El transporte musical

El transporte musical consiste en escribir o interpretar una pieza musical en una tonalidad diferente a la original. Cambia la altura de las notas, pero no la relación interválica entre ellas. Por eso, la pieza sigue siendo reconocible a pesar de sonar más aguda o más grave.
Recomiendo la lectura del siguiente artículo sobre "lectura y escritura musical para instrumentos transpositores", escrito por José Rodríguez Alvira y publicado en su web www.teoria.com
Ya que existen multitud de instrumentos transpositores, la técnica del transporte no sólo resulta muy necesaria para estos instrumentistas sino también para los compositores y para los directores de orquestas y bandas. 
El transporte puede ser escrito o mental. Por ejemplo: un instrumento transpositor como el clarinete en si bemol, reproduce todas las notas una 2ª mayor por debajo de lo escrito. Es decir: cuando toca con la digitación necesaria para hacer un do, en realidad suena un si bemol. 

Si un clarinete en si bemol tocase esta melodía escrita en Do Mayor
En realidad sonaría así: en Si bemol Mayor

Esto le crearía un problema al compositor que quiera escribir una obra para clarinete solo o acompañado de otros instrumentos. Si el compositor quiere que suene la melodía en Do Mayor y que no choque con el acompañamiento que otros instrumentos le harán en la tonalidad de Do Mayor, tendrá que compensar el hecho de que ese clarinete va a sonar una 2ª Mayor por debajo de lo escrito, dándole una partitura escrita una 2ª Mayor por encima de lo que quiere que suene. Para que suene en Do Mayor, deberá darle una partitura escrita en Re Mayor.

El compositor deberá dar al clarinetista esta partitura en Re Mayor

Si quiere que suene esta melodía en Do Mayor
Este sería un ejemplo de transporte escrito: el compositor inventa y escribe una melodía en Do Mayor. Si quiere que la toque un violín, no necesita hacer nada más, ya que el violín no es un instrumento transpositor. Sin embargo, si quiere que la toque un clarinete en si bemol, necesita escribir la melodía transportada una 2ª Mayor ascendente.
Veamos un ejemplo de transporte mental: Si esa melodía aparece en una partitura para orquesta o banda, en la que se mezclan varios instrumentos transpositores y no transpositores, el director se encontrará con un montón de pentagramas escritos en diferentes tonalidades. Deberá imaginar cómo suenan en realidad todas esas melodías, así que algunas deberá transportarlas mentalmente. Con un poco de práctica, esto puede hacerse si se imagina otra armadura y otra clave.

Por ejemplo: para averiguar cómo sonaría nuestra última partitura en Re Mayor...
...el director se la imaginará sin armadura y la leerá en clave de Do en cuarta. Así:

Aquí vemos un fragmento de la 9ª sinfonía de Beethoven. Aparece solamente la sección de viento madera. Los clarinetes en Si bemol tienen una armadura diferente al resto de los instrumentos, que no son transpositores. Sin embargo, todos suenan en la misma tonalidad.

El cambio de clave y de tonalidad podría parecer suficiente para hacer el transporte mental, pero hay una dificultad añadida: las alteraciones accidentales. Algunas de estas alteraciones podrían cambiar de signo. Imaginemos por ejemplo que una melodía en Do Mayor tiene algunas notas alteradas con sostenidos. Si transportamos la melodía a una tonalidad con varios sostenidos en la armadura (por ejemplo, a Si Mayor, que tiene 5 sostenidos), resulta evidente que no podré alterar con sostenidos aquellas notas que ya tienen sostenido en la armadura (fa, do, sol, re y la). Si quiero alterar esas notas ascendentemente, tendré que ponerles un doble sostenido y si quiero alterarlas descendentemente no les pondré un bemol, sino un becuadro. En cambio, el "si" y el "mi" no aparecen en la armadura y por eso sí podría alterarlas con un sostenido accidental.
Hay un sistema para calcular qué notas cambiarían el signo de la alteración cuando efectuamos el transporte. Es el sistema de las diferencias. Las diferencias serían aquellas notas que sí cambian el signo de la alteración con respecto a la melodía original (en el ejemplo anterior: las notas fa, do, sol, re y la). Estos son los pasos para calcular las diferencias. Lo entenderéis mejor cuando veáis el ejemplo.

Paso 1. Si la nueva tonalidad tiene más sostenidos o menos bemoles que la tonalidad original, o si pasa de bemoles a sostenidos, hablaremos de diferencias ascendentes.
Si la nueva tonalidad tiene menos sostenidos o más bemoles que la tonalidad original, o pasa de sostenidos a bemoles, hablaremos de diferencias descendentes.

Paso 2. Si las armaduras de la nueva tonalidad y de la tonalidad original son del mismo signo (las dos son de sostenidos o las dos son de bemoles), se resta el número de bemoles o de sostenidos de una y otra tonalidad. Si las armaduras son de distinto signo (una es de bemoles y otra es de sostenidos), las alteraciones de ambas armaduras se suman.
El resultado de la resta o de la suma, según corresponda, nos dará el número de diferencias (ascendentes o descendentes según lo visto en el paso 1).

Paso 3. Si las diferencias son ascendentes, llevan el mismo nombre que las notas de la serie de sostenidos que utilizamos en las armaduras (fa-do-sol-re-la-mi-si)
Si las diferencias son descendentes, llevan el nombre de las notas de la serie de bemoles (si-mi-la-re-sol-do-fa)

Paso 4: Las notas que en la nueva tonalidad coincidan con las diferencias ascendentes, cambiarán las alteraciones accidentales de la siguiente forma:
- el doble bemol pasa a bemol
- el bemol pasa a becuadro
- el becuadro pasa a sostenido
- el sostenido pasa a doble sostenido
Las notas que en la nueva tonalidad coincidan con las diferencias descendentes, cambiarán las alteraciones accidentales de la siguiente forma: 
- el doble sostenido pasa a sostenido
- el sostenido pasa a becuadro
- el becuadro pasa a bemol
- el bemol pasa a doble bemol

Veamos un ejemplo: Si pasamos de Re Mayor, que tiene 2 sostenidos, a Si Mayor, que tiene 5 sostenidos...
- las dos armaduras son del mismo signo (sostenidos), así que se restan. 5 - 2 = 3 diferencias
- como pasamos de menos sostenidos a más sostenidos (de 2 a 5 sostenidos), las diferencias son ascendentes.
- como tenemos 3 diferencias ascendentes, las notas que cambiarán el tipo de alteración accidental con respecto a la melodía original, serán las 3 primeras notas de la serie de sostenidos: "fa", "do" y "sol". El resto de notas no cambiarán el tipo de alteración accidental.
- las notas fa, do y sol de la nueva tonalidad (Si Mayor) no tendrán la misma alteración accidental que en la melodía original, sino que cambiarán de manera ascendente (el doble bemol pasa a bemol, el bemol pasa a becuadro, el becuadro a sostenido y el sostenido a doble sostenido).

Por tanto, para transportar esta melodía en Re Mayor...
...a Si Mayor, cambiamos la armadura y bajamos todas las notas una tercera. Cono tenemos 3 diferencias ascendentes, las notas "fa", "do" y "sol" de la nueva tonalidad no tendrán la misma alteración accidental que la nota correspondiente en Re Mayor. Vemos que el mi sostenido pasa a do doble sostenido y que el si bemol pasa a sol becuadro. El cambio, el resto de las notas no cambia el tipo de alteración accidental.


Es fácil calcular el número y tipo de diferencias si nos fijamos en el círculo de quintas.

Cuando avanzamos de una tonalidad a otra siguiendo el sentido de las agujas del reloj, vamos sumando diferencias ascendentes. Por ejemplo, de Sol Mayor a Mi Mayor, tenemos 3 diferencias ascendentes.
Si pasamos en la otra dirección tendremos diferencias descendentes. De Sol Mayor a Si bemol Mayor tendremos 3 diferencias descendentes.
Hay que tener cuidado con el círculo de quintas en el momento en que hacemos la enarmonía: recordemos que aunque cerremos el círculo para hacer el esquema, en realidad es como una espiral, tal como muestro en el siguiente dibujo. En el sentido de las agujas del reloj, después de Fa # Mayor no va Re b Mayor, sino Do # Mayor. En el sentido contrario, después de Re b Mayor, va Sol b Mayor.

¿Qué pasaría si tengo que transportar una melodía escrita en Si bemol Mayor (2 bemoles) una tercera menor ascendente? Pues que la melodía transportada estaría en Re bemol Mayor, con una armadura de 5 bemoles y tendríamos 3 diferencias descendentes. Por eso, cuando en Re bemol mayor escriba las notas "si", "mi" y "la" no me bastará con copiar la misma alteración que tuvieran las notas correspondientes en Si bemol Mayor, sino que cambiarán en sentido descendente (los sostenidos pasan a becuadros, los becuadros a bemoles, etc.).
Este es un tema complicado, que vemos en 2º de grado profesional. A medida que vayáis haciendo ejercicios, lo comprenderéis mejor.
Mientras preparo ejercicios nuevos sobre el transporte, os recomiendo que hagáis estos de la página www.teoria.com

Ejercicio de lectura de melodías para instrumentos transpositores

Ejercicio de escritura de melodías para instrumentos transpositores

Juego sobre los grados de la escala: ¡Canasta!

¿Te gusta la música? ¿Te gusta el deporte? ¿Serías capaz de encestar esta pelota de baloncesto? Si quieres ganar la oportunidad de encestar, tendrás que responder correctamente a las preguntas que he preparado sobre los grados de la escala. 
Seguro que los alumnos de 3º y 4º de elemental conocen todas las respuestas. Los de 2º, aunque estamos empezando el curso, también sabrán alguna respuesta. Dentro de muy poco serán capaces de contestarlo todo bien.
He elaborado este juego gracias al taller de juegos educativos del IES Teis, de Vigo.
Estas son las instrucciones del juego:

Paso 1: Número de jugadores. Una vez cargado el juego, tenéis que pinchar en la parte superior de la pantalla, para elegir 1 o 2 jugadores. Si elegís 2 jugadores, tendréis más preguntas. A mi me gusta más el modo de 2 jugadores. ¿Qué tal si jugáis con alguien de la familia? Aunque una persona diga todas las respuestas, podéis hacer turnos para encestar la pelota.


Paso 2: Elegir la respuesta correcta a la pregunta que se plantea.


Paso 3: Encestar la pelota. Es más difícil de lo que parece. Hay que hacer clic en la pelota justo cuando las 2 flechas apunten a la canasta.


Paso 4: Pulsar en la flecha de rebobinar para acceder a la siguiente pregunta.

Si queréis, podéis activar el cronómetro situado en la parte superior.

¡Adelante! Pinchad en la siguiente imagen para acceder al juego. No olvidéis seleccionar 1 o 2 jugadores. Si no, no cargarán las preguntas.


Si queréis repasar alguno de los conceptos musicales que aparecen en el juego, podéis pinchar en los siguientes enlaces:

- Grados tonales y modales (Enlace al blog
almudenalenguajemusical.wordpress.com)

Juego sobre los grados de la escala: ¡Canasta!

¿Te gusta la música? ¿Te gusta el deporte? ¿Serías capaz de encestar esta pelota de baloncesto? Si quieres ganar la oportunidad de encestar, tendrás que responder correctamente a las preguntas que he preparado sobre los grados de la escala. 
Seguro que los alumnos de 3º y 4º de elemental conocen todas las respuestas. Los de 2º, aunque estamos empezando el curso, también sabrán alguna respuesta. Dentro de muy poco serán capaces de contestarlo todo bien.
He elaborado este juego gracias al taller de juegos educativos del IES Teis, de Vigo.
Estas son las instrucciones del juego:

Paso 1: Número de jugadores. Una vez cargado el juego, tenéis que pinchar en la parte superior de la pantalla, para elegir 1 o 2 jugadores. Si elegís 2 jugadores, tendréis más preguntas. A mi me gusta más el modo de 2 jugadores. ¿Qué tal si jugáis con alguien de la familia? Aunque una persona diga todas las respuestas, podéis hacer turnos para encestar la pelota.


Paso 2: Elegir la respuesta correcta a la pregunta que se plantea.


Paso 3: Encestar la pelota. Es más difícil de lo que parece. Hay que hacer clic en la pelota justo cuando las 2 flechas apunten a la canasta.


Paso 4: Pulsar en la flecha de rebobinar para acceder a la siguiente pregunta.

Si queréis, podéis activar el cronómetro situado en la parte superior.

¡Adelante! Pinchad en la siguiente imagen para acceder al juego. No olvidéis seleccionar 1 o 2 jugadores. Si no, no cargarán las preguntas.


Si queréis repasar alguno de los conceptos musicales que aparecen en el juego, podéis pinchar en los siguientes enlaces:

- Grados tonales y modales (Enlace al blog
almudenalenguajemusical.wordpress.com)

Practicando escalas con Carl Flesch

Antes que nada, avisar que este compendio de escalas no es recomendable para principiantes.

Aqui tenéis el Método completo, podéis imprimirlo, descargarlo o solamente hojearlo. Tened paciencia porque, dado el tamaño del archivo, tardará en cargar.

Descargar (PDF, 7.74MB)

Casi nadie se libra de practicar escalas, y hay tantos métodos y guías para realizarlas que resulta difícil escoger alguna. Para este artículo he escogido este Manual, algo antiguo ya, pero que puede ser muy útil para aquellos que ya tienen cierto nivel y quieren perfeccionar mediante ejercicios técnicos de escalas, arpegios, etc. más profundos y específicos.

Porque este método es realmente amplio, recoge todas las escalas mayores y menores en todas las tonalidades y en toda la extensión del diapasón (yo no puedo con muchos de ellos) y además es descargable gratuita y legalmente (creo) de la red.

El hecho de que se han indicado diferentes tipos de digitación posible, y a que algunas de esas variantes no son demasiado amigables (al menos para mí) añaden dificultad a este tipo de ejercicio. Lo cierto es que yo llevo unos meses con ellas y tengo que avisar que no son los ejercicios más divertidos del mundo. Hacedlos despacio y con infinita paciencia, y si podéis ponerles un poco de gracia y personalidad a los ejercicios, mucho mejor

Creo que no hay mejor comentario que los propios prólogos al método editados hasta el momento. Os los traduzco.

Notas de Carl Flesch a su Primera Edición

He dudado mucho antes de decidirme a publicar mi Sistema de Escalas trasladado a todas las tonalidades. Porque nunca me ha gustado que hubiera demasiadas publicaciones de este tipo. Además, a menudo se parecen entre sí y no hay en ellas ninguna idea nueva, que es lo que debería ser su razón de existir.

En el primer volumen de mi Arte del violín había publicado una serie de esclas y acordes rotos bajo el título “El sistema de escalas” que considero constituía una significativa innovación. Había intentado dirigir el trabajo diario desde las rígidas fórmulas técnicas habituales a una visión que permitía al alumno no favorecer una parte del mecanismo en detrimento de otra, sino que le obligaba a dividir su trabajo igualmente entre las distintas combinaciones técnicas más usuales.

Además he intentado resucitar la antigua manera en la que la vieja escuela francesa realizaba las escalas, una tradición que yo seguí en casa de mi viejo profesor Eugène Sauzay.

Muchos años de práctica han fortalecido mi convicción de que gracias, a su universalidad, su concisión, este sistema no sólo constituye una garantía segura de progreso continuo sino que representa el mejor medio de economizar tiempos y esfuerzos. Para llegar a este resultado era necesario sin embargo que el alumno cambiara cada día de tonalidad, transponiendo sucesivamente el modelo en Do mayor a los demás tonos, dado que en la primera edición por falta de espacio pude publicar solamente esa tonalidad.

Tres años después he tenido la ocasión de comprobar la influencia de mi sistema sobre los estudiantes. Fue una pequeña decepción observar que la mayoría sólo trabajaban en la tonalidad de Do mayor, con lo que el efecto era mucho menor. Pero el violinista que practica en todas las tonalidades tiene una gran ventaja sobre el que se contenta con una sola, siempre la misma. Y es es la razón que me empujó a publicar el sistema completo de escalas.

Algunas observaciones útiles para la realización de los ejercicios:

    1. El sistema de escalas puede servir tanto de ejercicio de afinación como de ejercicio de velocidad. En el primer caso debe ser tocado lentamente corrigiendo cada nota fallida, en el segundo caso es necesaria cierta velocidad acorde a la técnica individual.
    2. Se debe practicar una tonalidad distinta cada día.
    3. Los modos menores en dobles cuerdas están escritas en el modo harmónico, no melódico, para hacer uso de esos intervalos de segunda aumentada que habitualmente se descuidan. Sin embargo he utilizado por contra en las escalas menores simples la forma melódica, mientras ambas variaciones han sido combinadas en las terceras partidas.
    4. A fin de aprovechar al máximo el tiempo disponible he combinado los ejercicios de escalas con los ejercicios de arco. Estos golpes de arco pueden aplicarse también en los ejercicios de dobles cuerdas, en cuyo caso los intervalos no sonarían simultaneamente, sino alternativamente.
    5. El alumno puede, si es su deseo, añadir anotaciones dinámicas.
    6. Me ha parecido útil añadir, al final de cada escala algunos ejercicios en simple o doble cuerda en armónicos, dado que se practica escasamente esta especialidad.
    7. El orden de acordes introducidos aquí son los mismos que Sevcik introdujo en su Método de violín.

Consejos y comentarios del Editor (Por Max Rostal)

Se han incluido nuevas digitaciones acordes a los nuevos gustos, y se han situado debajo de las notas, mientras que las de Flesch se encuentran sobre las notas.

Algunos dedos de Flesch corren riesgo de ser malinterpretados. Por ello, he añadido explicaciones sobre ellos.

Mis dedos no son correcciones, sino alternativas al gusto de nuestros días y que pueden usarse en alternancia con los de Flesch. No comparto la opinión de que todas las escalas deben tocarse de la misma manera, porque, por razones musicales, cada una requiere a menudo digitaciones propias y adecuadas.

He indicado a veces dedos que facilitan la interpretación pero, ocasionalmente he utilizado dedos más difíciles con el fin de que los estudiantes practiquen las excepciones o por razones técnicas. El hecho de que pasajes parecidos se digiten de forma diferente proviene de mi intención de hacer experimentar ejercicios más diversos.

Si no se indican otras alternativas, los dedos de Flesch son los válidos.

He de lamentar que ocasionalmente mis dedos no son realmente comprendidos y parecen a algunos veteranos incluso absurdos. Para mí, es evidente que los dedos más fáciles no son siempre los más musicales y juiciosos. Si aceptamos que la idea artística está subordinada a la seguridad de ejecución, la práctica del violín se vuelve más fácil.

Cuando las digitaciones no se corresponden a los estereotipos habituales y conocidos, se les declara, demasiado a la ligera, “intocables y arriesgados”, e incluso, a veces, “absurdos”. Pero, en un instrumento de cuerda, la digitación es algo más que un intento de evitar dificultades. Hay en ello una parte importante del arte de la interpretación y, si no se presentan dificultades técnicas, no se elevaría el nivel técnico para resolver los problemas de interpretación.

En los suplementos, que creo importantes, aparte de los pasajes propuestos por Flesch he usado también escalas extendidas para ser tocadas en cada cuerda de una a dos octavas, y de la escala de tres octavas a la de cuatro.  En mi versión, las formas harmónica y melódica de la escala menor se han tratado separadamente. Para los ejercicios de dobles cuerdas, añado los intervalos no tratados por Flesch, tales como los unísonos, las cuartas, quintas y séptimas, y también he extendido el uso de sextas, octavas y décimas. Para los armónicos, aparte de los tocados de la forma habitual con el primer y cuarto dedos, también incluyo ejercicios de preparación para los dobles armónicos. Se han añadido escalas de tono completo y de cuarto de tono, usadas en la música del siglo XX. La técnica de la mano izquierda incluye también pizzicato, que debe ser ampliamente estudiado.

Algunos comentarios al Prefacio de Carl Flesch

  1. Propongo practicar las escalas no sólo como ejercicio de entonación y velocidad como sugiere Flesch, sino como entrenamiento de los cambios de posición y, más adelante, de vibrato. En los ejercicios de entonación no basta con corregir cada “nota fallida o falsa nota”. Es necesario sobretodo trabajar el ataque a la nota que reconocemos falsa para conseguir, de un movimiento seguro, el tono exacto sin corrección posterior, que siempre se nota. Así, mejoramos al mismo tiempo la apreciación de las distancias y los cambios de posición. Como punto de partida, tomaremos siempre la nota que se encuentra delante del tono reconocido como fallido. En los ejercicios de cambio de posición, hay que practicar el cambio de forma inaudible, contrariamente al expresivo glisando intencionado. Una de las formas de conseguirlo es comenzar realizando el cambio de posición preferentemente en un intervalo de semitono. Si he recomendado incluir también la práctica del vibrato, no aconsejo hacerlo sin embargo en la fase en la que aún cometeríamos muchos errores de entonación. Practicar invariablemente sin vibrato como muchos profesores recomiendan es un método desfasado, en mi opinión, puesto que la entonación también debe ajustarse cuando tocamos con vibrato. Actualmente los violinistas utilizan el vibrado para reforzar la belleza tonal, la intensidad y expresividad de diversas maneras. No se trata de utilizar el vibrato porque sí, sino de evitar los errores de vibrato no intencionados e incontrolados. Demasiado a menudo, la línea de sonido de tonos iguales se interrumpe involuntariamente, sobre todo en la últimas notas antes de un cambio de posición, sobre todo si nos servimos del cuarto dedo. Esta parada del vibrato se debe casi siempre, no a razones artísticas o interpretativas, sino a cierta pereza y negligencia. Es cierto que, en este caso, el ejercicio del vibrato continuo e ininterrumpido es mi objetivo, pero eso no implica que siempre haya que aplicar el mismo tipo de vibrato.
  2. Flesch aconseja cambiar de tonalida cada día, pero eso será el esfuerzo final sólo cuando las iniciales dificultades hayan sido vencidas, cuando no se trate ya de aprender la técnica, sino de mantenerla. Al principio debemos cambiar la tonalidad como mucho dos veces por semana.
  3. El sistema de Flesch de alternar entre las escalas harmónica y melódica cuando tratamos con tonalidades menores homofónicas y dobles cuerdas, puede en algunos casos llevar a confusión. Según mi experiencia hay que separar clara y estrictamente las escalas melódica y harmónica.
  4. Antes de comenzar con los ejercicios de arco recomendados por Flesch, el estudiante debe concentrarse antes en notas ligadas para separar los problemas de la mano izquierda de los de la mano derecha. Realmente es necesario comenzar por abordar cada dificultad técnica antes de combinar varias, mucho más adelante. El sistema de escalas sirve, en primer lugar, para desarrollar la técnica de la mano izquierda. El ejercicio de legato es precisamente el punto medio más adecuado para controlar que sean inaudibles los cambios de posición y los cambios de cuerda.
  5. Antes de practicar los reguladores dinámicos, aconsejo practicar el pianissimo con una presión fuerte de los dedos de la mano izquierda para conseguir la separación de ambas manos y evitar las presiones iguales de ambas cuando deben ser distintas. Demasiado a menudo, las fuerzas de las dos manos se igualan en lugar de comportarse de forma independiente. Además, el hecho de tocar pianissimo (fenómeno psicológico curioso) aumenta la capacidad de concentración de muchos violinistas, intensificándose durante los ejercicios. No será por tanto hasta más tarde cuando los ejemplos dinámicos indicados (piano subito, forte subito, crescendo,etc.) deben ser practicados.
  6. Con respecto a los armónicos, Flesch utiliza sólo los típicos en cuartas, de modo que los estudiantes son incapaces de tocar dobles armónicos correctamente. Por ello he añadido armónicos simples en terceras mayores y menores.
  7. He usado notación gráfica para evitar la notación alemana:

arch simbols

 

Cómo practicar el Sistema de Escalas:

  1. Al principio, y durante cierto tiempo, se evitarán las variaciones indicada por Flesch sobre los golpes de arco, que se deben ejecutar legato para conseguir buenos e inaudibles cambios de posición y cambios de cuerdas. Al principio, trabajar muy lentamente sucesiones de dos notas. Con gradual y cuidadosa aceleración para llegar a ligaduras de duración de una negra, dos negras, etc…
  2. En las partes de una octava (números de 1 a 4), señaladas separadamente para cada cuerda, trabajar primer la cuerda de la posición más baja y gradualmente ir subiendo a la posición más alta. En otras palabras, no empezar siempre en la cuerda Sol o en la secuencia impersa.
  3. Para todas las escalas menores practicar separadamente el modo melódico y el harmónico.
  4. Comenzar el ejercicio de escalas cromáticas en terceras con la digitación estática.
  5. Los pizzicato se practicarán y variarán a voluntad
  6. El sistema de escalas es demasiado extenso como para ejecutarlo cada día, ni siquiera limitándonos a una sola tonalidad. Para aprovecharlo mejor se puede seguir esta planificación:

1er Día: Escalas homofónicas números 1 a 4 con extensiones, terceras, octavas normales, décimas, armónicos normales anotados como 1/4.

2º Día: Escalas homofónicas sobre 3 octavas, número 5, unísonos, cuartas, sextas, octavas normales.

3er Día: Escalas de tonos entereos, quintas, octavas normales, octavas digitadas, armónicos digitados 1/3 y 1/4.

4º Día: Escalas homofónicas números 1 a 4, escala de cuarto de tono, octavas normales, armónicos de quinta, pizzicato de la mano izquierda.

5º Día: Escalas homofónicas de 3 octavas número 5, quintas, séptimas, octavas normales digitadas, armónicos de tercera mayor.

6º Día: Escalas de tono entero, unísonos, quintas, octavas normales, armónicos en tercera menor, pizzicato.

7º Día: Escalas homofónicas sobre tres octavas número 5, terceras, quintas, octavas normales.

Según esta planificación algunas secciones no son practicadas más que una vez a la semana, mientras que otras más importantes se ejecutan dos o tres, y las octavas normales todos los días.

Pero todas las propuestas son susceptibles de modificar según las necesidades.

ecientemente, sobre todo a partir de 1980, han surgido dudas acerca de la conveniencia o necesidad de practicar escalas, quizás en una búsqueda aparentemente falsa de originalidad y a una falta de capacidad. Pero estos ejercicios han rendido servicio a generaciones de intérpretes célebres. Heifetz, por ejemplo, estaba convencido de su valor y las exigía a sus alumnos tanto como a sí mismo.

En la edición de “Ejercicios y escalas” de Engène Ysayë, los hijos del autor comentaban: “podemos afirmar por otra parte que estos “Ejercicios y escalas” constituían la base de la gimnasia técnica matinal de Eugène Ysayë, a los cuales él añadía variaciones improvisadas de deslumbrante fantasía.”

Joseph Szigeti escribió, en el prefacio de esta misma edición, que las escalas constituyen un factor tan invariable en nuestro bagaje,  que cada sistema de escalas sólo se parece a sus predecesores y contemporáneos cuando se los observa superficialmente y sin perspectiva histórica.”

Además, la necesidad de practicar sistemas de escalas se refuerza por el hecho de que, en los programas de los grandes concursos internacionales de violín, como los Yehudi Menuhin en Paris o el Fritz Kreisler de Graz, la interpretación de escalas es obligatoria.

Max Rostal, Berna, 1986

Ivry Gitlis, alumno aventajado de Carl Flesch, con su insultante facilidad.

Ejercicio de equivalencias

Tal como os prometí en la última entrada del blog, aquí tenéis un ejercicio para comprobar que entendéis perfectamente el tema de las equivalencias musicales en los cambios de compás.
Pinchad el enlace para acceder. El ejercicio consta de cuatro preguntas. Debéis pinchar en las imágenes para que se hagan más grandes. Después se cierran en la cruz y se contesta a la pregunta. Cuando terminéis las cuatro, pincháis en "finalizar" y podréis ver la corrección. ¡Suerte!

Pinchad aquí si queréis volver a leer la explicación de las equivalencias.