Existen muchos
docentes de canto que carecen de recursos para realizar una selección del repertorio adecuado para cada alumno y en muchas ocasiones dejan este tipo de labor exclusivamente en manos del alumno.
Soy de la opinión de que hay que contar con los gustos del alumno pero es necesario que el docente sepa qué puede cantar en cada momento y por tanto secuenciar las obras. Digamos que hay que llegar a un consenso pero es responsabilidad del profesor de canto hacer una buena secuenciación y saber qué tipo de dificultades se presentan en cada caso.
Para realizar esta labor los pedagogos de música empleamos el análisis técnico y el análisis didáctico de las obras. En este post voy a centrarme en el análisis técnico, en el próximo hablaré del análisis didáctico.
Este tipo de trabajo nos permitirá saber en qué curso podemos ubicar al alumno y saber qué obras son adecuadas para cada curso y nos alejará del clásico: repertorio a peso! Puesto que muchas obras no es siempre reflejo de mayores competencias vocales. Hay que procurar que lo que se haga se haga bien, nos debe importar más la calidad que la cantidad.
El análisis técnico de una canción se centra en distinguir los aspectos técnicos que va a presentar y por tanto nos orientará en tipo de trabajo que deberemos realizar para que el alumno pueda resolver la pieza con solvencia. Este análisis se centra en aspectos como: longitud de las frases y control de la respiración necesaria, tesitura, interválica que se emplea (grados conjuntos, saltos), agilidad, staccatos, picados, idioma de la canción, etc...
Si sabemos las dificultades que presenta una obra nos resultará más sencillo saber qué momento podemos abordarla con los alumnos y el trabajo previo que deberemos hacer con el alumno.