Ya está abierto el plazo de inscripción de los XVI Cursos de verano “Música y Naturaleza” que se celebrarán en agosto de este año en Cabra (Córdoba).
Tenéis toda la info en: http://www.musicaynaturaleza.com/angel/index.php
Ya está abierto el plazo de inscripción de los XVI Cursos de verano “Música y Naturaleza” que se celebrarán en agosto de este año en Cabra (Córdoba).
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Después de meses de trabajo, de dificultades técnicas, de idas y venidas… por fin podemos presentaros el proyecto que estábamos desarrollando.
Por el mes de octubre, se nos pasó por la cabeza el desarrollar cuentos infantiles para dispositivos táctiles y ordenador. Pensaréis que para qué si ya existen muchos. Y tenéis razón, pero no todos cumplían con nuestras necesidades. Cuentos con audio hay algunos, con actividades menos pero también, con juegos y pasatiempos, menos y totalmente bilingües accesibles con un sólo botón? Ni hablar de algún desarrollo que lo agrupara todo. Esa fue nuestra idea.
Nuestra pregunta inicial fue: ¿seremos capaces de hacer un cuento actual, donde se fomenten valores tan necesarios en la actualidad, de temática musical y donde tengan cabida actividades de comprensión lectora, de discriminación tímbrica y rítmica, con pasatiempos y “retos”, totalmente bilingüe, con música y locuciones…?
Así surge Musikawa Tales. Un grupo de amigos, docentes en su mayoría, en el que queremos, a través de la lectura desde edades tempranas, de los cuentos para niños, estimular su creatividad y su imaginación, hacer del cuento, y del aspecto lúdico del mismo, una excusa para el aprendizaje, para la adquisición de valores y del desarrollo cognitivo a través del arte y de la música.
En un principio, buscamos al escritor. Tenía mucho que contar y nos sorprendió con su historia. Hablo de nuestro amigo y compañero Luis Enrique Ibáñez. Siguió Joaquín, econ el desarrollo de la botonera del cuento y las distintas webs del proyecto (Facebook, por ejemplo).
Zoraida se encargó de la selección musical y comenzó con la grabación del cuento. Inma Calvillo empezó con el desarrollo de las distintas actividades, los pasatiempos y los “retos”. Miryam se agregó en Enero y la historia empezó a coger color. Y finalmente, Ada con la traducción y las voces en inglés. Éramos un equipo, somos un equipo.
Así nace, crece y se desarrolla “Andrea y el violín que lloraba”, nuestro primer cuento interactivo, pero paralelamente, también así nace Musikawa Tales.
Las distintas webs del proyecto:
Probablemente muchos ya conoceréis este libro que impactó en el mundo académico hace ya unos años. La enseñanza tradicional basaba gran parte de su eficacia en la adquisición de automatismos, más o menos inconscientes y habilidades a menudo puramente físicas o acrobáticas. Cambiando el paradigma del modo en que nos relacionamos con el instrumento, Dominique Hoppenot busca conectar con todos aquellos violinistas cuya relación con su instrumento constituye una historia tormentosa de sufrimiento, esfuerzo frustrante, esperanzas contrariadas. Hoppenot propone trabajar desde nuestro interior, analizando, de forma concienzuda y pormenorizada, pero también con increíble optimismo y entusiasmo, todos los factores que definen los éxitos o los fracasos, las barreras mentales, la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno. Todo ello en una búsqueda interior de la armonía, de la realización personal plena, no sólo con el violín, sino con nuestro propio cuerpo.
Su lectura es fascinante para cualquier estudiante de violín, pero especialmente útil para todos aquellos que ya tienen cierta experiencia, un recorrido vital que a menudo los tiene insatisfechos y les ha hecho perder la ilusión inocente por la música. Salvo los excepcionalmente dotados por naturaleza, todo violinista ha sentido alguna vez ese bloqueo, impotencia ante ciertas empinadas cuestas que parecen volverse infranqueables, frustraciones con las que, si no las sabemos enfrentar, pueden terminar enquistando en nuestro espíritu un rechazo hacia el instrumento y hacia su cruel y constante exigencia de disciplina y trabajo.
“Se trata de un libro precursor cuya originalidad colmará a unos, inquietará a otros, pero cuyo contenido se convertirá mañana en evidencia para quien busca… y se busca.”
Pero se confunde quien piensa que la autora preconiza una forma indolente o relajada de aprender. Su relajación siempre es activa y ella no deja de alabar la obra del supuestamente prusiano Sevcik, cuyos ejercicios aconseja con entusiasmo.
Seguramente, el estudio del violín es uno de los caminos que más frecuentemente se abandona. Es fácil conocer a alguien que, al saber de nuestra dedicación, nos confiesa: “yo estudié un par de años, pero lo dejé”.
No diré que en “El violín interior” se encuentran las soluciones para evitar todas las trampas del camino y llegar a un final feliz. No es un libro de recetas ni de trucos fáciles que tanto se llevan ahora en internet. Pero sí que es inspirador, y que nos muestra como mínimo “la actitud” necesaria para conseguir lo que en definitiva debería ser siempre el objetivo final: la felicidad de hacer buena música, música hecha con el alma.
Cómo relajarse de forma positiva, cómo sentir el cuerpo como una unidad global, cómo estar en equilibrio, qué actitud hay que adoptar al tocar, cómo manejar el miedo, cómo enseñar…
Un texto imprescindible para alumnos, profesores y aficionados.
Os recomiendo que compréis el libro y lo tengáis presente para ojearlo de vez en cuando, pero aun así os dejo esta versión que podéis ir leyendo.
Antes que nada, avisar que este compendio de escalas no es recomendable para principiantes.
Aqui tenéis el Método completo, podéis imprimirlo, descargarlo o solamente hojearlo. Tened paciencia porque, dado el tamaño del archivo, tardará en cargar.
Casi nadie se libra de practicar escalas, y hay tantos métodos y guías para realizarlas que resulta difícil escoger alguna. Para este artículo he escogido este Manual, algo antiguo ya, pero que puede ser muy útil para aquellos que ya tienen cierto nivel y quieren perfeccionar mediante ejercicios técnicos de escalas, arpegios, etc. más profundos y específicos.
Porque este método es realmente amplio, recoge todas las escalas mayores y menores en todas las tonalidades y en toda la extensión del diapasón (yo no puedo con muchos de ellos) y además es descargable gratuita y legalmente (creo) de la red.
El hecho de que se han indicado diferentes tipos de digitación posible, y a que algunas de esas variantes no son demasiado amigables (al menos para mí) añaden dificultad a este tipo de ejercicio. Lo cierto es que yo llevo unos meses con ellas y tengo que avisar que no son los ejercicios más divertidos del mundo. Hacedlos despacio y con infinita paciencia, y si podéis ponerles un poco de gracia y personalidad a los ejercicios, mucho mejor
Creo que no hay mejor comentario que los propios prólogos al método editados hasta el momento. Os los traduzco.
He dudado mucho antes de decidirme a publicar mi Sistema de Escalas trasladado a todas las tonalidades. Porque nunca me ha gustado que hubiera demasiadas publicaciones de este tipo. Además, a menudo se parecen entre sí y no hay en ellas ninguna idea nueva, que es lo que debería ser su razón de existir.
En el primer volumen de mi Arte del violín había publicado una serie de esclas y acordes rotos bajo el título “El sistema de escalas” que considero constituía una significativa innovación. Había intentado dirigir el trabajo diario desde las rígidas fórmulas técnicas habituales a una visión que permitía al alumno no favorecer una parte del mecanismo en detrimento de otra, sino que le obligaba a dividir su trabajo igualmente entre las distintas combinaciones técnicas más usuales.
Además he intentado resucitar la antigua manera en la que la vieja escuela francesa realizaba las escalas, una tradición que yo seguí en casa de mi viejo profesor Eugène Sauzay.
Muchos años de práctica han fortalecido mi convicción de que gracias, a su universalidad, su concisión, este sistema no sólo constituye una garantía segura de progreso continuo sino que representa el mejor medio de economizar tiempos y esfuerzos. Para llegar a este resultado era necesario sin embargo que el alumno cambiara cada día de tonalidad, transponiendo sucesivamente el modelo en Do mayor a los demás tonos, dado que en la primera edición por falta de espacio pude publicar solamente esa tonalidad.
Tres años después he tenido la ocasión de comprobar la influencia de mi sistema sobre los estudiantes. Fue una pequeña decepción observar que la mayoría sólo trabajaban en la tonalidad de Do mayor, con lo que el efecto era mucho menor. Pero el violinista que practica en todas las tonalidades tiene una gran ventaja sobre el que se contenta con una sola, siempre la misma. Y es es la razón que me empujó a publicar el sistema completo de escalas.
Algunas observaciones útiles para la realización de los ejercicios:
Se han incluido nuevas digitaciones acordes a los nuevos gustos, y se han situado debajo de las notas, mientras que las de Flesch se encuentran sobre las notas.
Algunos dedos de Flesch corren riesgo de ser malinterpretados. Por ello, he añadido explicaciones sobre ellos.
Mis dedos no son correcciones, sino alternativas al gusto de nuestros días y que pueden usarse en alternancia con los de Flesch. No comparto la opinión de que todas las escalas deben tocarse de la misma manera, porque, por razones musicales, cada una requiere a menudo digitaciones propias y adecuadas.
He indicado a veces dedos que facilitan la interpretación pero, ocasionalmente he utilizado dedos más difíciles con el fin de que los estudiantes practiquen las excepciones o por razones técnicas. El hecho de que pasajes parecidos se digiten de forma diferente proviene de mi intención de hacer experimentar ejercicios más diversos.
Si no se indican otras alternativas, los dedos de Flesch son los válidos.
He de lamentar que ocasionalmente mis dedos no son realmente comprendidos y parecen a algunos veteranos incluso absurdos. Para mí, es evidente que los dedos más fáciles no son siempre los más musicales y juiciosos. Si aceptamos que la idea artística está subordinada a la seguridad de ejecución, la práctica del violín se vuelve más fácil.
Cuando las digitaciones no se corresponden a los estereotipos habituales y conocidos, se les declara, demasiado a la ligera, “intocables y arriesgados”, e incluso, a veces, “absurdos”. Pero, en un instrumento de cuerda, la digitación es algo más que un intento de evitar dificultades. Hay en ello una parte importante del arte de la interpretación y, si no se presentan dificultades técnicas, no se elevaría el nivel técnico para resolver los problemas de interpretación.
En los suplementos, que creo importantes, aparte de los pasajes propuestos por Flesch he usado también escalas extendidas para ser tocadas en cada cuerda de una a dos octavas, y de la escala de tres octavas a la de cuatro. En mi versión, las formas harmónica y melódica de la escala menor se han tratado separadamente. Para los ejercicios de dobles cuerdas, añado los intervalos no tratados por Flesch, tales como los unísonos, las cuartas, quintas y séptimas, y también he extendido el uso de sextas, octavas y décimas. Para los armónicos, aparte de los tocados de la forma habitual con el primer y cuarto dedos, también incluyo ejercicios de preparación para los dobles armónicos. Se han añadido escalas de tono completo y de cuarto de tono, usadas en la música del siglo XX. La técnica de la mano izquierda incluye también pizzicato, que debe ser ampliamente estudiado.
1er Día: Escalas homofónicas números 1 a 4 con extensiones, terceras, octavas normales, décimas, armónicos normales anotados como 1/4.
2º Día: Escalas homofónicas sobre 3 octavas, número 5, unísonos, cuartas, sextas, octavas normales.
3er Día: Escalas de tonos entereos, quintas, octavas normales, octavas digitadas, armónicos digitados 1/3 y 1/4.
4º Día: Escalas homofónicas números 1 a 4, escala de cuarto de tono, octavas normales, armónicos de quinta, pizzicato de la mano izquierda.
5º Día: Escalas homofónicas de 3 octavas número 5, quintas, séptimas, octavas normales digitadas, armónicos de tercera mayor.
6º Día: Escalas de tono entero, unísonos, quintas, octavas normales, armónicos en tercera menor, pizzicato.
7º Día: Escalas homofónicas sobre tres octavas número 5, terceras, quintas, octavas normales.
Según esta planificación algunas secciones no son practicadas más que una vez a la semana, mientras que otras más importantes se ejecutan dos o tres, y las octavas normales todos los días.
Pero todas las propuestas son susceptibles de modificar según las necesidades.
ecientemente, sobre todo a partir de 1980, han surgido dudas acerca de la conveniencia o necesidad de practicar escalas, quizás en una búsqueda aparentemente falsa de originalidad y a una falta de capacidad. Pero estos ejercicios han rendido servicio a generaciones de intérpretes célebres. Heifetz, por ejemplo, estaba convencido de su valor y las exigía a sus alumnos tanto como a sí mismo.
En la edición de “Ejercicios y escalas” de Engène Ysayë, los hijos del autor comentaban: “podemos afirmar por otra parte que estos “Ejercicios y escalas” constituían la base de la gimnasia técnica matinal de Eugène Ysayë, a los cuales él añadía variaciones improvisadas de deslumbrante fantasía.”
Joseph Szigeti escribió, en el prefacio de esta misma edición, que las escalas constituyen un factor tan invariable en nuestro bagaje, que cada sistema de escalas sólo se parece a sus predecesores y contemporáneos cuando se los observa superficialmente y sin perspectiva histórica.”
Además, la necesidad de practicar sistemas de escalas se refuerza por el hecho de que, en los programas de los grandes concursos internacionales de violín, como los Yehudi Menuhin en Paris o el Fritz Kreisler de Graz, la interpretación de escalas es obligatoria.
Max Rostal, Berna, 1986
Ivry Gitlis, alumno aventajado de Carl Flesch, con su insultante facilidad.