Conversando con Abisai Cruella y Prueba de Cargo, grupo de pop-rock

Abisai, la líder del grupo Prueba de Cargo, nos habla de sus influencias, de sus proyectos y su singladura en esta amena entrevista que culmina con un directo musical en acústico.

Tenemos el honor de contar con sus conocimientos especializados además en derecho musical en el equipo multidisciplinar de www.vocalcenter.es.

Entrevista al grupo de pop/rock Prueba de Cargo



Y tú de quien eres…

Es frecuente encontrar en el mundo de la música clásica biografías y currículums que obvian la labor del conjunto de los profesores que han ayudado al cantante a llegar a ser lo que es y prestan demasiada atención, excesiva, a los profesores de canto.

Dudo mucho que haya sido sólo labor del profesor de canto enseñar: lenguaje musical, armonía, historia de la música, estética, idiomas, piano, escena, repertorio, y un largo etcétera, siendo todas estas materias competencias necesarias para la formación integral de un cantante, sin las cuales quedaría totalmente limitado.

Antaño era responsabilidad de un único profesor la formación integral del músico y tenía sentido citar a un único profesor, era una época artesanal, podríamos decir, de la enseñanza musical. Hoy en día es un vasto conjunto de profesionales los que están implicados en la formación musical y todos ellos merecen un sitio igual, pues la aportación de cada uno es igual de imprescindible. 

Recuerdo con especial cariño a los profesores que me animaron a seguir en los momentos difíciles, como Carlos Gimeno, Agustín Manuel Martínez, Pilar Fuentes, Mariela Gómez Pardo, Francesca Roig, Alan Branch, Alba Rosa Forasté, Tomás Gilabert, Miguel Gironés, Mª Carmen Sansaloni, Gabriel y Santiago Casero, Luciana Serra, Manel Ruiz... Todos ellos creyeron en mí y me aportaron muchísimo en mis estudios. A todos ellos debo gratitud por siempre y admiración por su labor bien hecha.

Me parece justo que hagamos de vez en cuando un examen de conciencia y, aunque sea en privado, les reconozcamos a esos profesores su aportación en nuestro crecimiento.

Cats, II parte. Por Guillermo Názara

A continuación os presentamos la segunda parte del reportaje sobre Cats por nuestro autor invitado Guillermo Názara. Podéis seguirle en su twitter @MrNazara y en su canal de Youtube

Una vez más, Andrew Lloyd Webber se encontraba al borde de la desesperación. La fama y admiración por las que tanto había trabajado pendían de un agrietado hilo condenado a partirse. Todo habían sido problemas desde que había decidido embarcarse en el ambicioso –o, como la mayoría lo veían, absurdo- proyecto de convertir en un musical un viejo y olvidado repertorio de poemas infantiles. Y aun así, después de meses de constantes decepciones, ni siquiera había perdido un ápice de las ganas de seguir con aquella locura. 

La llamada de Cameron Mackintosh, el productor, era la cumbre de una gigantesca –y muy a su pesar, creciente- montaña de infortunios que habían acompañado a la obra desde su origen. A decir verdad, solo Andrew seguía teniendo fe en ella; estaba claro que algo que desde el principio había recibido tan mala acogida estaba destinado a fracasar. Pero el joven compositor no estaba dispuesto a abandonar aquello en lo que había volcado tanta dedicación, esfuerzo y, sobre todo, ilusión. Días después de hablar con Mackintosh, Andrew desembolsó varios millones de libras para que sus gatos pudieran hacerse un hueco en el West End.

Fueron semanas de intenso trabajo, en las que los miembros del equipo creativo tuvieron que ir a contrarreloj para cumplir con las exigentes fechas impuestas por la dirección del teatro. Tan solo disponían de cinco semanas para ensayar una pieza en la que cada movimiento, cada gesto debían ser coreografiados. Si bien memorizar todos esos pasos iba a ser una ardua y complicada tarea para el ensamble, diseñarlo en tan poco tiempo era una misión prácticamente imposible. 

Pero hacía tiempo que Cameron Mackintosh tenía su mente fijada en una persona; para él, la única capaz de asumir el irrealizable reto de preparar más de dos horas de baile en prácticamente un mes. Gillian Lynne había logrado hacerse un nombre gracias a las vanguardistas danzas que había creado para el Royal Ballet de Londres. Precisamente fue esa fusión de estilos la que captó la atención del productor, quien estaba convencido de que era exactamente lo que necesitaba una partitura tan ecléctica como la de Andrew.

Sin embargo, la innovadora artista no estaba dispuesta a aceptar ningún proyecto durante una temporada, aunque viniera de la mano de Lloyd Webber. Después de haber trabajado sin descanso en varios montajes, Lynne se acababa de casar y había decidido tomarse uno periodo sabático para disfrutar de su nueva vida en pareja. No obstante, Mackintosh no iba a permitir que la mejor oportunidad que tenía para llevar la obra a buen puerto se escapara de sus manos tan fácilmente. 

Tras haber recibido incontables negativas, Mackintosh consiguió convencer a Lynne para que, al menos, escuchara la partitura. Haciendo de tripas corazón, la coreógrafa aceptó darle una oportunidad a la cinta que Cameron le había enviado, en la que se oía al propio Andrew interpretando sus canciones al piano -con él mismo haciendo todos los personajes-. Acompañada de un ejemplar del poemario de Eliot, Lynne comenzó a darse cuenta de que lo estaba sonando ahí distaba mucho de aquella anodina pieza que se había imaginado. La bailarina estaba impresionada con la maestría con la que Andrew había musicalizado los versos del autor galés, cuyas letras parecían estar escritas específicamente para sus melodías. Quizás el talento del compositor era el único requisito que Lynne precisaba para cambiar de idea…

Los castings comenzaron de forma inmediata. En cuestión de días, los creadores tenían que encontrar a un elenco de más de veinte personas capaz de soportar las duras exigencias tanto vocales como actorales que Cats suponía en cada función. Si ya reunir intérpretes de tal calibre en Broadway era una proeza, encontrarlos en el West End de los años 80 sería un auténtico milagro. Si de algo tenían fama los ingleses era de la falta de preparación de sus bailarines; ningún musical de danza británico había cosechado éxito en ningún lado. No iba a ser nada fácil hacer desaparecer tan vergonzosa y -para los componentes de esta obra- problemática realidad.

Flor Bobadilla: Premio Concurso Internacional OnLine ‘La Brujula del Canto"

Flor Bobadilla Oliva, cantante-actriz de Misiones, Argentina, nos remitió este vídeo en el Bebop Club interpretando su versión de "Sabana", tonada Venezolana de Simón Díaz. Canta con muchos recursos vocales de estilo moderno, con mucho sentimiento y es destacable su rico registro de pecho. Enhorabuena! 

La acompañan:
Ignacio Amil - Piano
Juan Bayon - Contrabajo
Pipi Piazzolla - Bateria

El próximo día veinte el siguiente premiad@. Si quieres presentarte consulta las bases del concurso en el icono superior izquierdo.

Mímica vocal para niños

La introducción del lenguaje musical en los niñ@s se puede realizar de una manera intuitiva a través de los gestos que el profesor/a realiza con las manos pudiéndose tener como referencia el archifamoso sistema Kodály.

Estos gestos se hacen en la misma posición respecto al cuerpo, es decir, cada gesto es una altura pero no se asocia a subir la mano o bajar la mano.

Subir las manos y bajarlas podría inducir a los niñ@s a modificar su postura, especialmente de la cabeza y cuello, para emitir. Este hecho es incompatible con una manera de cantar sana.

A cada gesto Kodály le corresponde una nota musical. Este sistema es un paso intermedio entre el canto libre y el aprendizaje de la lecto-escritura musicales y es de gran utilidad para que los niños comprendan conceptos demasiado abstractos para ellos.

Por otro lado aprenden a afinar correctamente los intervalos y esto les facilita después la lectura en un pentagrama.

Os dejamos un vídeo de esta fononimia: