Hoy recordamos uno de los hechos más dramáticos de la historia del rock: la trágica e inesperada muerte en accidente de avión de Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper, el 3 de Febrero de 1959, en el medio este americano, mientras iban de un concierto a otro en una gira que tenían programada.
El avión en el que viajaban se estrelló en medio de la tormenta aquella fría noche de febrero y cayó sobre un campo de maíz sembrado de nieve.
El avión en el que viajaban se estrelló en medio de la tormenta aquella fría noche de febrero y cayó sobre un campo de maíz sembrado de nieve.
El terrible suceso supuso un golpe traumático para el conjunto de la sociedad estadounidense, que hasta entonces se mostraba bastante optimista; como dice Ritchie Valens, el protagonista de la bamba ”soy una estrella, y las estrellas no se caen del cielo”. Pues bien, ellos tres, junto con el piloto, se cayeron y murieron en el acto.
Desde entonces se ha calificado ese día como “el día en que la música murió”.
El trauma colectivo se produjo no sólo por la edad de los fallecidos (17 años tenía Ritchie Valnes, 23 Buddy Holly), sino además por el impacto que supuso la muerte repentina de unos ídolos que fácilmente podrían haber sido los reyes del naciente rock and roll.
La historia del rock está jalonada de muertes trágicas, también inesperadas, pero ésta en concreto, quizás por ser la primera, ha sido calificada como una de las más traumáticas para el conjunto de esta música. Probablemente el hecho de ser personas jóvenes, con éxito, y en la flor de la vida, tuvo que influir de manera poderosa en esa sensación colectiva de indefensión que debió de sufrir la sociedad. Ya que ellos mueren, podemos morir todos. Después vendría el Vietnam, Elvis, etc, etc, etc. Desde entonces, nada volvió a ser lo mismo.
Estas son las tremendas imágenes:
Aquí está el famoso vídeo de Don Mc Lean sobre los hechos:
Y para terminar, et proponemos este juego, donde sólo tendrás que pinchar sobre las canciones que pertenecieron a Buddy Holly. ¡Comprueba que eres un experto, y suerte!