un cuerpo de banjo, que da un sonido parecido al del banjo. El cuerpo de un banjo es un aro de madera o medalla con una cabeza de plástico o cuero estirada y apretada con soportes, como un parche. Con sus ocho cuerdas afinadas como una mandolina, la mandolina banjo se toca igual que cualquier otra mandolina.

Debido a que el sonido de la mandolina banjo es mayor que su “instrumento madre”, a menudo se tocó en bandas de cuerdas de principios del siglo XX, así como en orquestas de mandolina y banjo.

Las compañías Vega y Gibson los fabricaron durante ese período y, hasta hace poco, eran rarezas.

Hoy, varias compañías de instrumentos musicales los fabrican y venden.

instrumento Mandola

Mandola

Familia de mandolinas Gibson

Mandolina Gibson Gibson F-4, 1920; Mandola Gibson H-2, 1917; Mandocello Gibson K-4, 1924; Mando-bajo Gibson, 1929.

Otros tipos de mandolina.

  • Mandola.

La mandola es la versión “viola” de la mandolina. Es más grande y está afinada DO-SOL-RE-LA (en la imagen).

  • Mandocello.

El mandocello es aun mayor que la mandola y, como puedes suponer, está afinado DO-SOL-RE-LA, como el chelo (una octava más bajo que la mandola). A veces se afina SOL-RE-LA-RE, como algunos bouzoukis y también se la puede encontrar como mandolina bouzouki.

  • Mandobajo

Aun mayor que el Mandocello, y afinado MI-LA-RE-SOL, como un contrabajo o bajo eléctrico. Este instrumento no tiene pares de cuerdas, simplemente tiene cuatro en total.

  • Mandolina resonadora

Una mandolina resonadora o “mandolina resofónica” es una mandolina cuyo sonido es producido por uno o más conos metálicos (resonadores) en lugar de la caja de resonancia de madera habitual . Estos instrumentos a veces se denominan “mandolinas Dobro”, que es actualmente propiedad de la compañía Gibson. Cuando Gibson adquirió la marca registrada en 1993, anunciaron que defenderían su derecho a su uso exclusivo.

  • Mandolinas eléctricas

A partir de finales de la década de 1920, las mandolinas eléctricas comenzaron a aparecer en los Estados Unidos. Gracias a su capacidad de ser escuchadas junto a instrumentos mucho más ruidosos en los escenarios de las bandas su popularidad se extendió rápidamente.

  • Mandolinas eléctricas semihuecas

Al igual que sus contrapartes de guitarra semihueca, tienen un bloque central de madera que recorre el interior del cuerpo que ayuda a domar la tendencia a producir retroalimentación que puede ser un problema con las mandolinas electrificadas completamente huecas.

  • Otras variantes.

En muchos países hay variantes de este instrumento: en Italia tenían la variante genovesa, la lombarda, la cremonesa, en los países árabes es muy utilizada la mandola argelina, en Irlanda y otros países el ya mencionado bouzouki, el cistro, nosotros tenemos la popular bandurrria, el bandolim portugués, etc. 

La familia de mandolinas Gibson

Ésta es la colección de mandolinas de la casa Gibson. Para ver cuál es exactamente cada instrumento: Click aquí 

¿Por qué la mandolina tiene ocho cuerdas? para que haya el doble de posibilidades de que alguna esté desafinada.

Alguien, alguna vez

Las 6 lecciones de Yehudi Menuhin

Aunque ahora nos parezca algo ajeno, hasta hace poco encontrar información, lecciones, partituras, métodos o simplemente consejos sobre cómo tocar adecuadamente el violín dependía casi exclusivamente de tener un maestro que quisiera impartirte sus enseñanzas y de visitar la cara tienda de música. Sin internet, los conocimientos, la técnica, pertenecía a una élite de músicos que los transmitía a su círculo de elegidos. Así, se formaban clanes que perpetúaban una cierta forma de tocar, y los mejores estudiantes se peleaban por obtener la guía de los grandes maestros. Así, los Leopold Auer, Kreutzer, Enescu o Sevcik, lideraron y formaron a las grandes figuras de su época. Aunque hoy en día tener un gran maestro sigue siendo fundamental a nivel profesional, hay muchas más posibilidades de formación accesibles a cualquiera.

Precisamente, el mencionado Enescu fue el maestro de Yehudi Menuhin, el autor del libro y los vídeos que comento aquí. Y Menuhin ha sido a su vez maestro de muchos, porque su talante divulgador lo llevó a emprender todo tipo de actividades pedagógicas innovadoras en su tiempo, desde grabar vídeos de lecciones, escribir libros con un enfoque radicalmente diferente o fundar una escuela y un concurso internacional de violín que lleva su nombre.

Como curiosidad, hace poco me encontraba practicando algunas técnicas de bluegrass (ya sabéis que me gusta esa música) de la mano de uno de los vídeos que tiene Chad Manning en la web PegHead nation, Chad explicaba en ese momento algunos detalles sobre la forma de sujetar el arco y utilizarlo en este estilo, cuando se quedó pensativo y comentó algo así como: “todas estas ideas están extraídas de las lecciones de Menuhin, cuya obra pedagógica cambió radicalmente mi forma de tocar, me voló la cabeza”.

Me pareció curioso que un intérprete folk se reconociera tan influido por la técnica clásica de Menuhin, pero es que, en realidad, una buena técnica clásica te puede abrir caminos en cualquier estilo. A partir de ella, cada persona puede adaptar esos fundamentos a sus circunstancias, gustos y estilos musicales particulares.

Menuhin siempre unió el violín y la vida. Para él la música estaba unida a la moral, a la honestidad, el esfuerzo y la generosidad. Y supo ver la importancia para la interpretación de cuestiones hasta entonces secundarias que él puso en primer plano como la salud física, la higiene mental, los beneficios del ejercicio y de la dieta saludable.

El libro 6 lecciones con Yehudi Menuhin se concibió a partir de las seis películas denominadas “Violín” realizadas por James Archibald y Asociados con Menuhin de protagonista. Cada una de las películas fueron grabadas en la propia escuela de Menuhin, con niños de diferentes niveles técnicos. Cada capítulo representa una clase sobre un aspecto particular de la técnica, realizada como un documental, y en el libro han sido ampliadas e ilustradas con ejercicios adicionales y diagramas ilustrativos. El libro añade muchos detalles y concreta más ejercicios pero, lamentablemente, esta traslación a texto hace que a veces las explicaciones se vuelvan enrevesadas y difíciles de seguir, sobre todo si pensamos en las nuevas generaciones formadas con métodos audiovisuales. A ello contribuye una traducción algo dudosa (el dedo pequeño, disturbar, el pilar del dedo…).

Enfín, no puedo dejar de pensar que, si el medio audiovisual hubiera estado más desarrollado y extendido en aquella época, Menuhin habría hecho un uso más extensivo de él.

Pongamos por caso esta explicación de cierto ejercicio la mano derecha, en el epígrafe “El círculo”

Manteniendo aún la vara con la mano izquierda, deslizad el pulgar derecho hacia delante y hacia atrás a lo largo de ella, sin mover el resto de la mano y asegurándoos de que la esquina superior del pulgar permanece en contacto con la vara. De este modo el pulgar debe doblarse cuando se desliza a lo largo de la vara a la izquierda (hacia la punta) y estirarse un poco cuando se desliza hacia la derecha (hacia el talón), aunque nunca tanto como para perder una ligera curva hacia fuera. (El estiramiento del pulgar cuando se desliza hacia la punta del arco coincide con un giro de éste en el sentido de las agujas del reloj, y cuando se desliza hacia el talón con un giro en sentido contrario. Así cada movimiento está en cierto modo afectado, y a veces contradicho, por movimientos asociados.) Los demás dedos deben mantener también sus puntos de contacto con la vara y la mano debe colgar ligeramente de la muñeca.

Ahora apartad el primero, tercero y cuarto dedos de la vara y deslizad el pulgar una vez más. Esta vez, deslizad el segundo dedo en dirección contraria al pulgar, hacia el talón cuando el pulgar se desliza hacia la punta y viceversa.

Todo esto que, al menos para mí, exige bastante concentración y esfuerzo para comprender exactamente qué quiere decir, podría ser fácil y rápidamente expresado en un vídeo de pocos segundos.

Me recuerda a ese cuento de Cortázar, “No se culpe a nadie“, en el que el protagonista narra cómo se está poniendo un jersey, pero detallando cada movimiento y sensación hasta el punto de que la situación llega a ser ininteligible y desasosegante (nota al margen, ¡leed a Cortázar!).

Las instrucciones para estas lecciones indican que no deben trabajarse de modo correlativo, página a página; Los ejercicios de la Lección I deben preceder diariamente a todos los demás. Las II y III se practican poco a poco todos los días hasta dominar los elementos básicos. Los más avanzados de las IV y V serán también practicados de manera sucesiva, con un retorno recordatorio a las II y III para refrescar los conceptos básicos. La Lección VI se hará solamente incorporando todas las demás. Y el Apéndice I ofrece algunas indicaciones para ensayos y ejercicios diarios para violinistas avanzados.

Pero, aunque no sigamos estrictamente sus ejercicios, con este libro captaremos los valores y aptitudes que debemos buscar, y cómo llegar a conseguirlos, y es quizás eso lo más importante. A la manera de Dominique Hopenot en El Violín interior, Menuhin nos enseña dónde debemos centrar nuestro esfuerzo y atención (además de en la música): la búsqueda de la naturalidad del gesto, el equilibrio corporal y espiritual, la concentración, la salud, la tonicidad muscular, la respiración, el ritmo interior, todos ellos factores que no suelen aparecer en los tratados y sin los cuáles la frustración por los pocos resultados obtenidos no tarda en llegar.

No lo recomiendo para principiantes (salvo el primer capítulo), puede ser demasiado abrumador por la cantidad de ejercicios y detalles en los que obliga a fijarse. Pero es interesante para estudiantes intermedios o avanzados que busquen pulir aspectos de los que no estén satisfechos, y por supuesto para profesores, que demasiado a menudo descuidan (o descuidaban, porque eso va cambiando) toda la parte técnica, física y psicológica, para centrarse en la puramente musical, dejando al alumno a solas con sus dificultades.

Termino, os dejo algunos extractos, comentarios y los vídeos de las 6 lecciones con Yehudi Menuhin.

Capítulo 1 | Ejercicios generales preparatorios

En este capítulo se tratan aspectos básicos sin violín, como la relajación de las articulaciones, la respiración, la postura del cuerpo, estiramientos, ejercicios de balanceo, 5 ejercicios de yoga.

En el desarrollo de la técnica(…) hay tres etapas.

  1. La primera etapa es una completa blandura de las articulaciones, como en un bebé, comprobada cada una por separado.
  2. La segunda etapa es la coordinación de movimientos suaves y el desarrollo de la elasticidad y el rebote, ambos en las acciones de extensión y compresión.
  3. La tercera y última etapa es el desarrollo de la fuerza, firmeza e independencia. 

La postura considerada en sí misma da la impresión de una situación estática. Esto no es cierto de ninguna manera. No sólo es el resultado de un continuo equilibrio de fuerzas opuestas, sino que al mismo tiempo está imbuida de pulso y ritmo, el pulso de nuestro corazón y el ritmo de nuestra respiración.

Respiración

La respiración debe ser suave y no forzada, e incluso durante los movimientos más intrincados que implica la práctica del violín debe continuar tranquila. 

Quizás el mejor ejercicio inicial sea sentarse en el suelo con las piernas cruzadas una sobre otra, las manos (con las palmas hacia arriba) descansando sobre las rodillas, la columna vertebral derecha, el cuello y los hombros relajados, el tórax libre y alto, y empezar a respirar suavemente. Es útil tener un reloj para contar los segundos de cada inhalación y exhalación. Tratad de prolongar la duración de cada una sin dejar de respirar. 

Posición

Estos ejercicios deben hacerse descalzos. La base de una buena posición es un estiramiento hacia arriba desde los dedos de los pies, a través de la columna, hasta la coronilla, en el que nuestros músculos contrarrestan la tendencia natural de las articulaciones a venirse abajo, abandonándose a la fuerza de la gravedad. Esta posición erguida es un signo de buena salud en la práctica del violín, así como lo es de vitalidad y buena salud en la vida.

Después Menuhin explica ejercicios concretos de estiramientos, de equilibrio, de balanceos y de yoga (disciplina que el autor seguía con dedicación). Lo cierto es que son fantásticos (quizás algunos demasiado difíciles para personas no habituadas al ejercicio y/o el yoga) y sólo les veo una pega: realizar todo esto sin prisas y con concentración nos va a llevar bastante tiempo, tiempo que suele escasear cuando tenemos que practicar o aprender una pieza. En cualquier caso, siempre que se pueda, realizarlos nos ayudará mucho para el trabajo posterior.

Capítulo 2 | Ejercicios preparatorios, mano derecha

Una gran mayoría de los ejercicios en este libro están fundamentados en la idea de que los movimientos han de ser siempre en cierto sentido “circulares”, o con forma de onda. En este capítulo se explican una buena cantidad de micro-ejercicios para la mano derecha y los dedos. Equilibrio del arco y movimientos coordinados de los dedos principales.

Se plasman muchas de esas explicaciones enrevesadas que mencionaba anteriormente, con puntos de contacto, dedos y movimientos difíciles de entender sin ver un vídeo. No obstante, podemos llegar a asimilar el fin de último de todos los ejercicios, que no es otro que alcanzar una postura, sujección y movimiento naturales y confiados.

…hay una manera de sostener el arco a la que siempre volveremos como se describió al principio de esta lección. Aquí, el pulgar está siempre redondeado (doblado) con su articulación señalando hacia la punta del arco – si, como en el arco-abajo, el pulgar gira la vara en el sentido de las agujas del reloj o, como en el arco-arriba en sentido contrario, su posición general es siempre presionado contra la vara. Todos los demás movimientos asociados con arcos arriba o abajo son subsidiarios a esta sujeción principal. Cuando hemos desarrollado esta gran flexibilidad, debemos guardarnos de exagerar estos movimientos. De hecho se harán casi invisibles. Se sentirán por dentro, particularmente aquellos asociados con los dedos de la mano derecha. Debe recordarse que los dedos de la mano derecha casi nunca originan movimiento. Más que hacer llevan y transmiten los impulsos de las articulaciones mayores detrás de ellos.

Utilizamos estos ejercicios para desarrollar la flexibilidad y coordinación, pero tras unos miles de ejercicios debemos finalmente olvidar la “gramática” con todas sus excepciones y contrareglas y retornar a esta básica, flexible, elástica pero menos agitada manera de sostener el arco. Por supuesto que en la práctica del violín no sólo son necesarios los dos extremos (llevar el arco por el aire o aplicar una gran fuerza a las cuerdas) sino todos los infinitos grados entre ellos. Para ser capaz de responder a cualquier demanda, expresiva o técnica, que pueda presentarse en la música, el violinista debe controlar no sólo todo este campo sino ser capaz de cambiar constantemente de un extremo a otro en cualquier circunstancia.

Capítulo 3 | Ejercicios preparatorios, mano izquierda

La diferencia básica entre el uso del pulgar en el violín y en el piano es que el violinista tiene por fuerza que sostener su instrumento y el arco, y tiene que aprender a relajar dicho pulgar entre cada esfuerzo (al fin y al cabo, el pianista no tiene que sostener su piano). Es muy importante despreocuparse de la sujeción, ya que el aferramiento del pulgar contra los dedos impide la libertad de vuestros movimientos.

En el piano, el pulgar es tratado como otro dedo, y está siempre relajado cuando no toca -cuando no está pulsando un tecla- por lo que tocar el piano resulta bastante más fácil.

Hasta que aprendamos a relajar y desarrollar el pulgar, no tocaremos el violín perfectamente; de aquí mi gran énfasis en dicho dedo y en el aprendizaje de su utilización. 

Hay sólo dos puntos de apoyo necesarios para el violín: uno pasivo -la clavícula- que es relativamente fijo (el violín se mueve sobre la clavícula); el otro, activo -la mano izquierda- que está constantemente en movimiento o preparada para moverse (la mano mueve el violín). La leve presión (peso) de la cabeza sobre la barbada evita que el violín se deslice del apoyo de la clavícula.

Menuhin es partidario de no usar almohadilla salvo para personas con cuello largo. Para él, esto restringe la libertad de movimiento, pero en mi opinión no hay tal libertad si sufrimos la inseguridad de que el violín no resbalará del hombro. En cualquier caso aconseja que, si se usa, debe ser una sujeción agradable, sin presión.

Supongo que es una reminiscencia del viejo estilo. Por ejemplo, incluye este primer ejercicio, en el que se debe sujetar el violín solo entre la clavícula y la barbilla, sin almohadilla. 

Comenzad con el violín colgando en la posición entre la cabeza y la clavícula; ambos brazos deben colgar relajadamente a vuestros lados. El violín estará inclinado hacia abajo, apuntando hacia el suelo, y se evita que se deslice mediante el peso de la cabeza y un tirón hacia atrás de la barbilla sobre la barbada. Naturalmente, se necesita hacer un mayor esfuerzo con la cabeza hasta que la mano izquierda participe en la sujeción del peso, pero esta acción de la cabeza (…) será muy importante en los desplazamientos descendentes. El violín, aun cuando esté colgando, no toca el hombro, que debe estar completamente relajado para moverse independientemente del violín.

No seré yo quien se atreva a contradecir al maestro, pero obligar a hacer este ejercicio a niños principiantes es un billete seguro a llevar el violín al luthier; me ha parecido un ejercicio perjudicial, tanto para las cervicales como para la integridad del violín. Se requiere hacer fuerza con los músculos del cuello, y llevar la barbilla para atrás es un movimiento antinatural. 

El resto del capítulo continúa con bastantes ejercicios muy interesantes de, posición, coordinación, presión, etc.

Capítulo 4 | Movimiento del arco

Algunos intérpretes de gran talento, ya altamente capacitados a una tierna edad están inspirados, físicamente desinhibidos y lo suficientemente flexibles para coordinar sus movimientos. Pueden no conocer nunca las dificultades. Este estado de gracia, sin embargo, no necesariamente se mantiene en la edad adulta y tras las experiencias de la vida, a menos que se haya tenido una firme formación, se hayan recibido algunas normas a seguir de manera consciente, y -debe decirse otra vez- a menos que la música haya tenido para la persona su significado, la lleve en el oído y el intérprete tenga imaginación. 

A. IMPULSO INICIAL

El brazo derecho tira y lleva; en efecto esto produce una rotación del brazo en sentido contrario a las agujas del reloj.

Esta parte de la arcada puede aislarse como un breve sonido sf; puede darse en cualquier parte del arco o en cualquier fracción de su longitud, incluso en toda la longitud en una arcada rápida, y puede ser fuerte o suave.

B. SECCIÓN DE SOSTÉN

La porción de sostén de la arcada requiere una sujeción firme (reforzando los pilares) y un sentimiento de la resistencia de la cuerda. El brazo, muñeca y dedos funcionan como una unidad simple y articulada durante toda esta sección, que puede cubrir cualquier longitud del arco y puede ser lenta o rápida, fuerte o suave.

C. SECCIÓN DE CONEXIÓN

En la sección final el toque es absorbido por la muñeca, que está ahora relajada, y la mano adopta la forma del comienzo del arco-arriba. Esta tercera parte de la arcada todavía pertenece al arco-abajo. También esta sección puede durar cualquier cosa desde un minuto y un cambio casi imperceptible entre ambas arcadas, a un claro y rápido toque sustancial como en los ritmos vigorosos. (En arcos-arriba la mano, por supuesto, adopta la forma del comienzo del arco-abajo).

Una arcada, bien sea rápida o lenta, larga o corta, fuerte o suave, puede utilizar A, B y C a la vez en proporciones iguales; también puede predominar cualquiera de estas secciones. Cuando se hacen arcos-abajo y arriba casi exclusivamente con B, los dedos están prácticamente inmóviles y no hay “momento” o “recorrido”. El antebrazo (o cuando estemos en el talón, el codo) recorre la misma distancia que el arco en la cuerda.

Menuhin disecciona cada movimiento, cada músculo, articulación, efecto y reacción en nuestro cuerpo de forma tan detallada que resulta apabullante si lo vemos en su totalidad y no vamos poco a poco analizando sin prisas el sentido de cada ejercicio. Por lo mismo, reincidiendo en lo dicho anteriormente, si no tienes ya ciertas aptitudes asimiladas o eres un profesor que quiera utilizar estos recursos en sus clases, todos estos datos pueden llegar a ser contraproducentes.

Por supuesto, se dan consejos y se muestran ejercicios para los tipos de golpes de arco principales, siempre haciendo hincapié en el proceso físico buscado y no en las notas del ejercicio a tocar. Y es que ¿cuántas veces nos han reprendido por un pasaje mal realizado, mencionando el error a corregir y lo que debemos obtener pero sin dar pistas sobre qué cambiar o cómo trabajarlo para enmendarlo?

Éste es el capítulo más largo y concienzudo de todo el libro, un maremagnum de explicaciones y ejercicios (hasta 45 con sus variaciones). Un denso compendio de la técnica del brazo derecho analizado en cada mínimo detalle.

Capítulo 5 | Movimientos de la mano izquierda

Los mismos principios técnicos que en la mano derecha se aplicarán a la mano izquierda, las tres funciones principales de bajada de los dedos, cambio de posición y vibrato se verán no sólo relacionadas, sino procedentes de una acción de onda, variando en amplitud desde una vibración estrecha a un amplio recorrido. Los movimientos laterales en el pizzicato de la mano izquierda se incorporan también a este sistema.

Los dedos, por supuesto, tienen una función especial para la que deben estar altamente preparados. Esta preparación consiste en desarrollar la elasticidad de la extensión y el salto -como de una goma elástica y un resorte- desde la posición estirada a la comprimida o doblada lo mismo que desde la doblada a la estirada, en tres pares de direcciones sobre tres planos distintos: el horizontal, el vertical y el lateral. Incidentalmente, la analogía de la goma y el resorte no es exacta, porque el mismo dedo puede actuar como cualquiera de ellos, y aún más, lejos de proveer una respuesta invariable y automática como hacen ellos, puede permanecer relajado en cualquier posición extendida o doblada (o en cualquiera intermedia), y es capaz en cualquier momento de aplicar el poder de cualquiera, la extensión o el salto, a través de un acto controlado de la voluntad.

Os podéis inventar ejercicios con gomas y pelotas de goma para aumentar la separación y el aproximamiento entre los dedos y el pulgar.

Debemos entrenar cada dedo por separado en cada uno de los tres planos, lo mismo que desarrollar la respuesta entre el pulgar y el dedo o dedos -una relación de oposición- también en tres planos: (A) cara a cara, es decir, punta con punta, como cuando se aplican presión y resistencia diagonalmente, casi de modo vertical cruzando el diapasón y el cuello; (B) horizontalmente, en direcciones opuestas a lo largo de las cuerdas y el diapasón; (C) lateralmente, como en el pizzicato de la mano izquierda

Ejercitando la mano de esta manera en diversas posiciones sobre el diapasón y combinándolo con el poder propulsor del brazo y el cuerpo, controlaremos toda la extensión del diapasón.

Menuhin reincide en el concepto de “círculo”, de “onda”, que impregnan todos los ejercicios: por ejemplo, para practicar el vibrato el brazo, y la mano, no ejercitan un movimiento de ivaivén, sino de círculo.

Se tratarán, además del vibrato, el trino, los armónicos artificiales, pizzicatos, etc.

Capítulo 6 | Las dos manos juntas

Efectivamente, hasta ahora todos los ejercicios buscaban ejercitar una de las manos más que la otra, mientras que en esta última sección se recogen los frutos de este trabajo y se tratará la coordinación entre ambos, el equilibrio corporal, el balanceo, etc.

Hasta ahora nos hemos encontrado en la clarificación y desarrollo de los movimientos en cada miembro por separado, pero no podemos pensar en tocar el violín hasta que las funciones separadas de cada brazo se conviertan en una función, una actividad. Como el amor, que requiere que dos se conviertan en uno, así tocar el violín se convierte en algo vivo con la completa integración y coordinación de ambas manos.

Para alcanzar este estado (en el que la respiración juega también una parte esencial), toda la parte superior del cuerpo debe ser flexible, no obstante firmemente equilibrada, preparada a responder y a reconciliar, lo mismo que a iniciar y mantener los movimientos. Como hemos visto, el brazo derecho, cuando mueve con energía y velocidad todo el arco desde una posición doblada a otra extendida, va a ejercer una gran influencia en la capacidad del cuerpo para ajustarse a un cambiante centro de gravedad que el brazo izquierdo ejerce con su relativamente reducido movimiento el restringido “pendular” del ángulo del codo y su mayor énfasis en la acción individual de los dedos. Por tanto la parte superior del cuerpo va generalmente más de acuerdo con el brazo derecho que con el izquierdo.

Y seguiremos leyendo indicaciones sobre posición, movimiento, coordinación, respiración, balanceos, etc., con el enfoque humano y físico que Menuhin impregna a toda su obra divulgativa.

Apéndice | Práctica diaria y ejercicios de calentamiento.

Estas son las indicaciones generales a la hora de practicar, que podemos aplicar a sus ejercicios o a cualesquiera otros que realicemos.

l. Es bueno practicar en ambas posiciones, sentado y de pie.

2. Evitad apretar la mandíbula. Si hay una tendencia al agarrotamiento, dejad el violín y estirad la mandíbula

(a) abierta, y

(b) hacia adelante todo lo que podáis.

3. Durante la práctica concentraos de tiempo en tiempo específicamente en la respiración. En conexión con esto puedo recomendar totalmente cantar o tararear vuestra propia parte u otra mientras tocáis. Esto no sólo enfoca la atención en la respiración, sino que también -particularmente cuando cantáis otra parte- evita la excesiva preocupación con la producción de una simple línea melódica, y así se ensancha la base de la concentración musical.

4. El sonido contínuo del violín directamente bajo el oído del ejecutante puede ser fatigoso y perturbar si dura largos periodos. Para una práctica larga y concentrada recomiendo la utilización de la sordina. Aunque algunas sordinas pueden afectar los moldes básicos de las vibraciones del violín, la sordina práctica produce unos efectos secundarios mínimos, incluso si se utiliza en períodos largos ya que actúa sólo por su peso. Es una protección útil tanto para el violinista como para los que están cerca de él, particularmente justo antes de un concierto.

5. Entre cada esfuerzo en la ejecución y durante cada pausa, regresad deliberadamente a un estado de relajación y blandura en todas las articulaciones. Con el tiempo esto os permitirá incluso ejecutar así.

6. Quizá el principio más importante para observar en la práctica es la precisión y control del máximo número de detalles concurrentes. La mente debe estar continuamente activa, revisando detalle tras detalle. Recordad: cuanto más perfecta sea la práctica, más perfecta será la ejecución.

Conclusiones

6 lecciones con Yehudi Menuhin era un libro que tenía pendiente de revisar desde hacía mucho. Tiene mucho de lo que esperaba de él: focalización en la importancia del estado físico y mental, ejercicios de tonificación y relajación, la búsqueda de la armonía postural, el dinamismo, de la naturalidad en todo movimiento. 

Pero también me ha sorprendido la extenuante precisión y prolijidad de cientos de indicaciones sobre posturas movimientos de tal o cual dedo, falange o músculo, llegando a resultar a menudo difícil de descifrar, de manera que me encontraba leyendo pasajes en los que realmente no estaba entendiendo qué me estaba pidiendo exactamente.

Esto puede llegar a ser agotador y frustrante teniendo en cuenta que el mismo ejercicio nos lo podría explicar un profesor o incluso un youtuber en pocos segundos con mucha más claridad y precisión.

Por otro lado, la gran cantidad de ejercicios de preparación, calentamiento, aproximaciones a movimientos de todo tipo, etc., requiere que seas un estudiante comprometido con el instrumento con mucho tiempo para dedicarle (en ningún momento se tratan temas de repertorio, estilo, musicalidad, armonía, etc., que hay que estudiar aparte), por lo que los simples aficionados lo tendrán que tomar con precaución y para tomar ideas para corregir algún error, no como una guía a seguir exhaustivamente.

En conclusión, una gran herramienta en manos de pedagogos y estudiantes mayores intermedios o avanzados que necesiten buenos ejercicios para mejorar técnica y también, y quizás más importante, su disfrute con el instrumento.

Dónde comprar: El Argonauta

Probando cursos on-line: Violin Lab

De entre toda la oferta que existe actualmente para aprender a tocar o perfeccionar la técnica del violín de un modo on-line, uno de los más veteranos y exitosos es el que, desde la plataforma Violin Lab, dirige con profesionalidad la pedagoga norteamericana Beth Blackerby. Beth tiene además una especial conexión con España, ya que durante dos años fue miembro de la Orquesta del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, tras lo cual regresó a su Texas natal para formar parte del profesorado del departamento de cuerdas de la Universidad de Texas.

Ella misma nos cuenta aquí cómo germinó la idea de crear su escuela, en un emotivo descubrimiento de la pasión que encontró en los estudiantes adultos:

Me gustaría contaros porqué creé Violin Lab. Hace diez años tuve el placer de enseñar a varios estudiantes adultos de violín, todos los cuales tenían una pasión increíble por aprender y practicar. Tenéis que entender lo sorprendente que fue esto para mí. En primer lugar, yo tocaba el violín desde los 5 años, así que nunca llegué al instrumento por mi propia voluntad. En segundo lugar, se convirtió en una carrera profesional porque, francamente, no había nada más que me interesara o pudiera hacer. Pero mira, me encantó el violín. Recuerdo cómo me conmoví hasta llorar en el instituto durante un ensayo del Adagio para Cuerdas de Barber con la Orquesta del Estado .

Sin embargo, como maestra, estaba acostumbrada a mis jóvenes estudiantes particulares que, obedeciendo los caprichos y sueños de sus padres, llegaban a clase con poco entusiasmo y sin ganas saber nada sobre tocar el violín. El fuerte contraste del entusiasmo de mis estudiantes adultos fue una inspiración tal que me sorprendió la idea de crear un centro para adultos entusiastas del violín. ¡Descubrí que su entusiasmo no era exclusivo de ellos, sino de los estudiantes adultos de todo el mundo! Sentí que estas personas se sentían privadas del mundo del aprendizaje del violín, ya que no eran niños pequeños.

Así, durante el proceso de desarrollo de las lecciones en video para Violin Lab, descubrí mi verdadera pasión en la vida: encontrar la mejor y más efectiva manera de explicar los detalles y la ciencia de tocar el violín, para que cualquiera pueda aprender a tocar bien sin un proesor particular (si no tenían uno).

Si bien solo había unos pocos buenos tutoriales en video en Youtube (esto fue en el año 2007), no había sitios con un plan de estudios secuenciado. Fue y sigue siendo mi objetivo ser el mejor formador para tocar el violín en Internet. Los comentarios que he recibido de Violin Labbers me han convencido de que estoy haciendo un buen trabajo y son una inspiración diaria para crear más. Violin Lab se ha fortalecido desde 2008 y, en lo que a mí respecta, bueno, ¡mi idea es continuarlo hasta el día de mi muerte!

El planteamiento de Violin Lab es crear un sistema de estudio muy estructurado y progresivo, gracias al cual los estudiantes pueden avanzar paso a paso de forma progresiva de modo que, aunque todo el material está disponible una vez eres miembro, no desperdicies esfuerzos enfrentándote a retos que no corresponden con tu nivel. A menudo sucede, con las personas que aprenden de una forma muy autodidacta, que, en su ambición, intentan retos interpretativos fuera de su alcance o nivel (como hacer vibrato sin llegar a afinar correctamente, o querer tocar muy deprisa sin siquiera adoptar una buena postura), de manera que se frustran por su incapacidad y pobres resultados, y adquieren malos hábitos y se llenan de desánimo, a pesar de haberle dedicado mucho tiempo y esfuerzo. El caótico y vasto mundo de internet, paradójicamente, no siempre resulta útil porque se pueden encontrar infinidad de tutoriales y lecciones entre los que es fácil perderse al no llevar un sistema racional de aprendizaje.

En Violin Lab empiezan desde el principio con muchos pasos muy pequeños pero bien pensados, desde las cuestiones básicas de postura hasta las lecciones a estudiantes avanzados para alcanzar un nivel casi profesional.

Las lecciones incluyen, en su versión Basic, vídeos explicativos realizados por la propia Beth, partituras descargables en pdf, audios de demostración y acompañamiento, una herramienta de planificación de práctica, con una especie de anotador donde puedes apuntar los conceptos esenciales que quieres recordar.

También hay un espacio tipo foro donde se pueden compartir dudas, vídeos de interpretaciones para solicitar la opinión de los demás, anuncios o cualquier otra información.

Esta suscripción tiene un precio de 20$/mes el primer año (15$ el segundo y 10$ el tercero).

La pega de este tipo de suscripción es la habitual en los cursos on-line. No hay feedback fiable de tu estudios, algo indispensable en cualquier sistema de aprendizaje.

Esto se arregla en cierto modo en la suscripción Premium, en la que, además de lo anterior, se ofrece la posibilidad de intercambiar un vídeo personalmente con Beth, para que ella te corrija y oriente. Esta opción cuesta 35$/mes, (30$ el segundo año 25$ el tercero)

Y como suele ocurrir siempre, también hay una suscripción Premium Plus, en la que el intercambio personal con Beth es de una vez a la semana. Su precio es de 60$/mes (55$ el segundo año y 50$ el tercero).

Calidad de las lecciones

Sobre los consejos y lecciones en vídeo debo que decir me han parecido técnicamente impecables, concienzudos y detallados, tanto en sus lecciones de inicio como en los más avanzados. Técnica, estudios y repertorio están bien surtidos y distribuidos de tal manera que practicamente no necesitas salir de su sistema para ir adquiriendo a buen ritmo (si es que practicas lo suficiente, porque hay muuucho material) un nivel de interpretación sólido.

Además, y supongo que gracias a que Beth pasó un par de años en España, las lecciones vienen con subtítulos en español, y no con una traducción automática sino una bien cuidada y precisa (aunque he encontrado algunos videos sueltos que no venían con dichos subtítulos).

Música

Este sistema está enfocado en la música clásica. Para las personas que deseen explorar este tipo de música es perfecto, porquetodas las herramientas están enfocada a tocar este estilo, con todo lo bueno pero también con las limitaciones que esto puede suponer. Desde luego, siendo un intérprete clásico bien formado tienes aptitudes para enfrentar otros tipos de música, pero tendrás que buscar para ello en otros sitios.

Público

Las características de este curso me parecen especialmente apropiadas para jóvenes y adultos. La ventaja de poder realizar tus lecciones en el momento y lugar que mejor te convenga se adaptan bien a la ocupada vida a partir de cierta edad. En cambio, para niños pequeños no lo recomendaría: necesitan presencia humana y un trato menos “frío y profesional”. Entendedme, no es que las lecciones sean áridas o duras, pero la forma de aprender de un niño pequeño necesitan más juego, más sonrisas y más afecto para que no adquiera rechazo al instrumento.

Por lo mismo, si tu objetivo es hacer de la música tu profesión (o la de tu hijo), necesitarás una enseñanza más completa y profunda en centros de enseñanza profesionales. Pero para el típico aficionado medio que quiere probar y empezar a tocar, o para el que ya tiene conocimientos y quiere profundizar en algunas cuestiones, puede ser una buena y accesible herramienta, especialmente si en tu lugar de residencia no hay muchas opciones de profesores o escuelas.

Puntos fuertes

  • Profesionalidad. Las leccciones son muy correctas técnicamente,
  • Flexibilidad. Las lecciones en vídeo y materiales están siempre disponibles 24 horas al día y 365 días al año. Sea cual sea tu ritmo de vida, puedes encontrar tu momento para practicar y estudiar.
  • Ubicuidad y accesibilidad. Vivas donde vivas no tienes acceso a aprender desde una fuente fiable todos los recursos de una buena interpretación.
  • Materiales. Todos los materiales vienen incluidos (partituras, audios de acompañamiento…), de modo que no tienes que realizar ningún desembolso adicional.
  • Precio. Incluso en su opción más cara, el sistema es, en general, más barato que tener un profesor particular pagando un día a la semana o una escuela de música privada.

Carencias

Para que este sistema de aprendizaje online pudiera ser una alternativa al nivel dela enseñanza tradicional, debería cubrir algunas de estas carencias:

  • Faltan campos de enseñanzas musicales más amplias (armonía, musicalidad, historia, etc.).
  • Faltan (o yo no los he encontrado) consejos sobre relajación, condición física y mental, concentración, hábitos de estudio y práctica.
  • Falta el poder tocar acompañado de un profesor, algo que yo considero imprescindible.
  • Falta el poder tocar en grupo, con otros alumnos.
  • Falta exploración en otros estilos alejados de la música clásica.
  • Y en general, falta el trato humano haciendo música

Conclusiones

Violin Lab es probablemente el mejor sitio para aprender a tocar el violín si no puedes disponer de enseñanza convencional y lo que te gusta es la música clásica.

Sus lecciones son amenas y técnicamente ireprochables, concienzudas y bien estructuradas. Puede funcionar como un buen complemento a tu estudio habitual (en cuyo caso podría bastar la suscripción básica) y también, si tienes problemas para recibir clases de forma convencional, como tu guía de cabecera (para lo que recomiendo contratar las versiones Premium o Premium Plus). Especialmente orientado a estudiantes adultos principiantes e intermedios, si estás en esta franja de público, puedes tenerlo en cuenta.

Aunque es un programa muy completo, este sistema aún no puede sustituir del todo las clases convencionales de un buen profesor o escuela, aunque también hay que tener en cuenta que pocos profesores tienen el nivel de preparación de Beth Blackerby.

En definitiva, una potente herramienta que puede ser útil a un buen sector de aficionados al violín.

Algunas ideas para interpretar a Bach, según Tomás Cotik

Acaba de ser publicado el último trabajo de Tomás Cotik, gran violinsta y colaborador de Deviolines. En relación a su interpretación, Tomás ha publicado una serie de exhaustivos artículos en The Strad, detallando cada uno de los aspectos y motivaciones sobre esta su última producción.

No es mi intención trasladar todo lo que en ellos nos descubre, que es muchísimo, y no sería ético para con The Strad, pero sí voy a entresacar con algunas citas, ideas clave de sobre su trabajo.

Entre medias de las citas podréis disfrutar de videos con algunas de las piezas de este disco: unas interpretaciones enormemente cuidadas, sutiles y rigurosas de las que son, probablemente la obra cumbre para violín solo en toda la historia.

Y además, también tenéis Spotify o podéis comprar el disco en la web directamente

 El arco

Elegí grabar mi álbum de las Sonatas y Partitas de Bach con un arco barroco. (…)

Disfruté del potencial expresivo del arco barroco, de las texturas transparentes y de la facilidad con la que lo giraba, cambiando de cuerda y de dirección con facilidad. La capacidad de diferenciar sutiles matices al principio y al final de cada golpe y las numerosas posibilidades posteriores de conexión entre notas también me atrajeron. Me ayudó a interpretar la música de forma natural y evitar acentos no deseados. Además, permite un sonido más ligero, tiempos más rápidos, más fluidos y articulaciones animadas. (…)

Sonido y Articulación

(…) ¿Qué nos enseña el arco barroco? En mi opinión, nos informa que:

  • Los arcos hacia arriba y hacia abajo no tienen por qué sonar igual.
  • El sonido continuo y sostenido no se siente natural.
  • La articulación rítmica, la claridad y las notas rápidas son más fáciles en la mitad inferior.
  • Presionar no ayuda en absoluto.
  • (…)

Cambios de cuerda

En estas piezas, hay un inmenso número de cambios de cuerda repetidos; muchas veces, saltando sobre una o dos cuerdas. En mi opinión, estos cambios de cuerdas no deben evitarse con digitaciones elaboradas. El arco barroco los hace fáciles y naturales (…). Además, eso ayuda a permanecer en posiciones más bajas, donde las cuerdas son más largas y más resonantes (…).

Ligaduras escritas

(…) La mayoría de los movimientos de arco se pueden realizar con un arco barroco. No es pecado cambiar alguno, pero siempre empiezo interpretando desde el original (…).

(…) hay partes que requerirán nuestra creatividad para resolver problemas específicos. (…)

Dinámicas

(…) Son pocas y distanciadas. En la época de Bach, las diferencias drásticas entre fuerte y suave no eran deseables (…). En estas piezas es importante centrarse en el carácter, la tonalidad, la articulación y la libertad rítmica como medio de expresión, todo mientras se crea un sonido resonante y claro.(…)

Acordes

(…) Las líneas de bajo tienen una importancia innegable en la música barroca. Además de ayudar a resaltar su función inherente, siempre otorgo a las notas graves un peso considerable porque proyectan menos que las notas en las cuerdas más altas.(…)

Voces contrastantes

Los valores escritos no siempre deben mantenerse literalmente. (…)

En los movimientos de “moto perpetuo”, podemos alargar o acentuar las notas para sacar diferentes voces y crear la ilusión de continuidad en voces que no parecen literalmente sostenidas en el texto. De esta manera, las notas pueden surgir como estrellas en una forma de constelación, apuntando a la polifonía oculta.(…)

Artículo completo: The Strad: How I interpret Bach

El violin

(…) ¿por qué no utilicé una configuración barroca cuando se trataba del violín? (…) por la conveniencia de mantener la afinación con cuerdas modernas y mis limitaciones con el tiempo que me llevaría adaptarme.

(…) Utilicé cuerdas sintéticas, ligeramente más suaves y resonantes que las que uso regularmente, que proyectan mejor pero tienen más tensión.(…)

(…) Mi decisión de grabar con el La en 440 fue por razones personales. Teniendo una afinación perfecta en el rango de frecuencias de violín, si tocara estas piezas con el La = 415, me sonarían como en otra tonalidad.

Afinación

La afinación también es complicada. Hay muchos sistemas de afinación para elegir y no hay uno perfecto (…)

• Pitagórica

• 1/4 meantone

• Afinación justa

• Temperamento igual

(…)  No es posible tenerlo todo en un solo sistema: buenas quintas y buenas terceras. Los intervalos puros (sin latidos) (unísonos, octavas, quintos, cuartos, tercios mayores) no se pueden combinar libremente si tenemos algunos tonos fijos. (…)

(…) me gusta comenzar con la afinación pitagórica: respetar las quintas y cuartas puras que resuenan y son congruentes con nuestras cuerdas al aire (…), manteniendo la independencia de las diferentes voces (dando a cada línea su propio peso) y ajustando (redondeando) terceras y sextas intuitivamente cuando es necesario en los acordes. En mi grabación reciente, disfruté tocando cuerdas al aire y posiciones bajas para lograr más resonancia y brillo. (…)

Creo que no es necesario elegir un sistema de entonación u otro. (…)

Vibrato

(…) Evito usar un vibrato continuo. También trato de evitar la variación de tono o un vibrato monótono. Creo que el vibrato debería variar (en amplitud, ‘dinámica’ y velocidad). El vibrato se puede usar discretamente, para calentar notas largas, como un adorno para la expresión, y también como una manera discreta de que no choque con las frecuentes cuerdas al aire.

Artículo completo: The Strad: How I interpret Bach: Tomás Cotik on strings, intonation and vibrato

Overdotting y asimilación rítmica

La cuestión principal es si los ritmos punteados en barroco deben realizarse como están notados o si la nota con puntillo debe extenderse y acortarse la siguiente (overdotting).

Los ritmos punteados que ocurren en las cadencias (a menudo escritas con trinos) sugieren que el intérprete puede usar un grado de libertad rítmica e improvisación.

Quantz, así como C. Ph. E. Bach, ha señalado que las notas tras un trino debe ejecutarse a la misma velocidad que el trino mismo. Esto significaría que la semicorchea punteada debería estar alargada en este caso.

La asimilación rítmica se refiere a la coordinación de un ritmo punteado con un ritmo triplete. Según el alumno de Bach, Agricola, Bach no consideró apropiada esta alteración rítmica, excepto en pasajes rápidos.

Bach es conocido por yuxtaponer ritmos binarios y ternarios. Es importante retener el carácter distintivo de cada ritmo, especialmente cuando estos ritmos se usan al comienzo de diferentes líneas / voces.

Artículo completo: The Strad: Tomás Cotik on Overdotting and Rhythmic Assimilation

Ornamentos

(…) Bach escribió las “improvisaciones” y los ornamentos que sus contemporáneos habrían esperado que el artista improvisara (…) Los retardos, apoyaturas, notas de escape, notas de paso y trinos con sus resoluciones a menudo se detallan en el texto. Es un buen ejercicio comenzar tachando las notas de paso y las notas de relleno ornamentales.

(…) Las ligaduras, el rubato, las notas desiguaes y el fraseo son una forma de ornamentación y se suman al carácter de improvisación de la música (…)

Trinos

(…) En la mayoría de los casos, se deben tocar en el ritmo, comenzando con la nota superior. Si se aborda desde la nota superior, se deben tocar en la nota principal en tempi rápido y en la nota superior en tempi lento. Si se aborda desde la nota inferior, es habitual completar una nota de paso.(…)

Apoyaturas

(…) Como Quantz escribe, las apoyaturas “no son solo adornos, sino elementos necesarios (…)

 

Artículo completo: The Strad: How I interpret Bach: Tomás Cotik on Ornaments, Trills and Appoggiaturas

Fuentes

(…) Algunos de los trabajos que pueden ayudarnos a comprender la interpretación en Bach, son los de Johann Mattheson, J. P. Kimberger, Johann Quantz y Leopold Mozart (…).

Numerología

(…) Se pueden encontrar ejemplos de numerología en las obras de Bach en su atención al número 14 (la suma de las letras en ‘BACH’ = 2 + 1 + 3 + 8) y 41 (reverso de 14, así como la suma después de la suma de sus iniciales, ‘J’ y ‘S’). Bach también parece usar recurrentemente los números 21, 23 y 55 de la serie Fibonacci. (…). Sigue siendo un tema controvertido (…)

Emociones

(…) Muchos de los movimientos de Bach se adhieren a la idea de una emoción por movimiento. Si bien no estamos buscando el tipo de cambios expresivos en el color, la dinámica y el estado de ánimo que son característicos de la Era Romántica, sí buscamos capturar el espíritu general y la esencia de la danza, el sujeto fugado, etc., presente en el movimiento como unidad (…)

Artículo completo: The Strad: Tomás Cotik on Treatises Sources, Numerology and the Doctrine of Affections

Tradiciones y cronografía musical

(…) Las primeras grabaciones conocidas de estas obras son un par de movimientos de Joseph Joachim, el maestro del maestro de la maestra de mis maestros (…) tiene poco vibrato, algunas adiciones ornamentales, tiempo desigual y cierta sensación de tempo rubato.(…)

Interpretación

(…) la palabra “interpretación” en relación con la interpretación musical solo comenzó a usarse alrededor de 1840. En su artículo, “Más allá de la interpretación de la música”, Laurence Dreyfus explora su significado y cómo los diferentes compositores / intérpretes se mantuvieron divergentes opiniones sobre el papel del artista intérprete o ejecutante. (…)

Entorno de la ejecución y grabación

(…) las circunstancias del proceso de grabación pueden influir en nuestro rendimiento. De hecho, hacer una grabación parece ir en contra de la idea misma de una interpretación histórica. En aquel entonces, como ahora, una interpretación varía de una ejecución a otra. (…) El que la grabación se escuche repetidamente me hace intentar crear una interpretación que resista este hecho. Me cansaría de escuchar un rubato extremo o cualquier otro manierismo una y otra vez. (…) .No se pueden aplicar estándares históricos a la tecnología de grabación. (…)

Artículo completo: The Strad: Tomás Cotik on Traditions and Musical Lineage, ‘Interpretation’ and Performance Environment

Filosofía

(…) Como muchos de nosotros, crecí escuchando a los viejos maestros que todos admiramos (Szeryng, Heifetz, Grumiaux, Milstein, Szigeti, … sí … claro… Perlman) (…) Hace más de veinte años, cuando me mudé de Argentina a Alemania, me inspiraron los músicos barrocos (…).Comencé a leer fuentes históricas, escuché más interpretaciones históricamente informadas (HIP) y experimenté con una configuración barroca.

(…) Bach no escribió nada sobre cómo realizar sus propias obras. Necesitamos confiar en sus contemporáneos, amigos, parientes y estudiantes para tratar de comprender (…)

(…) Hay tantas cosas que no sé… y cuanto más leo, más ” sé que no sé nada”.(…)

(…) En la interpretación de Bach, tenemos que aceptar que hay muchas conjeturas; no sabemos exactamente si los tratados se aplican específicamente a la música de Bach en su conjunto o a estas obras en particular. (…)

(…) La percepción de los autores es subjetiva y está condicionada por el tiempo y la ubicación. Los estilos barroco y galante se superponen en el tiempo; además había variantes francesas, italianas y alemanas. La interpretación que hacemos nosotros de los tratados también es subjetiva. La mayor parte de nuestra interpretación y razonamiento podría ser, en última instancia, un gusto personal. (…)

(…) Pido al lector que entienda que las frases asertivas y / o cortas no pretenden ser dogmas (…)

(…) Victor Hugo escribió: “La música expresa lo que no se puede expresar con palabras y lo que no puede permanecer en silencio”. Mientras leo y estoy interesado en aspectos de la interpretación, cuando toco, me olvido de todo. Ser músico y traer a la vida a esta música trascendental no es algo que haya tratado aquí, pero podría decirse que es el objetivo más importante. Las soluciones reales solo nos pueden llegar tocando. Espero que mi grabación cuente lo que falta y, esencialmente, forme parte de la historia. (…)

Artículo completo: The Strad: Playing & Teaching
I know that I know nothing: Tomás Cotik concludes his series on Bach

Probando cursos on-line: Peghead Nation

Los nuevos medios en la enseñanza musical, nacidos bajo la revolución que ha supuesto internet, con sus ventajas e inconvenientes, son una realidad irreversible desde hace unos años y en Deviolines ya los hemos analizado alguna vez. Vídeos de youtube, backing tracks, clases por videoconferencia, métodos y partituras de todo tipo descargables al ordenador, apps de móvil, etc, están siendo ya utilizadas como herramientas por muchos principiantes y, más allá de que nos gusten más o menos algunas de estas opciones, lo cierto es que, como era de esperar, no se puede generalizar y hay todo tipo de ofertas, buenas, malas y regulares, y hay que saber por quién dejarse guiar en el caótico mundo de internet.

Como muchos sabréis, soy aficionado a la música norteamericana de raíces, de modo que para este artículo he estado probando un par de cursos basados en vídeos de la página web especializada en folk PegHead Nation. Tomad bien nota de ella porque, aunque no os decidáis a adquirir ningún curso, se puede acceder sin restricciones a bastantes recursos como partituras y backing tracks, que resultan muy útiles a la hora de estudiar.

Me decidí a a probar estos cursos porque participaba una de mis violinistas favoritas: Brittany Haas, aunque finalmente el suyo me dejó un poco decepcionado, como más adelante explicaré.

Realmente, estos cursos se limitan a desbloquear una serie de vídeos pedagógicos donde los diferentes músicos/profesores explican y hacen demostraciones de sus clases, y también por supuesto se pueden descargar partituras de los temas y ejercicios. Son exclusivamente en inglés, de modo que conviene tener cierto nivel de comprensión para no perderse los detalles importantes.

Clases de violín con Brittany HaasFiddle styles workshop, por Brittany Haas

Éste fue el primer curso que compré, y obviamente lo hice sobre todo por la presencia de Brittany. Está orientado a dar un repaso a los diferentes estilos fiddle que hay, sobre todo en el mundo anglosajón: Bluegrass, Texas style, Scottish, Nórdico, Irlandés, Cape Breton, Old Time, Franco-canadiense, etc. Estos estilos están representados cada uno por uno o dos intérpretes diferentes, que van explicando algunas características específicias del estilo, y lo ilustran enseñando una o dos canciones. Realmente no da para profundizar mucho en ninguno de ellos, pero sí para “sentir” los detalles y formas de interpretar de cada región o país, sus ritmos y cadencias, sus armonías.

Adicionalmente, Brittany nos enseña diversos temas de esos estilos con su toque característico: canciones suecas, noruegas, old-time, con trucos y claves rítmicas y armónicas, así como, en compañía de Darol Anger, algunos consejos sobre cómo acompañar e improvisar.

Enfín, es muy interesante explorar esos diferentes estilos, aunque estén tan centrados en el mundo anglosajón. La pega es que te quedas con un poco de hambre de saber y profundizar más en estas músicas. A veces el vídeo es apenas poco más que aprender una canción, sin mayores explicaciones sobre en qué distingue y qué es lo primordial de ese estilo.

Esta es la lista de videos:
FiddleStylesWorkshopCheckList

Clases de bluegrass con Chad ManningCurso de Fiddle Bluegrass con Chad Manning

Tras el curso de Brittany, y gracias a la oferta que te permite comprar un segundo curso por sólo 10$ (luego explicaré las tarifas), me apunté a este curso de Chad Manning que realmente me ha sorprendido positivamente por lo amplio, exhaustivo y bien realizado que está. 

Aunque está orientado a dominar las claves del bluegrass, incluye lecciones genéricas sobre cuestiones básicas como la sujección del arco, la afinación, técnica de mano izquierda, el vibrato en el folk, etc.

En total, El total de vídeos/lecciones disponibles es de ¡casi 170!, y creciendo mensualmente ya que éste es un curso abierto que, al contrario del de Brittany, Chad continúa ampliando mes a mes, lo que constituye un acicate para continuar renovando el curso. Y como en el caso de Brittany, todos los temas vienen con una versión de guitarra solo acompañante para tocar por encima, partituras y archivos de audio, estos últimos descargables libremente.

Los capítulos esán englobados en los siguientes grandes temas:

  • Aspectos básicos del fiddle.
  • Canciones Old-Time.
  • Canciones Bluegrass.
  • Cómo hacer solos Bluegrass.
  • Escalas y acordes.
  • Solos de bluegrass clásicos.
  • Canciones de Bill Monroe.
  • Acompañamientos en Bluegrass.
  • Técnicas de práctica, física y psicología del fiddle, etc.

Esta es la lista de los temas, para que os hagáis una idea, comparándolo con el de Brittany:

BluegrassFiddleCheckList-1

Chad Manning tiene una forma de explicar tranquila y un estilo contagioso de tocar;  la verdad es que no he profundizado aún más que en una pequeña parte del curso pero, si os gusta el folk americano, teniendo en cuenta el contenido que ofrece, es un curso superrecomendable.

Condiciones

Los cursos de Peghead cuestan 30$ la primera vez que contratas uno. A partir de ahí, el resto cuestan 10$ que hay que ir renovando cada mes. Ciertamente, lo conveniente es dedicarles bastante tiempo para aprovechar cada mes pagado. Si no es vuestro caso y no podéis dedicarle tiempo más que algún día de vez en cuando, con las herramientas adecuadas se podrían descargar los vídeos. Aunque ésta no es una opción muy ética, teniendo en cuenta el bajo coste, esto es cuestión de cada uno.

Conclusiones

Me han gustado bastante los cursos que he probado. Algo menos el de Brittany, de quien tenía más altas expectativas dado que es una de mis violinistas favoritas.

Pero impresionante el de Chad Manning, amplio y profundo, abarcando desde lo más básico y sencillo hasta temas y técnicas niveles intermedios. Solo echaría en falta (aunque puede que lo tenga porque aún me falta mucho para poder repasar todos los vídeos) alguna incursión en técnicas y armonías más avanzadas y difíciles, de las que se usan por ejemplo en el newgrass y en estilos fronterizos.

Los vídeos están grabados de forma muy profesional, nada que ver en general con los que se pueden encontrar gratuitamente en Youtube. Siguen un plan pedagógico racional y progresivo, para que podamos ir paso a paso avanzando.

Obviamente, son solo vídeos y partirturas: nunca podrán sustituir a un profesor o una escuela de música, que puede proporcionarnos feedback de nuestra forma de tocar  importantes, algo que es imprescindible e irremplazable, y enseñarnos otras cuestiones musicales. Pero como complemento para sumergirnos en los estilos que nos gustan es una estupenda opción.

Otros cursos que podéis ver en Peghead:

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