Desarrollando una relación natural con el violín.

El objetivo de los siguientes ejercicios es ayudar a que los estudiantes experimenten nuevas sensaciones cinestésicas. Estos ejemplos prácticos permiten a los estudiantes identificar hábitos subconscientes y relajar tensiones. Una vez se han interiorizado esas sensaciones cinestésicas, los estudiantes pueden revivirlas al practicar practicar simplemente reviviendo la sensación de dejarse ir, hasta que se convierte en una segunda naturaleza durante la ejecución.

Estos son algunos conceptos generales a tener en cuenta al realizar los ejercicios:

  • Cuando nos concentramos en un tema determinado, a veces nos olvidamos de que cualquier movimiento es el resultado de un enfoque global. Si bien es beneficioso aislar los movimientos durante los ejercicios, también hay que tener en cuenta todo el cuerpo desde el principio, sintiéndolo por entero.
  • Durante la práctica, evita repetir y repetir y repetir con la esperanza de lograr una respuesta “automática” que simplemente “suceda en algún momento” durante la ejecución. Interpretar es como conducir en una carrera de Fórmula 1. Hay que estar concentrado en el presente, desde la misma línea de salida. Es necesario ejecutar pasajes sintiendo a cada momento las señales de nuestro cuerpo. Si bien es cierto que el trabajo en la sala de práctica nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, no debemos repetir pasajes una y otra vez mecánicamente. Piensa en la forma en que aprendemos a caminar. No realizamos movimientos aislados y otra vez. Nos caemos mucho, pero sin frustrarnos, y nos ponemos de pie de nuevo. La forma en que los niños utilizan sus cuerpos, con mucha energía pero poca tensión, nos puede enseñar mucho.
  • Muchas personas contraen o preparan sus cuerpos antes de moverlos en la suposición inconsciente de que esto mejorará la precisión. Sin embargo, el cuerpo es mucho más preciso y está más cómodo cuando no se tensa antes de iniciar un movimiento. Para corregir esto, el profesor pedirá al alumno que pare en medio de una pieza, dejando el arco y el instrumento. Después le pedirá que separe las rodillas, suelte el cuello, afloje la mandíbula, permita que los brazos se muevan tras la espalda, gire el torso hacia la izquierda, y después continúe tocando. Es perfectamente aceptable que el estudiante consiga uno de los cambios cada vez, hasta que finalmente los incorpore todos al mismo tiempo.
  • A veces, al tocar, bloqueamos nuestra respiración durante un momento sin darnos cuenta. No dejes de respirar al tocar, ni al realizar los siguientes ejercicios. Recuerda que para todos los ejercicios* que siguen, el objetivo es experimentar una conciencia cinestésica, en vez de buscar una posición o un movimiento físico concreto.
Ejercicio de relajación 1

Deja que tu cabeza vaya en diferentes direcciones. No muevas la cabeza voluntariamente, deja que la gravedad se encargue de la fuerza. El profesor también podría guiar la cabeza, avisando al estudiante cada vez que se sienta resistencia.

Ejercicio de relajación 2

Inclina un poco la cabeza, pero no presiones sobre el violín. Siente lo poco que hace falta para “sostener” el violín.

Ejercicio de relajación 3

Toca con la cabeza fuera del violín (sin que toque el violín).

Ejercicio de relajación 4

Habla, o lee algo mientras tocas para asegurarte de que no estás apretando los dientes.

Ejercicio de relajación 5

Reposa el codo izquierdo sobre el atril. Concéntrate en el peso disfrutando del apoyo. Pide a alguien que te sostenga el brazo y deja que su peso actúe. Te informará de si estás relajado o no. Experimenta la diferencia entre presionar hacia abajo y dejar caer.

Ejercicio de relajación 6

Balancea tu codo izquierdo dentro y fuera para cerciorarte de que no estás atascado en una postura incorrecta.

Ejercicio de relajación 7

Sin el violín, deja tu mano izquierda floja, dejándola caer hacia fuera de tu cuerpo. Recuerda esa sensación cuando sostengas el violín.

Ejercicio de relajación 8

No aprietes la mano izquierda. Usa las articulaciones como los teclas de un piano. Algo así como al sostener un vaso de agua, no aprietes más de lo necesario. Este principio se aplica también a la mano derecha.

Ejercicio de relajación 9

Practica la relajación de la mano izquierda colocando un rotulador grueso o un corcho entre el pulgar y el mástil, e igualmente entre los dedos y las cuerdas.

Ejercicio de relajación 10

Asegúrate de que el movimiento principal de los dedos de la mano izquierda ocurra en la articulación de la mano con la base de los dedos. Al principio muchas personas tienen una conciencia escasa y limitada de esta articulación. Aunque la mayoría se fijan en la línea que forma la mano sirve de base a los dedos, al mirar nuestras manos desde un lado, nos damos cuenta de que las articulaciones están más bajas que eso. Incluso, si consideramos el esqueleto, recordemos que los huesos de los dedos ahora nacen en la muñeca.

Tener conciencia de la ubicación de las articulaciones nos puede ayudar a entender y a sentir como funcionan los movimientos de la mano derecha, y podemos también mejorar la forma en que la usamos.

Ejercicio de relajación 11

Suelta el pulgar izquierdo de vez en cuando un rato. Muévelo en círculos para asegurarte de que está relajado y ayudando a los otros dedos, y no aferrándose a un acantilado para salvar la vida o estrangulando el cuello del violín.

Ejercicio de relajación 13

Practica las extensiones mediante la relajación/liberación de los músculos, en vez de empujarlos forzando su alcance. Al final, intenta encontrar digitaciones que no creen tensiones que puedan llevarte a fallar en la interpretación. Prueba con retro extensiones entre dedos para descubrir cómo se puede llegar más lejos soltando en vez de tensionando.

Ejercicio de relajación 14

El pulgar en posiciones altas: plantéate relajar el pulgar para tener la mano en una postura cómoda. (Nota: sin almohadilla esto podría no ser posible). La mano necesita estar libre para tocar afinado y para que los dedos tengan facilidad de movimiento.

Ejercicio de relajación 15

Imagina que el arco es una espada y juega con ella, moviéndola por el aire, dejando cada parte de tu cuerpo relajada. (Esto es un gran ejercicio para principiantes, así ganan confianza con el arco como una extensión de sus cuerpos).

Ejercicio de relajación 16

Imagínate que tienes un balón bajo el brazo. Mantén esa sensación de facilidad cuando toques.

Ejercicio de relajación 17

Mueve el codo derecho arriba y abajo, intentando conocer los extremos de esa zona, asegurándote de no quedarte anclado en una posición.

Imagina que hay una mosca posada sobre una cuerda. Imagina ahora que tu mano es la mosca y tu brazo es la cuerda flexible que la deja ir a cualquier sitio sin resistirse. Compara esta sensación intentando alcanzar esos lugares desde tu hombro.

Ejercicio de relajación 18

Reposa (sin moverlas) diferentes partes del brazo y mueve otras articulaciones para “entrar en contacto” con tu cuerpo y desarrollar más herramientas de relajación. Puedes usar un atril para sujetar el codo, antebrazo o mano, para trabajar una parte específica, relajando el resto.

Ejercicio de relajación 19
  • Ejercicios de arco para despertar los dedos y ser más consciente de cómo se mueven y sienten. Recomiendo realizar estos ejercicios con el brazo derecho recto y de frente, en un ángulo de 90º con el cuerpo. También es buena idea hacerlo con un bolígrafo en vez de con el arco.
  • Limpiaparabrisas: utiliza sólo el meñique para realizar este movimiento.
Ejercicio de relajación 20

Mueve el arco arriba y abajo. El pulgar y los otros cuatros dedos lo realizan al expandirse y contraerse.

Ejercicio de relajación 21

Mueve el arco arriba y abajo usando un patrón diagonal de dedos. Comienza con una sujeción normal del arco. Muévelo abajo y al frente (los dedos en dirección a la punta del arco), volviendo luego a la posición inicial; entonces hacia abajo y atrás (con los dedos en dirección a la nuez). Repite.

Ejercicio de relajación 22

Levanta cada uno de los dedos repetidamente.

Ejercicio de relajación 23

Levanta diferentes combinaciones de dedos repetidamente. (Por ejemplo, el índice y anular, medio y meñique, etc.) Toca utilizando diferentes combinaciones para experimentar las diferentes funciones de cada dedo.

Ejercicio de relajación 24

Sostén el arco sin emplear el pulgar. Mueve el pulgar libremente en círculos. Haz esto sobre una cama para prevenir que el arco se te pudiera caer. (Truco: el dedo medio sujeta el arco por abajo, y el resto desde arriba).

Ejercicio de relajación 25

Empuja el pulgar con otro dedo para asegurarte de que la articulación es flexible y no está bloqueada.

Ejercicio de relajación 26

Camina con tus dedos, hacia la punta. Mueve los dedos en este orden: índice, medio, pulgar, anular, meñique. El arco no se debe mover. Puedes intentar algunos de estos ejercicios sosteniendo el arco por otro sitio, más cerca de la punta. Tu meñique tendrá que trabajar duro.

Ejercicio de relajación 27

Camina mientras estás tocando.

Ejercicio de relajación 28

Mientras estás tocando, agáchate y yérguete flexionando las piernas.

Ejercicio de relajación 29

Rota tus caderas mientras tocas.

Ejercicio de relajación 30

Rota el torso mientras tocas. El objetivo de estos ejercicios es asegurarte de que no estás bloqueando ninguna parte de tu cuerpo.

*Cualquier lesión producida por la correcta o incorrecta realización de estos ejercicios es únicamente responsabilidad de la persona que los realice. Tomás Cotik y sus colaboradores no asumen ninguna responsabilidad por daños al instrumento y/o arco causados al realizar estos ejercicios.


Algunos conceptos son descritos en profundidad en los siguientes artículos:

  • William Conable, “The Alexander Technique,” Journal of the Violin Society of America, 13, no. 1 (1993), 126-132.
  • Charles Jay Stein, “The Alexander Technique: Its Basic Principles Applied to the Teaching and Performing of Stringed Instruments,” American String Teacher, 49:3 (August 1999), 75-77.

 

  • Fotos: So-Ming Kang
  • Estudiante, modelo y ayudante: Patricia Jancova
  • Fuente original del artículo: The Strad

Nuevo canal de vídeos didácticos

Ya podéis visitar y suscribiros al nuevo canal de YouTube de "El Aula Musical de Adriana".
En él iré subiendo vídeos didácticos sobre música, en español e inglés. Ya están disponibles los primeros vídeos de las series:
- conceptos musicales
- práctica de lectura rítmica y entonación
El primer vídeo de la serie "conceptos musicales" explica la noción de pulso musical, la duración de las figuras y el trabajo con metrónomo. Próximamente, compases musicales.



La serie "práctica de lectura y entonación" es la verdadera razón por la que me he decidido a elaborar vídeos didácticos. Cuando abrí este blog, apenas se encontraban ejercicios de teoría y dictado musical en Internet. Afortunadamente, con los años han ido surgiendo muchos ejercicios, tanto aquí como en otros blogs y webs. Sin embargo, todavía hay pocos recursos útiles para ejercitar la lectura rítmica y la entonación. Esperemos que esta serie pueda ayudaros en estos ámbitos.
El primer vídeo elaborado (que no será el más básico de la serie, pues pronto habrá otros más sencillos y más complejos), trata el silencio de corchea, combinado con negras, corcheas y silencios de negra.
La dinámica de trabajo es la siguiente. Se presentan varios ejercicios, con tiempo suficiente para que el estudiante realice las siguientes tareas:
1- lectura mental
2 - lectura rítmica o entonación en voz alta.
3 - escucha del ejercicio entonado, para comprobar si se ha cantado igual.
4 - entonación en voz alta, imitando el modelo que se acaba de escuchar.
Todo ello escuchando el metrónomo (va a 60) y marcando el compás.



Espero que disfrutéis de los vídeos y que os suscribáis al canal.

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EL PÁJARO DE MADERA

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Dentro del ciclo de conciertos familiares de “El club de Musizón“, en la Escuela de Música “MUSICAEDUCA” de JJMM de Alcalá de Henares.

http://www.musicaeduca.es

C/ Ronda Fiscal 38

Alcalá de Henares


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CONVERSACIONES CON… CHRISTIAN ÁLVAREZ

Ya tenemos aquí la entrevista del mes de enero.

Se trata del clarinetista y profesor Christian Álvarez.

Arriesgándome a parecer una “abuela cebolleta”, como siempre os cuento cómo conocí al entrevistado. Casualmente, él también ha querido reseñarlo en la entrevista, así que tendréis las dos versiones!

Conocí a Christian de una manera casual, en un concierto del “Trio di Clarone” en la Konzerthaus de Viena, donde presentaban, junto con Michael Riessler, su proyecto “Bach in 1 hour”. Por casualidad nos tocaron entradas contiguas, y así nos conocimos, junto con otros compañeros que por aquel entonces también estudiaban por allí. Tener como nexo común el clarinete y a nuestro Profesor José Vicente Herrera, nos hizo congeniar enseguida. Es por esto que esta entrevista me hace especial ilusión.

Christian es un clarinetista con una técnica solidísima, que sólo pasa desapercibida cuando la Música que hace la relega a un segundo plano.

Escuchad: KÓVACS, HOMENAJE A RICHARD STRAUSS

Nombre completo: Christian Álvarez Patón

Lugar de nacimiento: Cuenca

Fecha de nacimiento: 26-11-1974

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¿Puedes hablarnos de tus inicios en la música y en especial con el clarinete?

Desde muy pequeño he tenido una atracción incontenible hacia la música y lo que ella me hacía sentir. Me fascinaba el hecho de escuchar cualquier pieza y que ésta me pudiese hacer sentir alegre, triste o lleno de energía. Escuchaba música bien en “casets”, televisión o radio y antes de iniciar estudios ya reproducía de oído lo que escuchaba, bien con la típica flauta del cole o en teclados “Casio” tan populares del momento, dando en casa unas “tabarras” de cuidado a mi familia, que me sufría con cariño. Agradezco hablar contigo sobre esto porque me hace recordar y traer de vuelta el cariño y la paciencia que mis padres me prestaban. Veo el reflejo en mis hijos, que me sorprenden cuando escuchamos música en el coche y a Eva, que tiene dos añitos, la encuentras en su sillita con lágrimas en las mejillas diciéndote “toy tiste”, ante una preciosa pieza como  “Goodbye” de Jan A. P. Kaczmarek de la Banda Sonora “Siempre a tu lado Hachiko”.

A los 8 años mis padres me matricularon en la “Academia de Música del Ayuntamiento de Cuenca”. Elegí el Clarinete porque en el pueblo de mi familia paterna, Benaguacil (Valencia), tenía dos tíos clarinetistas (uno en la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y otro profesor de Conservatorio en Valencia) y por ellos ya conocía el precioso timbre de nuestro instrumento.

 

¿Cómo, cuándo, de qué manera te diste cuenta de que te dedicarías a la música? ¿Fue algo premeditado o más bien te dejaste llevar?

            Al comenzar de manera tan temprana siempre supe que formaría parte de mi vida. No sabía de qué manera, pero era indiscutible que iba tan pegada a mí como mi piel. Con trece años y ya en el “Instituto” dije a mis padres que iba a ser clarinetista. Ellos siempre me apoyaron. Entendía necesario tener una amplia cultura y conocimientos sobre los que sustentar mi carrera musical, pero como todos los de mi época sabéis, la comprensión a los músicos en la Enseñanza Obligatoria era nula, por ignorancia y desconocimiento. Una frase muy recurrente de mis profesores de Instituto era: “Deja de perder el tiempo con esa flauta negra. De eso no vas a vivir”. Anecdóticamente os cuento con qué cara de estupefacción me encontré años después a algunos de ellos recibirme con aplausos desde las butacas del Auditorio de Cuenca para escucharme de solista con orquesta, conciertos como los de Mozart, Weber, etc. O recibiéndolos en el Conservatorio con la intención de matricular a sus hijos en tu propia asignatura. Siento que no conociesen y disfrutasen la música como nosotros. No lo concibo.

 

¿Quién ha marcado (para bien) tu etapa formativa?

Aquí te lo puedo establecer por etapas. Desde la perspectiva que te dan los años ves más nítidamente quién realmente estuvo ahí. Y te lo voy a explicar con algunos valores que están por encima de la propia enseñanza, aprendizaje o transferencia de conocimientos, estos valores son la “ayuda”, el “compromiso”, la “responsabilidad”, la “honestidad” y la “dedicación”. Para mí un “profesor” debe cumplirlos.

En mi etapa en la Academia del Ayuntamiento de Cuenca y hasta mi paso al Conservatorio Profesional de la misma ciudad, recuerdo con cariño a tres personas por su profesionalidad y atención: José Tello (actualmente En la Banda Municipal de Valencia); Fernando Romaguera (actualmente Catedrático en Conservatorio Superior de Música de Valencia) y José García Llopis (Profesor de Clarinete, Director de la Escuela Municipal de Música de Cuenca y gran amigo).

En la etapa de Conservatorios, ya en el Conservatorio Profesional de Música de Cuenca me tutorizó Miguel López Torres (profesor de la Banda Municipal de Madrid), del que observé la organización de aula, seguimiento del alumno, disciplina, hábito de estudio y compromiso con el alumno.

En el Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia fue mi tutor Luis Sanjaime Meseguer, del que agradezco mucho su amabilidad, dedicación y orientación profesional. Durante esta etapa conocí a Francisco Perelló (Solista entonces de la Orquesta de Córdoba y actualmente en la Banda Municipal de Valencia), que me impresionó por su dominio del instrumento, carácter y seguridad, acogiéndome en su casa con total generosidad como uno más y surgiendo una gran amistad entre nosotros desde entonces. Fue un aporte fundamental en mi carrera y crucial para ese momento en concreto. Metafóricamente me ayudó a abrir la ventana y mirar hacia fuera.

A pesar de que en estas etapas mi cabeza (como la de la mayoría de instrumentistas) sólo pensaba en ser concertista, solista de orquesta y todo lo referente a tocar y pisar escenarios, todos estos profesores lograron hacerme apreciar la “Enseñanza” y verla como una respetable opción profesional. Tras la etapa de Conservatorios continué formándome. Un consejo, habiendo conocido bien a los profesores en cursos o clases magistrales y nunca pisando a ciegas.

Tras la etapa de Conservatorios continué con Joan Enric Lluna (Actualmente solista de la Orquesta de la Comunidad Valenciana), con el que estudié tres años. De él aprendí (sintetizando mucho) a expresarme de forma correcta, fundamentada y creativa a la vez, e interpretar y descifrar todo lo que el compositor nos quería hacer llegar a través de esos mágicos grafismos.

Cuando terminé los estudios con Joan quise conocer a José Vicente Herrera (Solista de la Orquesta de Valencia). No conocer a Jose en el mundo del clarinete sería como venir a Cuenca y largarte sin conocer las “Casas Colgadas”. Acerté de pleno. Desde el primer momento congeniamos. Es cercano, generoso hasta la médula, comprometido, honesto y dedicado con sus alumnos. Con Jose estuve cinco años y seguiría estando si me alquilase una habitación en su casa. Él me aportó rigor técnico en todos los sentidos y sin fisuras, perfilando mi interpretación y ensamblándola a esa técnica depurada. Me animó a conocer Austria y los grandes clarinetistas que allí proliferan. Tuve el placer de conocer a su profesor Alfred Prinz (solista de la Orquesta Filarmónica de Viena, ya fallecido) y de certificar que Jose no había dejado gota sin beber de esa fuente. También conocí a Alois Brandhofer (solista por aquel entonces de la Orquesta Filarmónica de Berlín) en Salzburgo, en la Academia de Verano de la Universidad Mozarteum y que a modo de anécdota puedo contar que tras seleccionarme para tocar en representación suya en los recitales de verano de la Universidad en la “Wiener Saal”, me invitó a ser alumno suyo en dicha Universidad. Tuve que declinar dicha invitación por razones profesionales y personales. Muy a pesar mío.

Y por último en esta etapa austríaca conocí a Reinhard Wieser (Solista de la Orquesta Sinfónica de Viena) en una Clase Magistral. Tras terminar la clase me dijo que le gustaba mucho cómo tocaba y quería que fuese alumno suyo en Viena. Como anécdota contar que me agradó enormemente que me invitase a cerrar esa primera clase Magistral que daba en Valencia tocando a dúo con él el dúo para dos clarinetes de F. Poulenc. En ese momento sí estaba en disposición de aceptar y estuve recibiendo clases suyas en Viena. Reinhard, con quien guardo una buena amistad, fue muy generoso ofreciéndome sus clases, enseñándome Viena, sus Orquestas, ensayos, conciertos y su vida musical en general. Con él ratifiqué que el camino andado hasta entonces fue el correcto.

No puedo dejarme por contar que en Viena y asistiendo a un concierto de Sabine Meyer en la Konzerthaus, con un lleno a rebosar y en el medio del patio de butacas, me senté al lado de una persona desconocida que hablaba español, que era clarinetista como yo y que era alumna de mi profesor en España Jose V. Herrera, una casualidad podríamos describir de “increíble”. Era Cecilia Serra Bargalló. Y nos hicimos muy buenos amigos. No íbamos a despreciar esa “increíble” casualidad, ¿no?

Siempre estaré enormemente agradecido a todas estas personas que me ayudaron a subir cada uno de los escalones en mi carrera musical.

 

¿Cómo fue tu “profesionalización”? ¿Tenías claro qué camino seguir (conciertos, orquesta, enseñanza ….) o fuiste optando a lo que se iba presentando?

Decidí pronto dedicarme de pleno a la música por lo que para mí significaba, al tiempo que era consciente de que era para lo que estaba hecho. En una ciudad tan pequeña y no habiendo tenido como referencia a nadie que hubiese obtenido la Titulación Superior en Cuenca, me tocó abrir ese camino sólo con la ayuda de mis padres. Aun con todo esto terminé obteniendo el Premio Fin de Carrera en Grado Profesional en el Conservatorio de mi ciudad y el Premio Fin de Carrera en el Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia, con un tribunal de excepción, pues conocí a D. Lucas Conejero, D. Rafael Talens y D. Roberto Fores. Esta fue la recompensa al esfuerzo de mi padre que por entonces me llevaba dos días en semana a Valencia durante dos años a todas las clases que precisaba. Quiero decir que estoy muy satisfecho de haber normalizado esa situación en mi ciudad, teniendo ya trece alumnos con estudios superiores a día de hoy.

Terminé con 20 años los Estudios Superiores y un año después gané la plaza de Profesor de Clarinete en el Conservatorio de Cuenca por Concurso-Oposición. Pero estos momentos, lejos de ser alegres como lo serían para cualquiera en dichas circunstancias, para mí fueron lo peor que he vivido jamás, pues mi padre murió de manera inesperada antes de dichas pruebas. No puedo describir cuánto me costaba preparar las oposiciones con el corazón hecho jirones. Quien me conoce sabe que mi medio de expresión es mi instrumento. Y tener que expresar sentimientos que estaban tan lejos de mí, como la alegría, me hacía sentir terriblemente mal. Tenía 21 años.

Esta desgracia que me jugó la vida claro que sí condicionó mis elecciones. Opté por terminar de formarme en España con los profesores con mejor prestigio y que mejor sintonizaban conmigo. Y doy gracias porque elegí bien.

Desde que comencé en el Conservatorio fui solista en la Orquesta Filarmónica de Cuenca (14 años), agrupación profesional que ofreció conciertos y giras hasta que la famosa crisis la devoró como a tantas otras. Y lo he compatibilizado con recitales de clarinete y piano, conciertos con diversos grupos de cámara, Cursos y Clases Magistrales. De esta manera nunca he echado en falta ninguna faceta como músico. Al tiempo me seguía formando como te he contado. Siempre he tenido la necesidad de aprender. Y que no se me olvide, he aprendido y aprendo mucho escuchando muchísima música. Eso sí. Buena. Es algo que no dejo de recomendar a mis alumnos.

 

Eres profesor en el Conservatorio Profesional de Música de Cuenca. ¿Qué preparación previa hiciste? ¿Qué podrías decirnos del sistema actual de oposición a Conservatorio? ¿Qué podría cambiar o mejorar según tu experiencia?

Tuve la suerte de tener a Luis Sanjaime como tutor en los estudios superiores, él me orientó sobre la preparación de este tipo de oposiciones. Me guió en la realización de mi propio Temario y la elaboración de la Programación Didáctica. Gracias a ello pude presentarme recién salido del Conservatorio Superior “Joaquín Rodrigo” de Valencia. La parte instrumental estaba perfectamente cubierta pues tenía un repertorio amplísimo, recién salido del horno y avalado por los Premios. En esa preparación no sólo estuvo Luis Sanjaime, además Francisco Perelló y Joan Enric Lluna. El presidente de mi Tribunal fue Adolfo Garcés (actualmente Catedrático en el Real Conservatorio de Madrid) quien me felicitó por la solvencia en las pruebas.

El sistema actual de oposiciones es mejorable. De momento incluiría, al menos, escuchar una clase de los opositores. Hay entrevistas de trabajo más complejas para puestos con menos responsabilidad que el nuestro. Y hay maneras de saber si la persona a elegir es la ideal. Dejaría de homologarlas a las pruebas de Secundaria y a su funcionamiento. No tenemos mucho en común. Y la realización de Evaluaciones de Centro “REALES” en los Conservatorios daría muchas ideas positivas a la hora de confeccionar las pruebas, midiendo, entre otras cosas, la productividad en los mismos. Se deben poner en práctica las herramientas precisas para que los alumnos tengan como ejemplo al mejor profesor, al más completo y profesional. Debemos obtener profesionales que sean comprometidos, responsables, honestos y dedicados. Por supuesto excelentes instrumentistas, pero ser profesor requiere mucho más. La libertad para desarrollar nuestra labor de intérpretes nunca debe ir en perjuicio del alumno. Debe ir de la mano de éste. El alumno necesita a su profesor comprometido a su lado. Donde tiene que escucharlo y tenerlo como ejemplo es a su lado, en el aula. Y claro que está muy bien que lo pueda escuchar en diferentes situaciones, pero esto es complementario para su formación. No debe ser una excusa para volver loca la rutina del alumno con cambios constantes de clases, por poner un ejemplo. Comento esto porque es una queja recurrente de los alumnos, que se sienten “platos de segunda mesa”.

 

Has escrito varios métodos para clarinete, solo y en colaboración con otros profesores. Cuéntanos algo sobre su contenido, para qué o quién están pensados y qué te ha aportado este trabajo.

            Me he preocupado mucho siempre por mejorar en mi trabajo y esto ha sido uno de los pasos que me ha tocado dar. Junto a mi amigo José García Llopis y coordinando su programación en la Escuela Municipal de Música de Cuenca con la del Conservatorio, decidimos realizar juntos la bibliografía de Enseñanzas Elementales. Realizamos cuatro libros que la Editorial “Si bemol” acogió de muy buen grado y que de hecho están sirviendo de ayuda a muchos colegas en sus Escuelas o Conservatorios. La razón es que hay que adaptarse a los nuevos tiempos, legislaciones, temporalizaciones y generaciones. La colección de libros es “El Clarinete. Técnica de inicio” de la Editorial “Si bemol”. Nos ha aportado todo el material pedagógico necesario para esos cuatro años de Enseñanzas Elementales sin tener que utilizar libros a “retales”.

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VOLUMEN 1, VOLUMEN 2, VOLUMEN 3, VOLUMEN 4

De manera individual he terminado este año otra colección de seis libros que necesitaba de manera imperiosa para la temporalización de Enseñanzas Profesionales. Venía echando en falta libros de estudios diarios de escalas que sirviesen para todo el grado, que fuesen progresivos y tratasen todas sus variantes básicas y necesarias para este nivel. Los libros que veníamos usando, al no estar pensados para nuestros seis años de duración, bien quedaban cortos o bien el nivel no era el apropiado. Esta colección se llama “Ejercicios diarios de Escalas”, editados por la Editorial “Si bemol”.

ejercicios-diarios-de-escalas

VOLUMEN 1, VOLUMEN 2, VOLUMEN 3, VOLUMEN 4, VOLUMEN 5, VOLUMEN 6

 

¿Cómo se ve el panorama musical del país desde Cuenca? ¿Cómo lo ves tú, musicalmente o clarinetísticamente hablando?

            Actualmente las opciones profesionales que ofrece el país son tremendamente escasas para la cantidad de músicos que generan los alrededor de ¡25 Conservatorios Superiores! que tenemos. Procuro, desde el aula, orientarles de manera realista y hacer músicos que puedan ganarse la vida con la música (si ese es su propósito) de la mejor manera posible y aprovechando lo que cada momento les ofrezca. Como he comentado, tengo 13 alumnos con Titulación Superior trabajando en Escuelas, Conservatorios y Orquestas, pero tengo más de 10 que con Grado Profesional son Profesores de Educación Primaria con plaza propia y algunos, de la misma manera, en Educación Secundaria. Sé que todos son muy felices con lo que hacen, porque trabajan en lo que más les gusta, la MÚSICA.

 

¿Hay algún proyecto del que quieras hablarnos?

Tengo casi 20 proyectos. Son Diego, Lucía, Jaime, Miguel, Julián, Candela, María, Marta, Andrea, etc….. mis alumnos. Todo lo demás es accesorio, complementario. Lo que me compensa de mi trabajo es sembrar con generosidad y dedicación y recoger la cosecha como “satisfacción del trabajo bien hecho”, sin esperar agradecimientos porque ese es mi trabajo. Ahora tengo dos alumnos en el Conservatorio Superior de Valencia, dos alumnas en el Superior de Madrid y una en el Superior de Zaragoza, y mantienen el contacto conmigo para orientarles en todo lo que puedan necesitar.

Si en nuestra profesión haces las cosas “bien”, la recompensa en inmensa, pues obtienes la amistad y reconocimiento de personas a las que has servido de ayuda en sus vidas, que no es algo efímero como ocurre con dar un concierto, con el que obtenemos una gran satisfacción el día que por fin lo damos y poco a poco el tiempo lo diluye como azúcar en agua. Ellos (tus alumnos) siempre estarán ahí, no se diluyen, sino que con la perspectiva del tiempo sabrán reconocer si hiciste lo que debías o no.

 

No words.

¡Mil gracias por compartir tu tiempo con nosotros!

 

Y a los lectores, gracias por llegar hasta aquí.

¡Gracias por leer!

 

Cecilia

 

 


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